Dualidad
con aroma de café serrano
Odelin Alfonso Torna
LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Eran
alrededor de las 6 AM del miércoles 21 de noviembre. Soriano
Freire, un ex teniente coronel de las Fuerzas Armadas Revolucionaria
terminó de vender su último termo de café en
la primera parada del metro bus (M6), conocido popularmente como
“camello”.
Soriano se acercó a la cola del camello y
preguntó:
-¿Quien me puede vender un peso convertible?
Al reclamo, accedió una estudiante. El canje
se realizó con cierta desaprobación por parte de la
joven, quien recibió el volumen de veinticuatro monedas de
un peso.
Horas después, un grupo de disidentes, organizados
por la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales, presentaban
ante el Parlamento Cubano 10 738 firmas exigiendo la eliminación
de la doble circulación monetaria.
El excombatiente Freire suele atrincherarse sigiloso
detrás de una columna, artillado con coladas de café
conservadas en termos y enmascaradas dentro de una jaba artesanal
de mimbre. Impone sus requisitos. Nada de pregones, ni tumultos
de clientes a su alrededor.
Soriano comentó en voz baja que su menuda
e ilegal jornada terminó más temprano que de costumbre.
Cincuenta tazas de café, al costo de un peso cada una, le
proporcionaron veinticuatro pesos de ganancia.
Dice utilizar el resto como fondo para su negocio. A diario, invierte
en polvo de café serrano mezclado con chícharos, además
de en detergente y algunos vasos desechables.
Para el estado, la dualidad monetaria es una de
las razones que mantienen a flote el deterioro económico
en la isla. La doble circulación monetaria viene aparejada
a una notable devaluación del peso cubano, así como
a la invalidez de los salarios y a un incremento paulatino de los
precios del mercado.
El economista Ariel Terrero Font, en su habitual
espacio de la tele revista Buenos días, el 4 de diciembre,
refiriéndose a la devaluación del peso cubano (MN)
apuntó:
“El año pasado, la productividad creció
a un ritmo tres veces inferior al crecimiento del salario (…)
En mi opinión, ese es uno de los principales conflictos que
enfrenta hoy la economía cubana”
El grueso de los productos de primera necesidad
se vende en las tiendas recaudadoras de divisas (TRD), por lo que
se hace necesario adquirir pesos convertibles (CUC) en el mercado
subterráneo o en las casas de cambio (CADECA) habilitadas
para tal efecto.
Regularmente, estas casas de cambio compran la moneda
dura al cambio de 24 pesos MN por 1 CUC. Esporádicamente,
venden, según la divisa recaudada, a 25 pesos nacionales
por 1CUC.
La dualidad trae consigo el bandidaje y la falsificación
de billetes, sobre todo pesos convertibles. Algunos vándalos,
empleados del mercado negro, se ubican en los alrededores de las
casas de cambio para la compra y venta de CUC.
Ahora, la Asamblea Nacional tiene 60 días
para digerir la propuesta de los firmantes por una sola moneda.
Obviamente, el veredicto no está en manos del parlamento.
El alto mando verde olivo, sordo y mudo, no admite referendos ni
proyectos de ley.
Aceptar la propuesta sería desplomar la economía
cubana y privar de las riquezas a la gerencia comunista bajo la
tutela del estrellato militar.
El metro bus asomó su nariz por la circunvalación.
La joven guardó sus 24 monedas en una pequeña cartera.
Soriano se retiró de su labor diaria, tarareando en voz baja
qué hacer con el peso convertible comprado. Quizás
un paquete de detergente para fregar los vasos desechables en que
sirve el café.
Para muchos cubanos, la doble moneda es absurda,
pero inherente a la subsistencia. Para los gobernantes, una penalización
ahora licitada por las circunstancias. Para Soriano Freire, es una
dualidad con aroma de café serrano.
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