7 de diciembre de 2007
 
 
             
 

Expertos prevén una transición larga y difícil en Cuba

El Universal.com


Washington.- Los que crean que el único obstáculo entre los cubanos y la democracia es Fidel Castro están equivocados, a juicio de un grupo de expertos, que auguraron hoy una transición complicada en la isla, una vez que desaparezca el líder comunista, reseñó Efe.

En el libro en inglés "Mirando hacia delante: Perspectivas comparativas sobre la transición en Cuba", presentado hoy, los analistas examinan el futuro de Cuba a la luz de ejemplos de transformaciones políticas y económicas en otros países, como China, Vietnam, Rusia y Europa del Este.

Lo que ven es un camino difícil y jalonado de peligros. Dan Erikson, un experto del Diálogo Interamericano, la organización que auspició el acto de presentación del volumen, alertó de que Cuba podría convertirse en un punto importante en la ruta de las drogas de Colombia hacia Estados Unidos.

Ese riesgo se reduciría, según William LeoGrande, decano de la facultad de relaciones exteriores de American University, si la transición consiste en una evolución del régimen, como lo que ha pasado en China, donde el partido comunista dirige una economía parcialmente liberalizada.

En cambio, si hay una ruptura política, como la sufrida en Europa del Este, el debilitamiento del Estado permitiría emerger al crimen organizado y la corrupción, al tiempo que aumentaría la emigración a Estados Unidos, advirtió.

Otro obstáculo en el horizonte de Cuba son las reclamaciones de las propiedades que los guerrilleros de la Sierra Maestra expropiaron después de que tomaran La Habana en 1959.

El Gobierno de Estados Unidos mantiene que perdió 1.200 millones de dólares y, con los intereses acumulados desde entonces, exige 5.600 millones en compensación, según LeoGrande.

A esa cifra se deben añadir las demandas de compensación de los cubano-americanos que huyeron de su país.

Para un futuro Gobierno cubano, incluso si es pro-estadounidense, pagar lo que piden los exiliados sería "casi imposible financieramente y muy difícil políticamente", dijo LeoGrande.

Actualmente hay congelados en Estados Unidos unos 100 millones de dólares que pertenecen a Cuba, de acuerdo con ese experto.

Por su parte, el régimen comunista reclama a Estados Unidos entre 180.000 y 200.000 millones de dólares en daños producidos por el embargo y la invasión de Bahía de Cochinos, orquestada en 1961 por la CIA.

Por ello, LeoGrande cree que la normalización de relaciones entre ambos países "va a ser un proceso largo y trabajoso".

En todo caso, la transición en la isla necesariamente conllevará una apertura económica, según Marifeli Pérez-Stable, la editora del libro presentado hoy.

"La única forma de que Cuba salga del agujero económico en el que está metida es mirando a la economía de mercado", mediante privatizaciones y más propiedad privada, dijo Pérez-Stable, vicepresidenta del Diálogo Interamericano.

"Cuanto más tarden los sucesores de Fidel en mirar al mercado, mayor es la posibilidad de que haya un escenario caótico" de colapso del régimen comunista, opinó.

Algunos analistas consideran el modelo chino, de liberalización económica con control político, como una alternativa para Cuba.

No obstante, Jorge Pérez López, el autor del capítulo sobre economía, dijo no compartir esa opinión.

Destacó que el "milagro" económico chino está cimentado en el desarrollo del sector manufacturero, pero Cuba no podrá competir en ese área con el gigante asiático, que está "devastando" a sus competidores mexicanos y a la maquila centroamericana.

Pérez López ve el nicho económico de la isla en la explotación de su níquel y el turismo, y en una fuerza laboral con alto nivel de educación que podría trabajar en el sector informático.

Los autores coincidieron en que Cuba necesita cambios, pero no dieron pistas de cómo podrían ocurrir.

Algunos, como LeoGrande, ven la posibilidad de que los aplique Raúl Castro, quien asumió el control del país en julio de 2006 por la enfermedad de su hermano Fidel, de la que poco se sabe.

Otros, como Erikson, apuntan a lo poco que Raúl ha hecho hasta ahora. "Me sorprendería mucho que surgiera como un reformador", dijo.


 
 
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