6 de diciembre de 2007
 
 
             
 

Yates en vez de balsas


La Vanguardia.es, España / Fernando García | 06/12/2007


Detrás de la emigración ilegal hay un drama y un negocio. El drama es siempre el mismo en el fondo. Pero el negocio evoluciona y lo condiciona todo. En las aguas que separan Cuba de Florida y México, las precarias balsas de fabricación casera van dando paso a las lanchas rápidas y... ¡los yates!

La explicación es simple. Hasta hace poco, los mafiosos que negocian con los sueños de prosperidad de miles de cubanos utilizaban siempre sus propias planeadoras. Pero cada vez que las autoridades de una u otra orilla pillaban a los polleros, lógicamente les quitaban el barco. Y entonces los traficantes perdían unos 200.000 dólares, que es lo que cuesta una de esas lanchas rápidas con capacidad para 20 a 30 pasajeros. Así que, puestos a delinquir, ¿por qué arriesgar tanto en carísimas embarcaciones pudiendo robar unas naves igual de veloces y más lujosas?

Tan sencillo cálculo de rentabilidad del tráfico humano en esta parte del mundo ha dado como fruto un aumento del 30% en los robos de yates en las costas de Florida durante este año, según datos de la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de aquel estado sureño. En lo que va de 2007, el número de embarcaciones de lujo allí robadas supera las 1.200. El condado Miami-Dade se lleva la palma como punto de concentración de los hurtos: 300 sólo hasta octubre.

El pirateo de yates en embarcaderos portuarios y de casas particulares no suele ser difícil, por lo que cuentan quienes lo investigan y deberían evitarlo. El exceso de confianza pierde a gran parte de los propietarios. "Muchas veces se dejan la llave del yate puesta. No suelen invertir en sistemas de seguridad y a menudo no tienen seguro", comentó un guardacostas de Miami, Christopher O´Neill, a la agencia France Presse. Suerte para estos incautos que la mayoría de las veces los barcos aparecen a los pocos días, intactos o casi.

No consta que el aumento de la rentabilidad del negocio como consecuencia de una reducción de costes mediante el sencillo procedimiento del robo haya repercutido en un rebaja de los precios al cliente. Los miserables que se lucran de los prófugos cubanos cobran entre 8.000 y 12.000 dólares por pasaje para una ruta de entre 90 y 120 millas (150 a 200 kilómetros), según se viaje a Florida o a México.

El núcleo de la mafia está integrado básicamente por cubanoamericanos y radica ya no sólo en Miami sino, cada vez más, en el área turística de Yucatán (Cancún, Isla Mujeres, Playa del Carmen y Mérida). El desplazamiento de las bases del negocio hacia el país centroamericano es paralelo al crecimiento de la ruta mexicana.

La Habana estima que los mafiosos que utilizan México como puente en el transporte ilegal de cubanos hacia Estados Unidos facturan alrededor de un millón de dólares al mes por trasladar a unas cien personas cada semana. No obstante, fuentes norteamericanas calculan en más de 10.000 (unos 200 por semana) los cubanos que este año llegarán a EE.UU. por la frontera mexicana, frente a unos 7.700 que habrán arribado directamente a Florida. Y otra cifra elocuente: el número de sin papeles cubanos detenidos en México ha pasado de 254 en el 2002 a 2.205 en el 2.006.

En total, la Guardia Costera de EE.UU. lleva interceptados en 2007 más de 3.200 cubanos en alta mar, la cantidad más alta desde la crisis de los balseros de 1994; salvando las distancias, pues en aquel año los huidos sumaron 37.000.

La red de tráfico de emigrantes –cada vez más entremezclada con las de narcotráfico y prostitución– está haciéndose más y más peligrosa en México, según fuentes cubanas. Los ajustes de cuentas por desacuerdos en el reparto del negocio arrojan ya decenas de muertes.

Pies secos, papeles mojados

La ley norteamericana de Ajuste Cubano o de "pies secos, pies mojados", otorga a los prófugos cubanos el privilegio de obtener el permiso de residencia con sólo tocar tierra estadounidense en el sentido literal. Un acuerdo bilateral firmado por Clinton en 1995 establece que EE.UU. conceda cada año 20.000 visados a cubanos que quieran vivir en casa del vecino del norte. Tal acuerdo es hoy papel mojado, pues la cuota no se alcanzará en el 2007.

Los dos países se culpan mutuamente. Washington asegura que es el Gobierno cubano el que impide aplicar el convenio al denegar los permisos necesarios para contratar el personal necesario en la emisión de los visados dentro de su Sección de Intereses en La Habana.

El Gobierno cubano rechaza esta versión y asegura que EE.UU. incumple deliberadamente el acuerdo con el propósito de forzar una crisis migratoria.


 
 
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