Chronicle
en Español
Dec. 5, 2007
Cuba: detienen violentamente
a disidentes
Por ANDREA RODRIGUEZ
Un obispo católico cubano informó el miércoles
que agentes de la seguridad del Estado irrumpieron violentamente
en el salón parroquial de una iglesia para detener a disidentes,
aunque no profanaron el templo.
El martes por la tarde, un grupo de personas que
protestaban por el arresto la semana pasada de un correligionario
y exigían su liberación fueron sacados violentamente
por oficiales de los predios de la Iglesia de Santa Teresita, en
la oriental ciudad de Santiago, dijo a la AP el Arzobispo Dionisio
García Ibáñez.
"Esos son acontecimientos que lamento que pasen,
que no deberían ocurrir", agregó el prelado quien
se comunicó de inmediato con las autoridades para pedir explicaciones
sobre lo sucedido.
"Todavía no hemos recibido una respuesta
exacta, si ha habido comprensión en lo que he planteado",
dijo García. Insistió en que no se trató un
de profanación del templo de Santiago, a unos 800 kilómetros
de La Habana.
García es vicepresidente de la Conferencia
de Obispos Católicos de Cuba desde febrero de 2006 y Arzobispo
de Santiago desde febrero de 2007.
Según un reporte de la no gubernamental Comisión
Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHyRN)
alrededor de 25 disidentes protestaban vestidos de negro por el
arresto en días pasados de Gerardo Sánchez Ortega.
Los manifestantes habían marchado desde la
inmediaciones de la Catedral y cuando llegaron a la Iglesia de Santa
Teresita arribaron cinco patrulleros, oficiales y motos que la emprendieron
contra aquellos.
García indicó que en la confusión
se había roto una puerta del templo, pues estas estaban cerradas
en espera del horario de misas y el sacerdote a cargo se encontraba
en su habitación.
García confirmó que las fuerzas del
orden se llevaron detenido a los disidentes, pero no especificó
de cuántas personas se trataba.
Para la CCDHyRN, el ingreso a la propiedad de una
Iglesia para arrestar disidentes fue un hecho sin precedentes.
El gobierno cubano tiene una relación cordial
con la institución católica, pese a las tensiones
producidas al comienzo de la revolución, cuando las autoridades
persiguieron a muchos sacerdotes y estos mostraron sus alianzas
políticas con los sectores más anticastristas.
A partir de los 90, se vio un acercamiento entre
ambas partes, que tuvo su punto más alto en la visita del
Papa Juan Pablo II a Cuba en enero de 1998.
Actualmente la constitución permite el ejercicio
de la fe religiosa y las autoridades no obstaculizan las actividades
de credo alguno.
Las autoridades no consideran opositores a los disidentes,
a quienes acusan de ser parte de una estrategia política
financiada por Estados Unidos para derrocar a la revolución.
Por su parte, la Iglesia católica rechaza
hacer comentarios sobre proyectos disidentes, alegando que entre
sus fieles hay personas con toda clase de ideas políticas.
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