Aumentan en Cuba llamados al cambio
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Nuevo Herald
LA HABANA
Un alto funcionario del gobierno cubano afirmó
ayer que la isla está inmersa en un proceso de transformaciones
a una sociedad ''que hable de los problemas en voz alta ... donde
la economía y los servicios funcionen'' y los ''cubanos no
se sientan ciudadanos de menor categoría en su propio país'',
según reportes de la agencia EFE.
Según Eliades Acosta, jefe de Departamento
de Cultura del Comité Central del Partido Comunista, ''hay
muchos problemas, materiales, de salario, de derecho, que son como
bombillos rojos y nos indican la necesidad de cambios'', admitió,
convencido de que las aspiraciones de los cubanos ``son posibles
y necesarias''.
''Son aspiraciones al bienestar material, a que usted
pueda sustentarse y sustentar a su familia con el fruto honesto
de su trabajo'', y al ''desarrollo personal y social'' en el marco
de los ``principios revolucionarios''.
Las declaraciones de Acosta al portal de internet
Cubarte se dan tras la polémica intelectual que se desató
este año por la necesidad de desterrar viejas prácticas
de censura y abrir espacios para la crítica, y coinciden
con los preparativos del congreso de la oficialista Unión
Nacional de Escritores y Artistas (UNEAC).
''Aspiramos a una sociedad que hable de sus problemas
en voz alta, sin temor, en la que los medios reflejen la vida sin
triunfalismo, en la que los errores sean ventilados públicamente
para buscar soluciones, en la que la gente pueda expresarse honestamente'',
continuó.
Una sociedad ``donde la economía funcione,
donde los servicios funcionen, donde los cubanos no se sientan ciudadanos
de menor categoría en su propio país por algunas medidas
que en su momento fueron imprescindibles, pero que hoy son obsoletas
e insostenibles''a, añadió el funcionario.
Acosta, una de las máximas autoridades culturales
cubanas, señaló que Cuba vive ''un momento de transformaciones
revolucionarias''. El país ``está repensando sus estructuras,
el propio partido está repensando sus relaciones con la sociedad
para buscar un diálogo más directo, más eficaz,
y una mayor participación del pueblo en las decisiones''.
En este contexto, apuntó, ha sido fundamental
el llamamiento del gobernante provisional, el general Raúl
Castro, quien el pasado 26 de julio reconoció la necesidad
de ajustes estructurales y llamó a los cubanos a debatir.
Según Acosta, el llamamiento de Raúl
Castro se ha traducido en debates por todo el país en los
que han participado unos cinco millones de cubanos que han presentado
1.2 millones de propuestas.
Aunque reconoció que todavía ''hay
recelo, hay inercia, gente que ya no está preparada porque
son muchos años y les cuesta trabajo pasar la barrera psicológica'',
apreció una ``muy saludable activación del espíritu
cívico de los cubanos''.
''Una sociedad donde haya mucha información
y variada, donde haya productos culturales de alto nivel, donde
podamos estar en comunicación con el mundo de una manera
natural y sepamos defender las esencias de nuestra identidad y las
conquistas de la revolución misma'', insistió.
Para lograrlo, es necesario desterrar ``el abuso
de prácticas institucionales para limitar la crítica,
no podemos obviar que por muchas razones y durante mucho tiempo
molestaba el cuestionamiento''.
''La crítica puede ayudar a resolver nuestros
problemas, los silencios nunca resuelven nada. Puestos a escoger,
optamos por la crítica'', afirmó.
A su juicio, ``debe quedar atrás esa práctica
de silenciar los problemas, alrededor de la cual no siempre está
la buena intención de ayudar a la revolución, sino
también la de cuidar cargos o posiciones, posturas acomodaticias
y lesivas al clima ético de una sociedad''.
''Institucionalmente la crítica no siempre
se permitió, ni se comprendió ni se estimuló'',
lamentó Acosta, que reconoció que ese clima contribuyó
a crear ``una especie de síndrome de autocensura''.
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