2 de diciembre de 2007
 
 
             
 

Aumentan en Cuba llamados al cambio

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LA HABANA

Un alto funcionario del gobierno cubano afirmó ayer que la isla está inmersa en un proceso de transformaciones a una sociedad ''que hable de los problemas en voz alta ... donde la economía y los servicios funcionen'' y los ''cubanos no se sientan ciudadanos de menor categoría en su propio país'', según reportes de la agencia EFE.

Según Eliades Acosta, jefe de Departamento de Cultura del Comité Central del Partido Comunista, ''hay muchos problemas, materiales, de salario, de derecho, que son como bombillos rojos y nos indican la necesidad de cambios'', admitió, convencido de que las aspiraciones de los cubanos ``son posibles y necesarias''.

''Son aspiraciones al bienestar material, a que usted pueda sustentarse y sustentar a su familia con el fruto honesto de su trabajo'', y al ''desarrollo personal y social'' en el marco de los ``principios revolucionarios''.

Las declaraciones de Acosta al portal de internet Cubarte se dan tras la polémica intelectual que se desató este año por la necesidad de desterrar viejas prácticas de censura y abrir espacios para la crítica, y coinciden con los preparativos del congreso de la oficialista Unión Nacional de Escritores y Artistas (UNEAC).

''Aspiramos a una sociedad que hable de sus problemas en voz alta, sin temor, en la que los medios reflejen la vida sin triunfalismo, en la que los errores sean ventilados públicamente para buscar soluciones, en la que la gente pueda expresarse honestamente'', continuó.

Una sociedad ``donde la economía funcione, donde los servicios funcionen, donde los cubanos no se sientan ciudadanos de menor categoría en su propio país por algunas medidas que en su momento fueron imprescindibles, pero que hoy son obsoletas e insostenibles''a, añadió el funcionario.

Acosta, una de las máximas autoridades culturales cubanas, señaló que Cuba vive ''un momento de transformaciones revolucionarias''. El país ``está repensando sus estructuras, el propio partido está repensando sus relaciones con la sociedad para buscar un diálogo más directo, más eficaz, y una mayor participación del pueblo en las decisiones''.

En este contexto, apuntó, ha sido fundamental el llamamiento del gobernante provisional, el general Raúl Castro, quien el pasado 26 de julio reconoció la necesidad de ajustes estructurales y llamó a los cubanos a debatir.

Según Acosta, el llamamiento de Raúl Castro se ha traducido en debates por todo el país en los que han participado unos cinco millones de cubanos que han presentado 1.2 millones de propuestas.

Aunque reconoció que todavía ''hay recelo, hay inercia, gente que ya no está preparada porque son muchos años y les cuesta trabajo pasar la barrera psicológica'', apreció una ``muy saludable activación del espíritu cívico de los cubanos''.

''Una sociedad donde haya mucha información y variada, donde haya productos culturales de alto nivel, donde podamos estar en comunicación con el mundo de una manera natural y sepamos defender las esencias de nuestra identidad y las conquistas de la revolución misma'', insistió.

Para lograrlo, es necesario desterrar ``el abuso de prácticas institucionales para limitar la crítica, no podemos obviar que por muchas razones y durante mucho tiempo molestaba el cuestionamiento''.

''La crítica puede ayudar a resolver nuestros problemas, los silencios nunca resuelven nada. Puestos a escoger, optamos por la crítica'', afirmó.

A su juicio, ``debe quedar atrás esa práctica de silenciar los problemas, alrededor de la cual no siempre está la buena intención de ayudar a la revolución, sino también la de cuidar cargos o posiciones, posturas acomodaticias y lesivas al clima ético de una sociedad''.

''Institucionalmente la crítica no siempre se permitió, ni se comprendió ni se estimuló'', lamentó Acosta, que reconoció que ese clima contribuyó a crear ``una especie de síndrome de autocensura''.

 

 
 
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