SOCIEDAD
CIVIL
"Pienso morirme siendo periodista"
Entrevista a Oscar Mario González
Roberto Santana Rodríguez
LA HABANA, Cuba - Noviembre (www.cubanet.org)
- En la sala de su casa, en el municipio capitalino
Playa, a menos de 24 horas de ser liberado el
pasado 20 de noviembre, el periodista independiente
Oscar Mario González, haciendo gala de
la amabilidad que le caracteriza, concedió
la siguiente entrevista a este reportero:
Periodista: El día de su arresto.
Oscar Mario: Ese día fui secuestrado, porque
no hubo orden judicial de detención. En
short y chancletas fui a la panadería.
No llevaba identificación porque el establecimiento
se encuentra a cuadra y media de mi casa. Me detuvieron
cuatro jóvenes de la policía política
al estilo Chicago de los años 20. Nunca
olvidaré ese día. ¿Por qué
tanta demostración de fuerza para detener
a un viejo achacoso como yo?
P: Los meses que permaneció en los calabozos
de las unidades policiales.
OMG: Terribles, fueron excesivamente crueles conmigo,
porque un hombre de mi edad no es para que permanezca
sies meses en esos lugares, y menos aún
cuando se está consciente de que no se
ha cometido delito, sólo el libre ejercicio
de la libertad de expresión. Generalmente
son celdas de 3 por 2 metros, con baños
pestilentes donde pululan todo tipo de insectos.
Te entregan una colchoneta a las 10 de la noche
y te la retiran a las 6 de la mañana. El
resto del día se pasa en el suelo. No se
puede tener una máquina de afeitar, ni
siquiera un peine. En 100 y Aldabó sí,
pero no hay papel sanitario, y lo peor de todo
es el hacinamiento, la sensación de cautiverio
que te va trabajando negativamente la mente.
P: La prisión 1580.
OMG: Tuvo cosas buenas y cosas malas. Lo bueno
es que podía estar en contacto con la naturaleza.
Nunca olvidaré el 19 de mayo cuando fui
trasladado luego de estar 3 meses en 100 y Aldabó
en celdas tapiadas, y ver de pronto aquella arboleda
de mangos, adornada por palmas reales, el cielo
muy azul y el sol reinando. Me persigné
y di gracias a Dios porque me consideré
salvado, pensé que ya no me iba a morir.
P: ¿Las cosas malas?
OMG: Los servicios médicos son deficientes.
Faltan los medicamentos, y son constantes los
malos tratos de los paramédicos y de los
guardias. Son despóticos y faltos de humanidad.
La mala alimentación. Cosas terribles que
se ven en la cárceles como los llamados
presos benéficos que, o no tienen a nadie
que los visite, o son de otras provincias y sus
familias no los pueden venir a ver. Ellos están
en condiciones terribles e inspiran mucha piedad.
P: ¿Su salud?
OMG: Mi salud está mal. No tengo ninguna
enfermedad que amenace mi vida pero sí
una serie de achaques, algunos nuevos, como la
hipertensión arterial, y otros viejos:
gastritis, alergia, artrosis, que se me agudizaron
en la prisión. Me alarmó mucho el
sangramiento en la orina que padecí, porque
puede estar asociado a la próstata. Pero
gracias a Dios era una infección en los
conductos urinarios, el sangramiento ha desaparecido.
P: Solidaridad recibida, nacional e internacional.
OMG: Estoy muy agradecido a los colegas de la
prensa independiente que en todo momento estuvieron
muy pendientes de mi, fueron muy amables y diligentes
y apoyaron de manera firme a mi esposa que se
sintió dentro de una familia colmada por
el amor. Internacionalmente hay entidades a las
que agradezco infinitamente, como Reporteros sin
Fronteras, el CPJ, Amnistía y otros, que
pido me perdonen si ahora olvido mencionarlos
involuntariamente.
P: Mirta Wong.
OMG: Es mi esposa, mi amiga. Todo el respeto y
el amor que siento por ella se ha acrecentado
porque comparte inquietudes similares a las mías,
afrontando animadversión de familiares,
consciente de que defiendo una causa justa. Ella
como otras esposas de colegas, pasó por
un proceso de definición, de toma de conciencia
ante la injusticia, al ver la brutalidad de las
autoridades y la policía política
P: El futuro de Oscar Mario González como
periodista independiente.
OMG: El periodismo es la profesión más
noble que existe. Facilitar la comunicación
de los seres humanos en un ambiente de verdad
y objetividad hace mucho bien a la sociedad democrática
y mucho daño a las tiranías. Me
moriré siendo periodista. Estoy ahora en
un proceso de adaptación, pero en su momento
volveré a mis crónicas.
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