DESDE
LA CARCEL
Villa Abu Marista
Normando Hernández González.
Condenado a 25 años de prisión durante
la ola represiva de 2003, que cumple en Pinar
del Río. Reside en Camagüey.
PRISION KILO 5 ½, Pinar del Río,
Cuba - 5 de noviembre (www.cubanet.org) - Ver
a un hombre encolerizado impresiona. Más
si es un hombre que está preso y además
taciturno, amable, sencillo. El instinto humano
te lleva a solidarizarte con él y a brindarle
ayuda. Es lo que hice cuando vi al joven de esta
historia con el rostro transformado y echando
flores por la boca.
Al verlo tan airado pensé que algo muy
grave le había ocurrido. Pero no. Simplemente
acababa de ver por la televisión las fotografías
que muestran como fueron torturados los presos
en Irak.
"¿Tu sabes por qué estoy así?",
me dijo. "Estoy así porque me muero
de impotencia. Me muero de rabia al ver la hipocresía
del gobierno cubano mostrando las fotografías
de los torturados en Abu Ghraib, como si aquí
no pasara lo mismo. Estoy así porque fui
torturado de la misma forma en que torturaron
a los presos en Irak".
Así con voz en cuello y lágrimas
en los ojos comenzó a contar su historia
el licenciado en cultura física y recreación
Amauri Fernández Tamayo, campeón
de los Juegos Centro Americanos y del Caribe en
salto con pértiga, celebrados en El Salvador
en 1996 y Campeón Nacional, en la misma
disciplina deportiva, desde 1999 hasta el 2002.
Cuenta que frustrado y desesperanzado por haber
sido expulsado del equipo nacional de atletismo,
siendo aún campeón Nacional (2002),
y de la Unión de Jóvenes Comunistas
(UJC) por ser considerado no confiable, y ante
la agudización de sus problemas, sólo
encontraba una solución: saltar. "Sí,
lo que me interesaba y me interesa es saltar",
dice Amauri en su argot deportivo, "saltar
para donde quiera, lo importante es dar un buen
salto, no con pértiga sino largo, de 90
millas como mínimo y con la respiración
más tranquila y el lomo más pausado".
Continúa contando en voz baja.
"El 16 de diciembre del 2003 fui apresado
en la provincia de Pinar del Río, por haber
saltado hasta el Km. 21 de la carretera de Mantua,
buscando a una persona que me dijeron podía
sacarme del país.
"El 19 me trasladaron para la jefatura del
Departamento de la Seguridad del Estado, conocido
como Villa Marista, en ciudad de La Habana. Allí
comenzaron a instruirme por un supuesto delito
de tráfico de persona. No tenían
pruebas en contra de mi persona y empezaron a
inventar cosas y a amenazarme. El instructor,
conocido por Yaser, me decía constantemente:
'por mis cojones te voy a meter preso'.
"Al ver tanta prepotencia e injusticia decido
plantarme. Me quito la ropa y al quedarme en calzoncillos
me acuesto en el piso del calabozo y ahí
es cuando me torturan.
"Hicieron conmigo lo mismo que les hicieron
a los presos en Abu Ghraib. Me esposaron las manos
a la espalda y me maniataron los pies junto a
ellas. Luego me cargaron por las esposas y me
trasladaron para el hueco. Allí acostado
de lado en el piso, entumecido, en calzoncillo,
con las manos y los pies maniatados a la espalda,
igual a las imágenes que muestran como
fueron torturados los presos iraquíes,
permanecí más de una hora."
Amauri con sus 29 años, no articula palabras,
el recuerdo lo indigna. Con leve movimiento se
amasa las manos y los pies, cierra los ojos y
salen lágrimas de ellos. Hace un esfuerzo.
Se enjuga las lágrimas y con voz entrecortada
dice:
"La tortura más grande no es la que
he contado, ni la tortura más grande es
haber sido sancionado a 10 años de privación
de libertad por un supuesto delito de tráfico
de persona, la más grande de las torturas
es estar preso por los cojones de Yaser."
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