CULTURA
Una de farándulas
Luis Cino
LA HABANA, Cuba - Febrero (www.cubanet.org) -
Al actor Jorge Martínez compartir su boda
con los televidentes en el programa que anima
le costó caro. No por el costo de la boda,
que debe haber sido alto, sino por las consecuencias
para su carrera.
En el mejor de los casos, Jorge Martínez
desaparecerá de la pantalla por una temporada.
Lo mismo ocurrirá a la veterana directora
de televisión Gloria Torres.
La severa nota informativa del Instituto Cubano
de Radio y Televisión, aunque no mencionaba
nombres, no dejaba lugar a dudas. El contenido
del programa era inaceptable. La responsabilidad
de los hechos sería investigada. Los responsables
serán sancionados. El programa dominical
El Expreso fue retirado del aire.
Esa noche de domingo no vi El Expreso. Confieso
que no era asiduo al programa. Cuando oí
el comunicado del ICRT, leído por una locutora
de seño adusto, no entendí nada.
Algo muy grave tenía que haber pasado en
El Expreso.
¿Se desnudaría alguien ante las
cámaras? ¿Harían algún
chiste demasiado subversivo? El sentido del humor
de los totalitarios es muy limitado. No entiende
de farándulas ni de programas televisivos
de variedades.
Al siguiente día, supe la respuesta. Todos
en la calle lo comentaban. Estaban disgustados
por la nueva prohibición y defendían
a Jorgito Martínez como a un amigo.
El pecado de Jorge Martínez y Gloria Torres
fue llevar la boda, celebrada en el Salón
Rojo del Capri, a El Expreso. Se convirtieron
así en víctimas colaterales de la
cruzada unilateral del gobierno contra la corrupción
y por la austeridad.
Dicen que algunos televidentes se quejaron porque
la boda fue fastuosa. Me imagino quiénes
serían los quejosos. Vieron la paja en
el ojo ajeno. ¿Sería la boda de
jorge Martínez más fastuosa que
la de cualquier hijo de papá? ¿O
la de algún peje padre? Apuesto que no.
El Expreso se descarriló. Torres y Martínez
cayeron en desgracia. Perdieron los televidentes.
El programa no era una maravilla, pero entretenía.
En la televisión cubana no abundan los
programas que lo logren.
La dirección del ICRT no tuvo escrúpulos
en dar a conocer la nota anti nupcial y escarmentante
precisamente el Día de los Enamorados.
La corrección ideológica no pudo
esperar. Dijeron actuar impulsados por las protestas
de los televidentes. Supongo que pronto desaparecerá
la Mesa Redonda. Digo, por lo de las protestas.
El incidente me hizo recordar en su día
al obispo romano Valentín. Si antes que
le añadieran el San, casó en secreto
a tantos legionarios, ¿por qué iba
a rehusar casar a Jorge Martínez lejos
de la vista de sus rígidos superiores?
Gloria Torres no se habría disgustado.
¿Qué mejor programa que una boda
en la oscuridad de las catacumbas?
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