REPRESION
Cuidado con la India
Adrián Leiva, Grupo Decoro
LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - En la ciudad
de Pinar del Río, la provincia más
occidental de Cuba, existe una tienda dedicada
a la comercialización de productos en divisa
y en la que además se ofrece otro tipo
de servicios. Esta tienda, que se llama "La
India", además de vender productos
comestibles e industriales posee un área
en su interior en la que se ha habilitado un departamento
dedicado al servicio de revelado e impresión
de fotografías. Este departamento pertenece
a las Fuerzas Armadas Revolucionarias y brinda
sus servicios a la población igualmente
en moneda convertible.
El cobro de servicios con dinero que la gente
no gana habitualmente con su trabajo diario constituye
un hecho normal dentro de la vida del país,
y por lo general no causa asombro. Pero más
allá de esta realidad comienza a delinearse
el límite que separa lo irracional de lo
racional.
Hace unos días unas personas conocieron
por experiencia propia algo que ya es hartamente
sabido pero que no se llega a sentir en toda su
dimensión hasta que no se palpa en espíritu
propio. Ellas descubrieron que en este estudio
fotográfico se fiscaliza y controla cualquier
tipo de fotografías que el gobierno considere
no apropiada para el sistema político vigente
en el país y quienes solicitan el revelado
e impresión de los rollos, en caso de existir
cualquier anomalía los trabajadores del
centro pasan la información a la Seguridad
del Estado cubana. Dicho con otras palabras, hasta
en las fotografías de los aficionados se
supervisa a todos los ciudadanos para saber quiénes
actúan políticamente fuera de las
normas y parámetros establecidos por el
totalitarismo.
Lo anterior lo afirmaron con su actitud y palabras
los propios empleados del estudio en cuestión,
cuando el pasado día 22 de diciembre interrogaron
y decomisaron unas fotografías a la señora
Ileana Hernández Hernández, quien
se había presentado al lugar para solicitar
la impresión de un negativo que contenía
imágenes familiares. En una de las fotos
solicitadas para imprimir aparecía reflejado
en el fondo un plegable explicativo sobre el Proyecto
Varela, el cual está colocado permanentemente
en la puerta de su vivienda. Al ir a recoger las
fotografías, el empleado del estudio en
forma bastante descompuesta, le solicitó
su carné de identidad y comenzó
a interrogarla por lo que él definió
propaganda contrarrevolucionaria.
Luego de proferir varias amenazas e informarle
a la muchacha que estaba en la obligación
de llamar a la policía política
según la orientación recibida para
estos casos, la señora Hernández,
con toda la calma que pudo acopiar, le contestó
que llamara a quien fuera pertinente porque ella
no tenía temor alguno, porque el Proyecto
Varela era legal y constitucional, añadiendo
que lo realmente ilegal era la vigilancia desplegada
contra los ciudadanos que ejercían ese
derecho.
Pasado un rato y al comprobar que el miedo no
había surtido efecto en la joven, ésta
recibió el resto de las fotografías,
pero quedaron decomisadas las cartulinas en las
que aparece la madre de Ileana junto a otro activista
de la campaña cívica. Según
manifestó el empleado, ésta sería
entregada al departamento dedicado a estos asuntos
en la ciudad pinareña.
Para esta cubana, al igual que para Fredesvinda
Hernández, coordinadora de la campaña
por el Proyecto Varela en esa provincia y que
es quien aparece en la referida foto, estos hechos
no son una novedad ya que desde su niñez
transcurrida en la natal Manicaragua, poblado
situado en el Escambray, ha conocido la represión
y la persecución del gobierno.
Este hecho explica las constantes afirmaciones
de activistas de los derechos humanos en Pinar
del Río, que han denunciado la tenencia
por parte de la policía política
de fotografías familiares donde aparecen
activistas cívicos pacíficos y que
han corrido la misma suerte de la foto de esta
historia. De cualquier modo el hecho demuestra
hasta dónde puede llegar la actuación
del Estado cubano en sus ansias de coartar la
libertad de los ciudadanos.
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