Lula
pasa de puntillas por Cuba
Por Joaquim Ibarz. Comisión
Argentina Pro Derechos Humanos en Cuba, 26
de septiembre de 2003.
El presidente brasileño Luiz Inacio Lula
da Silva intenta la cuadratura del círculo
en su visita a Cuba. Insiste en que su viaje a
La Habana es de carácter estrictamente
comercial, cuando es obvio su alto contenido político
al ser el primer estadista que pisa la isla tras
la oleada represiva de marzo.
"Mi viaje a Cuba no será del amigo
Lula al amigo Fidel, sino del jefe de Estado de
Brasil al jefe de Estado de Cuba que hablarán
sobre negocios", dijo el presidente brasileño.
"No será una visita de amigos",
recalcó.
Lula pasará de puntillas por Cuba para
evitar molestar en lo más mínimo
a su viejo camarada Fidel Castro. Por ello, no
hará ninguna referencia a los 75 presos
de conciencia ni se reunirá con los disidentes.
En un guiño a la izquierda brasileña
que le cuestiona su moderada política interna,
el presidente brasileño da un apoyo inequívoco
al régimen cubano cuando más cuestionado
está en el exterior. Es lo que hacía
el PRI mexicano en sus mejores tiempos.
En una rueda de prensa conjunta que dio en México
con el presidente Vicente Fox, el presidente Lula
una, dos y tres veces se negó a pronunciarse
sobre el encarcelamiento de los opositores al
régimen de Castro.
A una pregunta de este corresponsal sobre si
él, que fue preso político bajo
la dictadura militar brasileña, se iba
a interesar por los disidentes que cumplen largas
condenas en Cuba, respondió que si bien
desde siempre mantiene un punto de vista sobre
lo que ocurre en la isla, ahora cuida las formas,
no se entromete en los asuntos internos de nadie.
"Mi viaje a Cuba es para hacer negocios,
como lo son todas las visitas a otros países".
Así lo dijo. Evitando pronunciar en todo
momento la palabra "preso" o "disidente",
Lula eludió la respuesta con estas palabras:
"Cuando usted sea jefe de Estado, se dará
cuenta de que no es recomendable entrometerse
en asuntos internos de otros países".
Después intentó mostrar un matizado
distanciamiento del castrismo: "Basta ver
la diferencia de la organización de mi
partido, el PT, del Partido Comunista Cubano.
Basta observar el pensamiento, lo que yo pienso
sobre la estructura sindical brasileña
y mundial para saber las diferencias. Voy a repetirlo:
ni yo y ningún Jefe de stado -digno de
ese nombre- puede llegar a un país dictando
reglas a la política de aquél país,
esté o no de acuerdo". Lula tenía
a su lado al presidente Fox, quien en su visita
a Cuba en el 2001 recibió a un grupo de
conocidos disidentes, algunos de los cuales ahora
están presos.
Varios disidentes cubanos, entre ellos el líder
del Movimiento Cristiano Liberación (MCL),
Oswaldo Payá, han pedido a Lula que se
reúna con opositores durante su breve estancia
en el país.
Los activistas consideraron que el presidente
brasileño debería escuchar sus demandas.
El socialdemócrata Vladimiro Roca comentó:
"Considero que si Lula viene a Cuba debe
tratar el problema de los Derechos Humanos, es
imprescindible en un presidente democrático''.
Roca explicó que no ha recibido respuesta
del gobierno cubano a la carta firmada por él
mismo, René Gómez Manzano y Elizardo
Sánchez, el líder de la Comisión
Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación
Nacional (CCDHRN), en la que pedían un
encuentro con Lula.
Según la agenda oficial prevista, durante
su breve estancia en la isla, Lula debía
reunirse ayer con Castro a su llegada a la isla,
para celebrar un segundo encuentro en la mañana
de hoy, inmediatamente antes de concluir su visita.
© Comisión Argentina
Pro Derechos Humanos en Cuba
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