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Ola represiva
contra trabajadores por cuenta propia en Holguín
HOLGUÍN, 7 de febrero (Juan Carlos Garcell, APLO / www.cubanet.org) -
Un operativo represivo desató la Policía Nacional Revolucionaria
(PNR) contra los vendedores por cuenta propia los días 29 y 30 de enero,
en plena vía pública, en el municipio minero de Moa, en la
provincia Holguín.
El día 29 varias personas que vendían en las calles cerdos
vivos fueron detenidas por la policía y conducidas con los animales al
sector de la PNR, ubicado en la avenida Lenin de dicha localidad, y liberadas
horas más tarde sin decomiso de los animales, pero amenazados con multas
de 1,500 pesos por vender sin autorización.
El día 30 la represión fue contra los vendedores de bisuterías
y otros artículos que se exhiben encima de catres, informó a esta
agencia Próspero Gainza, residente en el reparto La Playa, en Moa, quien
presenció los hechos. Agregó Gainza que la policía obligó
a los cuentapropistas a abrir las maletas donde cargan las mercancías,
les decomisó algunos artículos y cargaron con los vendedores".
También señaló Gainza que vendedores ambulantes de
viandas, hortalizas, frijoles y frutas huían con sus productos de la
policía, pero algunos fueron sorprendidos, y los agentes se apropiaron de
sus productos y los amenazaron con imponerles multas.
Paradójicamente, el estado no abastece de esas viandas y hortalizas a
la población, provocando el alza de los precios en los mercados
agropecuarios.
En Moa, con una población de más de 70 mil habitantes, una
libra de frijol negro cuesta 11 pesos, lo que equivale a dos días de
trabajo de un mecánico "B". Una libra de malanga cuesta tres
pesos; una de boniato 1.50; una libra de yuca un peso; una cabeza de ajo dos
pesos; una libra de plátano burro 60 centavos; una libra de carne de
cerdo 17 pesos.
El municipio cuenta con dos fábricas de níquel, una de las
cuales es operada por una corporación canadiense, la cual paga a sus
obreros una parte de sus salarios en dólares, entre 10 y 70 dólares
mensuales. Pero para la inmensa mayoría de los habitantes de Moa, que no
cobran en dólares, los precios de los mercados agropecuarios son
desorbitantes.
"Continuaremos vendiendo nuestros productos porque para vivir hace
falta dinero, y cuando llegue la policía seguiremos contando con el
pueblo, que es quien nos avisa para que no nos sorprendan", dijo uno de los
vendedores ambulantes.
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