SOCIEDAD
Hijos prófugos del comunismo
Tania Díaz Castro
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org) - Cuando
en 1966 la hija de José Stalin aprovechó
un viaje al extranjero para escapar del comunismo
ignoraba que encabezaría una larga lista
de nombres pertenecientes a hijos y nietos de
importantes políticos marxistas que se
ampararon en los brazos de la democracia para
vivir en libertad.
Svetlana Aliluyeva nació en 1926. Fue
la única hija de José Stalin. Huyó
de Moscú a los 39 años de edad,
cuando se dirigía a la India. En 1966 pidió
asilo en los Estados Unidos, donde se hizo ciudadana
norteamericana. Según sus memorias, publicadas
en ese país, repudiaba a su padre y al
comunismo porque "prefería la fe en
Dios y la libertad".
A Svetlana la siguió Julia Axelrod, nieta
de Trotski, organizador de los soviets y teórico
del bolchevismo. Reprimida y vigilada en Moscú,
emigró a los Estados Unidos a finales de
la década de los años setenta. Su
hijo, un militante de extrema derecha, vive en
Israel. A los 68 años de edad Julia declaró
que no compartía las ideas de su abuelo,
"culpable de dispersar a todos por el mundo".
La hija de Rubén Martínez Villena,
líder comunista cubano en la década
del 30, tomó el mismo camino de Julia.
El padre la nombró Rusela en honor a Rusia,
pero la joven vivió al estilo burgués
a lo largo de su vida en Estocolmo, en compañía
de su madre y su padrastro, un diplomático
sueco perteneciente a una antigua familia aristocrática.
Natacha, hija de Julio Antonio Mella, líder
estudiantil y fundador en 1925 del Partido Comunista
de Cuba (PCC), renegó de las ideas de su
padre y se marchó de La Habana a comienzos
del régimen de Fidel Castro. Tenía
entonces 33 años. Se estableció
primero en México y más tarde en
los Estados Unidos, y según parece jamás
se interesó por visitar la Cuba de Fidel
Castro, donde se le rinde honores a su padre.
Alina, la primera hija de Fidel Castro, marchó
a los Estados Unidos en 1996, donde trabaja como
periodista. En su autobiografía narra cómo
preparó su fuga por el aeropuerto habanero,
disfrazada y con pasaporte falso. Recientemente
expresó en Miami que "Fidel -así
lo llama- es una persona que ha demostrado su
capricho hasta el fin y ha destruido al país,
arruinándolo económica, moral y
socialmente".
Dania y Anabel son hijas de dos destacados dirigentes
del antiguo partido comunista cubano, Carlos Rafael
Rodríguez y Edith García Buchaca.
Partieron a España en los primeros años
del gobierno castrista, donde viven actualmente.
La mayor de ellas ya había contraído
matrimonio con un católico prácticamente
-hoy cronista de un diario miamense.
Como si hubieran hecho un pacto secreto a través
del tiempo y la distancia, hijos de los antiguos
comunistas cubanos le han dado la espalda al régimen
actual de la Isla. El más notorio es el
hijo del secretario general del viejo PCC, y fiel
servidor de la política castrista hasta
su muerte, Blas Roca Calderío. Su hijo,
Vladimiro Roca Antúnez, preside el ilegal
Partido Social Demócrata, por lo que sufrió
cinco años de prisión. Actualmente
forma parte del grupo "Todos Unidos",
que lucha por la libertad de los presos políticos
cubanos. Dentro del movimiento de derechos humanos,
Vladimiro es uno de los líderes más
carismáticos y queridos.
En ese movimiento, que aglutina a más
de 200 organizaciones, con más de veinte
mil activistas, se destaca también el hijo
de Jesús Menéndez, quien fuera el
líder azucarero más admirado de
Cuba, asesinado en 1948. Carlitos, su hijo, como
le llaman todos, no reniega de las ideas por las
que murió su padre. "Yo también
-expresó- lucho por la justicia social".
En su caso, bajo el régimen fidelista.
En 1990, Jorge Masetti, hijo de un prominente
argentino marxista, y fundador en Cuba de la agencia
Prensa Latina, salió de Cuba decepcionado
de los servicios cubanos de espionaje a los que
perteneció. Su impresionante y emotivo
libro "El furor y el delirio", como
bien señala la contraportada, "revela
la cara oculta de la actividad internacional del
Estado cubano". Masetti vive exiliado en
Francia con su esposa Ileana de la Guardia, hija
del coronel Antonio de la Guardia, ejecutado en
Cuba en 1989.
También otros hijos y nietos de dirigentes
comunistas viven en países democráticos,
como por ejemplo, otra hija de Fidel Castro, los
de Juan Almeida, Ramón Castro Ruz y Che
Guevara. Recientemente llegaron a los Estados
Unidos los hijos de Ramiro Valdés, ministro
del Interior durante años, acompañado
del hijo del periodista oficialista Lázaro
Barredo. Canex Sánchez Guevara, nieto de
Che, declaró en México en días
pasados que "la revolución de Fidel
Castro fue asesinada por quienes la invocaron
para evitar que se volviera contra ellos".
El tema requiere de una investigación
más a fondo, porque son muchos más
lo que han sufrido la misma experiencia. Descifrar
sus íntimas razones no nos corresponde.
Llamarlos rebeldes, tampoco. Si acaso incluirlos
en esa terrible cifra de más de cien millones
de víctimas que ha ocasionado el comunismo
a través de su historia en el poder.
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