CULTURA
Los entuertos de la inocencia
Lucas Garve, Fundación por la Libertad
de Expresión
LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - Cada 28
de diciembre se celebra del Día de los
Santos Inocentes. La noche de los inocentes
es el título de la última película
del realizador cubano Arturo Sotto, graduado del
Instituto Superior de Arte y de la Escuela Internacional
de Cine de San Antonio de los Baños. Estrenada
recientemente en los cines de la capital, este
filme llama la atención porque se trata
de una comedia policial. Y como en toda buena
comedia de equívocos, el trasfondo social
se vislumbra fielmente.
Esta coproducción hispano cubana de 100
minutos de duración y filmada en formato
digital, despierta la atención de los cinéfilos
habaneros. Realizada en pocas locaciones, los
logros de la película descansan sobre la
actuación, la dirección de arte
y un magnífico suspense que se debe, en
buena medida, al guión, escrito por el
propio realizador.
La noche de los inocentes cuenta con
un reconocido casting, encabezado por Silvia Águila,
Susana Pérez, Jorge Perugorría y
Aramís Delgado. La dirección de
arte del filme corre a cargo de Carlos Urdanivia.
Sin embargo, una segunda lectura del texto fílmico
nos revela mucho más que un suspense. Está
presente en la película la realidad nacional.
Porque en esta comedia de entuertos, todo lo que
parece ser de una manera, es de otra. Ni las causas
aparentes de los conflictos son verdaderas. La
joven pareja heterosexual no puede satisfacer
sus deseos de vivir juntos porque el contexto
social y económico los separa. Por su parte,
la madura pareja homosexual crea una boda (de
ficción al menos), amparada por las cuatro
paredes con que cuentan para vivir juntos.
La joven muchacha mestiza escoge los brazos
del cincuentón italiano porque encuentra
en ellos una solución económica
para las carencias propias y las de su familia.
Pero ignora que él está en quiebra
económica. El joven inflamado por su amor
de adolescente matiza con rasgos tragicómicos
las acciones con que pretende defenderlo. Y no
duda en destruir su identidad masculina y se trasviste
incluso para luchar por su amor. Por ello desata
la violencia del padre, quien pretende aún
sacarle brillo y atracción a una imagen
de macho joven que en realidad perdió hace
buen tiempo.
Gracias a la justa concepción del realizador
y su equipo de filmación, esta producción
nos hace reír y al mismo tiempo pensar
en la realidad que vivimos.
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