LA HABANA, Cuba. – Este sábado 9 de diciembre tres boxeadores cubanos se vieron envueltos en sendas peleas de ese popular deporte. Sin embargo, las autoridades castristas solo reconocieron una de ellas, la que efectuó el pugilista que mantiene vínculos con la Federación Cubana de Boxeo. Las otras dos, en las que participaron atletas que decidieron abrirse paso en el deporte sin la tutela de las autoridades deportivas de la Isla, han sido ignoradas por los medios de difusión cubanos.
El boxeador de los 60 kg Lázaro Álvarez, peleando bajo el patrocinio de la referida entidad oficial cubana, perdió por decisión unánime 3-0 contra el ruso Albert Batyrgaziev en un combate que se celebró en la ciudad de Dubái, Emiratos Árabes Unidos. Vale destacar que esta resultó la primera ocasión en que la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) otorgaba un título mundial con carácter profesional.
Mientras tanto, en un cartel que tuvo lugar en Florida, Estados Unidos, el cienfueguero Robeisy Ramírez, dos veces campeón olímpico representando a Cuba, y hasta ese momento monarca mundial de peso pluma, perdió su corona a manos del mexicano Rafael (El Divino) Espinoza. Fue un combate bastante parejo a través de sus 11 primeros asaltos. Mas, ya en el 12 round, el mexicano decidió a su favor al llevar la mejor parte en el intercambio de golpes. Robeisy, haciendo gala de su acendrada cubanía, llegó al ring portando la bandera de la estrella solitaria, y acompañado del dúo Gente de Zona. El público asistente, con gritos de “Cuba, Cuba”, mostró en todo momento su apoyo a Robeisy.
Por otra parte, en otra velada boxística, esta en San Francisco, California, el titular olímpico de Tokio 2021, Andy Cruz, obtuvo una resonante victoria por fuera de combate contra el mexicano Jovanni Straffon. Solo tres asaltos necesitó el matancero Cruz para decidir el combate, ante la imparable andanada de golpes que había puesto en muy mal estado a su oponente. Esta fue la segunda pelea de Andy tras su complicada salida de Cuba, y debido a su exitosa actuación ―también había ganado la primera―, ya constituye una preocupación para los mejores pesos ligeros del boxeo profesional.
En su edición del lunes 11 de diciembre, el periódico oficial Granma, daba cuenta solamente del resultado de la pelea de Lázaro Álvarez. Para los jerarcas del castrismo ese es el único de los tres peleadores que merece ser reconocido y recordado por los aficionados de la Isla. Esos jerarcas de la maquinaria del poder, que no cesan de tildar de “odiadores” a sus opositores, han dado una gran prueba de odio hacia Andy y Robeisy. Todo por el “delito” de querer boxear en libertad.
Así las cosas, el domingo 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, los gobernantes cubanos ponían en marcha su ardid circense, y llenaban plazas y parques con niños, jóvenes y otros incondicionales al régimen con el objetivo de aparentar, mediante canciones y consignas, un supuesto apoyo al gobierno, y un respeto a los derechos humanos.
Pero, una vez más, el discurso castrista iba por un lado y la práctica por otro. Porque al privar a los cubanos de la Isla de información acerca del desempeño de Robeisy Ramírez y Andy Cruz ―como también lo hacen con los peloteros cubanos que se desempeñan en la MLB―, el castrismo viola uno de los derechos más sagrados que le asiste a cualquier ser humano: el derecho a recibir una información veraz y oportuna.
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