Cuba va a los Juegos Centroamericanos sin el triunfalismo de antaño

La oficialidad cubana ya no aspira a ganar los Juegos Centroamericanos. La delegación de la Isla tendrá que batallar duro con Colombia para alcanzar al menos la segunda posición
Miguel Díaz-Canel abandera a la delegación cubana a la 24a. edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe
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LA HABANA, Cuba. – Con el reciente abanderamiento por el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez de la delegación que asistirá a la 24a. edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que el próximo vierne se inician en San Salvador, Cuba está lista para intervenir en esta justa con una comitiva de 504 deportistas. 

En esta ocasión, a diferencia de versiones anteriores de estos juegos, los pronósticos de los jerarcas del deporte cubano han sido reservados. Al parecer, el señor Osvaldo Vento, actual presidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), no desea repetir el chasco que protagonizaron algunos de sus predecesores, quienes anticipaban logros muy altos, y al final salían trasquilados. 

Ahora la delegación cubana estima que podría alcanzar entre 70 u 80 medallas de oro, una cifra alejada del pronóstico que se vaticina para la comitiva mexicana, la que obtendría algo más de 100 medallas de oro, con lo que ganaría fácilmente la justa por países. Los propios directivos del deporte cubano estiman que Colombia también podría estar en el entorno de los títulos que se pronostican para Cuba, por lo que la lucha por el segundo puesto en la tabla de medallas entre cubanos y colombianos debe de ser muy reñida. 

En los pasados juegos celebrados en Barranquilla, en 2018, la delegación cubana, con 102 medallas de oro,  perdió la supremacía regional que ostentaba desde el año 1970. Aquí México se alzó con el triunfo al obtener 132 medallas de oro, mientras que Colombia fue tercera con 79 títulos. Todo hace indicar que en la edición de San Salvador estaremos en presencia de un retroceso de los cubanos, y un fortalecimiento de los colombianos. 

Según criterios esgrimidos por los directivos del INDER, Cuba afronta tres grandes problemas que limitarían su desempeño en tierras salvadoreñas. En primer lugar la escasez de recursos materiales que padece el país ―por supuesto, culpando al “bloqueo” de Estados Unidos― y que se extiende al deporte; también el fin de la carrera deportiva de algunas figuras, para las cuales aún no se han hallado sustitutos; y por último el indetenible éxodo de deportistas con los que se contaba para intervenir en estos Juegos Centroamericanos. Se estima que alrededor de 30 deportistas de alto rendimiento han abandonado la Isla en los últimos meses. Los más recientes abandonos fueron los de la discóbola Denia Caballero, y cuatro integrantes del equipo femenino de balonmano.

Las mayores aspiraciones de Cuba en estos Juegos están en los deportes de combate (boxeo, judo, lucha y taekwondo), el balonmano, el hockey sobre césped, los elencos masculinos de voleibol y softbol, el atletismo, el canotaje, el ajedrez ―que debuta como deporte centroamericano― y el béisbol. 

Acerca de este último deporte, y como casi siempre sucede, gran polémica ha levantado la confección de nuestro equipo nacional. Los directivos se decidieron por incluir en la nómina a peloteros que se han estado desempeñando en las ligas de México, Nicaragua y otras naciones del área, y han sido excluidas muchas figuras que brillan en la actual Serie Nacional. Una situación que desestimula a muchos peloteros, algunos muy jóvenes, que destacan en el torneo de casa, y después no se les toma en cuenta para los torneos internacionales. ¿Será el temor a que deserten?… Cualquiera sabe. 

Otro elemento a considerar, y que el castrismo tiene muy en cuenta, es el ambiente político reinante en la sede de los Juegos, y que, según la cúpula gobernante, podría repercutir en la recepción que se le brinde a la delegación cubana.

No hay que olvidar que Cuba no participó en los Juegos que se efectuaron precisamente en San Salvador en 2002. En aquella ocasión gobernaba la nación centroamericana el partido Arena, al que pertenecía el presidente Francisco Flores. El castrismo alegó razones de seguridad, pero en realidad el oficialismo cubano no podía olvidar las palabras del mandatario salvadoreño, quien había acusado a Fidel Castro de tener las manos manchadas de sangre por alentar la guerra civil que había ensangrentado a su pequeña nación. 

Como vemos, y aunque digan lo contrario, siempre los castristas toman el pulso político, y lo mezclan con la sana práctica deportiva. 

ARTÍCULO DE OPINIÓN
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