LA HABANA, Cuba.- Un día como hoy, hace 141 años, nació en la ciudad de Santiago de Cuba el compositor y guitarrista Alberto Villalón, quien se convertiría en uno de los principales exponentes de la trova tradicional. Al contrario de los grandes trovadores cubanos, Villalón perteneció a una familia acomodada; su padre era dueño de cafetales y fincas en las inmediaciones de Santiago.
Desde muy temprana edad, el niño se quedaba absorto escuchando a los grupos de son. Comprobada su inclinación por la música, su hermana América, a solicitud del padre de ambos, comenzó a enseñarle piano, teoría y solfeo. Sin embargo, el muchacho prefería la guitarra, así que se fue derecho hasta el maestro Pepe Sánchez —padre de la canción trovadoresca y precursor del bolero—, con quien aprendió las primeras y valiosas lecciones que hicieron de él un músico presentable.
Más allá del tutelaje de Pepe Sánchez, y al igual que la mayoría de los grandes trovadores cubanos, Villalón tuvo una formación musical irregular. Al contrario de lo que se cree, pocas composiciones nacieron de su autoría; él prefería interpretar versos ajenos.
Apenas alcanzó la mayoría de edad se fue a La Habana en busca de oportunidades. Allí, junto a Sindo Garay, contribuyó a la difusión del son oriental. En 1904 estuvo a cargo del Teatro de Variedades de Palatino. Dos años después estrenó su revista musical titulada El triunfo del bolero y, en 1907, se convirtió en el primer trovador que grabó discos, en los cuales interpretó canciones cubanas.
En 1927, junto a Ignacio Piñeiro y Juan de la Cruz, fundó el Sexteto Nacional, que luego se convertiría en Septeto. Esta agrupación gozó de gran popularidad en la Isla y varios países del área caribeña, popularizando temas que hoy son tenidos por verdaderas joyas del son y la canción cubanos. El Septeto Nacional, dicho sea de paso, ha sido la única formación de su tipo que ha llegado hasta nuestros días, apostando siempre por lo más auténtico de la música cubana.
Villalón fue el primer trovador que dio a conocer la canción “A Martí”, con versos de Francisco Eligio. También compuso “La palma herida”, dedicada al generalísimo Máximo Gómez. Su bolero “Boda negra” es un clásico del género, con versos del poeta colombiano Julio Flores.
Alberto Villalón murió en La Habana en 1955,a la edad de 73 años.