Intervención del diputado
y secretario de RRII del PP Jorge Moragas
ante Pleno Congreso diputados por Proposición
No de ley sobre Allende del Grupo Parlamentario
Socialista
Presidente,
Señorías,
Subo a esta tribuna en nombre de mi grupo
para fijar posición sobre la PNL
que el diputado Eduardo Madina ha presentado
en nombre del PSOE.
Me permitirán que antes de anunciarles
el sentido del voto de mi grupo haga algunas
valoraciones acerca de la oportunidad, el
sentido y la trascendencia de la iniciativa
que hoy debatimos.
Muchos chilenos, muchos iberoamericanos
y por lo tanto muchos españoles han
manifestado de forma reiterada su admiración
y respeto por la figura del que fuera Presidente
de Chile, Salvador Allende. La figura de
los grandes hombres y mujeres que se merecen
el reconocimiento como el que hoy nos propone
el señor Madina no puede justificarse
sólo por el ideario político
que defendió en vida; ya que de ese
modo nos pasaríamos las sesiones
proponiendo de modo sectario el reconocimiento
a aquellos hombres y mujeres que antes que
nosotros defendieron nuestras propias ideas.
Yo quiero entender que el reconocimiento
que hoy se propone se justifica por el modo
y las circunstancias en que Salvador Allende
defendió unos valores democráticos
que todos deberíamos defender siempre
y en todas partes.
En diciembre de 2006, en esta misma tribuna
y tras la muerte del Augusto Pinochet condené
en nombre de mi grupo la trayectoria política
del dictador chileno. Hoy el partido socialista
nos pide que ahora reconozcamos la figura
de Salvador Allende y el PP lo va a hacer
con su voto afirmativo porque entiende que
aquellos responsables políticos que
han dado su vida por la democracia y la
libertad merecen no solo nuestro respeto
sino un lugar permanente en nuestra memoria
colectiva.
Siempre hemos pensado que en estas cuestiones
no caben relativismos ni ambigüedades
porque entendemos que tanto la democracia
como la libertad no son dones divinos caídos
del cielo sino valores que se defienden
con la palabra y, desgraciadamente, a veces
con la vida. La historia de la humanidad
está plagada de Salvadores Allende
que murieron defendiendo la libertad y la
democracia por la sencilla razón
de que siempre han existido enemigos dispuestos
a matar y a triturar esos valores fundamentales.
Hoy mismo, once de septiembre, es una fecha
idónea para recordar no sólo
el golpe de estado en Chile sino también
a las más de tres mil personas que
murieron hoy hace seis años víctimas
de un ataque terrorista en los Estados Unidos
de América. Aquel también
fue un ataque a la libertad y a la democracia
y sus asesinos siguen alimentando el odio
a esos valores y a quienes los representamos
por todo el mundo. Siguen habiendo por lo
tanto enemigos dispuestos a aniquilarnos.
Pero hoy también es un buen día
para recordar como dirigentes políticos
más modestos y en nuestro propio
país defienden la bandera de la libertad
frente a los enemigos de siempre. Yo, señores
socialistas, también pido hoy aquí
un reconocimiento expreso para todas esas
víctimas y en especial para Regina
Otaola que desde un pequeño pueblo
de Euskadi llamado Lizarza está defendiendo
la libertad y la democracia con el mismo
coraje que Salvador Allende defendió
el Palacio de la Moneda. No es admisible
que vean la virtud en Allende y la ignoren
en Otaola, no es posible que la lección
de Santiago de Chile en 1973 no sirva para
Lizarza en 2007. Y no es posible por la
sencilla razón de que los valores
son los mismos.
Si los españoles algo hemos aprendido
del aberrante sacrificio de Salvador Allende
deberíamos sostener esa lección
en el tiempo y en la geografía, especialmente
en el ámbito iberoamericano. Si Pinochet
fue un dictador y por ello condenable y
Allende un héroe de la libertad y
por ello encomiable, explíquenme
por que extraño estrabismo político
ustedes no pueden contemplar una condena
a la dictadura que hoy sufre otro pueblo
iberoamericano como el cubano. En Cuba se
mata por pensar distinto, en Cuba se reprime
por pedir libertad, en Cuba se estrangulan
medios de comunicación como Vitral
y se secuestran plumas y voces como la de
Dagoberto Valdés del mismo modo que
la dictadura española cerraba medios
de comunicación como el diario Madrid.
Señorías socialistas, yo
no escucho ni percibo una sensibilidad auténtica
ni una intensidad pareja desde esos bancos
a la hora de defender la libertad y la democracia
en todas partes. Señores socialistas
y socios diversos, tienen el voto del Partido
Popular para defender los iconos de la libertad
y la democracia de ayer en Chile pero les
exigimos que corrijan la confusión
política daltónica que padecen
y defiendan la libertad y combatan la opresión
en todas partes por igual.
Madrid, 11 de septiembre de 2007
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