CULTURA
Entre el mañana y el presente
Miguel Iturria Savón
LA HABANA, Cuba - Marzo (www.cubanet.org) -
El mañana: memoria de un éxodo
cubano, de Mirta Ojito, es un libro basado
en una rigurosa investigación sobre lo
acontecido en la embajada de Perú, suceso
que favoreció el puente marítimo
entre el puerto de Mariel y el sur de Florida,
en 1980. La autora era entonces una adolescente
que emigró con su familia en busca de libertad.
Más de 125 mil cubanos aprovecharon la
ocasión para huir de la Isla, en franco
desafío al régimen socialista.
Mira Ojito nació en La Habana en 1964.
Estudió periodismo en los Estados Unidos,
donde ha obtenido importantes premios por su labor
profesional. Es profesora de Columbia University,
en New York. La incertidumbre del exilio y la
defensa de su identidad marcan su obra periodística,
investigativa y literaria.
Su libro El mañana: memoria de un éxodo,
ha sorprendido favorablemente al ámbito
cultural de la gran nación norteña.
Los críticos lo valoran como "la memoria
intensa y poética de un momento importante
de la historia de Cuba y los Estados Unidos".
Alguien ha dicho con razón que es una "hábil
mezcla de reportaje e historia familiar sobre
acontecimientos internacionales". Los elogios
son merecidos. Se trata de una obra vigorosa,
de gran valor testimonial, literario e histórico.
La estructura del libro le permitió a la
autora vincular su experiencia personal con el
testimonio de los personajes que desencadenaron
la odisea. Desde el prólogo hasta el epílogo,
Mirta Ojito describe con precisión y agudeza
la contradicción entre los anhelos de libertad
de su familia y el entorno normativo de un proceso
revolucionario que ahoga la individualidad, pues
supedita la vida de las personas a tareas sociales.
Aunque el libro funde lo personal con lo político,
proporciona el contexto histórico del éxodo,
sus antecedentes y el resultado de las entrevistas
con las personalidades que ayudaron a reconstruir
un período de nuestra historia y sus complejas
relaciones con los Estados Unidos. La autora describe
su vida familiar y las circunstancias de su partida,
pero ofrece notas puntuales que aportan conocimientos
y avalan la veracidad del texto. Arroja luces
sobre las sombras de un hecho insólito.
Convierte los sucesos en materia prima de la escritura.
Controla el material y extrae lecciones sin didactismo
ni diatribas.
En la obra que reseñamos galopa la pasión,
pero predomina la mesura y la distancia. La escritora
no es imparcial. No abraza el silencio. No es
indiferente. Describe los sentimientos contrapuestos
y nos conmueve con el uso de la introspección,
pero no juzga como un fiscal, a pesar de las heridas
abiertas, las nostalgias y el ramillete de incertidumbres
que aún acompañan su vida de exiliada.
Para los cubanos que permanecemos en la Isla,
El mañana: memoria de un éxodo
cubano, es un regalo y una premonición
de cambio. Desde un presente detenido es posible
un futuro mejor. El testimonio de esa niña
desgarrada entre el ropaje familia y la intolerancia
de un régimen, nos enseña que el
éxodo puede ser una estación de
libertad y un boleto para demoler las murallas
inclinadas del castrismo.
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