Nuevo
arzobispo de Santiago pide 'condiciones' para
que las personas no abandonen Oriente
'Tenemos que quitar todo aquello
que impida que el hombre se sienta dueño
de sí mismo, y que trabaje con ahínco',
dijo García Ibáñez en su
toma de posesión.
Michel Suárez, Madrid.
Encuentro
en la Red, 28 de febrero de 2007.
El nuevo arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio
García Ibáñez, tomó
posesión de la diócesis con una
homilía en clave social en la que pidió
"condiciones" para "realizarse
aquí y crear riquezas" y que esta
provincia "ya no sea una tierra sin importancia".
García Ibáñez dijo ante
las autoridades eclesiásticas y civiles
asistentes que era una "pena" que la
zona suroriental de la Isla sea la del "índice
de desarrollo humano más bajo", según
investigaciones que hizo.
"Qué pena. Tenemos que unir el hombro
para superar, quitar todos los obstáculos
que impidan que el hombre pueda desarrollarse",
afirmó en su bienvenida en la Catedral
Metropolitana.
El prelado recordó al primer arzobispo
de Santiago de Cuba, Joaquín de Osés
y los problemas derivados del "centralismo"
español de la época.
"Si en aquella época de Osés,
era el famoso control del comercio del tabaco;
hoy también tenemos que quitar todo aquello
que impida que el hombre se sienta dueño
de sí mismo, y que trabaje con ahínco
para él y para su familia, para servir
a todos", afirmó.
Según dijo, su provincia eclesiástica
tiene casi el 37% por ciento de los habitantes
del país.
"También, desgraciadamente, estamos
en una situación, y todos lo sabemos, en
que necesitamos se creen las condiciones para
que nuestros hermanos que viven aquí no
tengan que marcharse a otras provincias (
)
Sentimos una falta de interés, una falta
de esperanza, una falta de posibilidades para
realizarse aquí y crear riquezas; y esto
es lo que hace a mucha gente irse a otras provincias,
a otros lugares", agregó.
El nuevo pastor, nombrado por Benedicto XVI el
pasado 12 de febrero en sustitución de
Pedro Meurice, quien renunció por límite
de edad, exhortó a los fieles a "levantar
el espíritu" para revertir la situación.
"Tenemos que darle aquello que le falta,
para que nosotros nos sintamos bien aquí,
nos sintamos contentos de vivir aquí en
estas tierras orientales llenas de sol, llenas
de calor, pero también llenas de afecto",
reclamó el arzobispo.
"Sin desechar a nadie"
García Ibáñez, nacido en
Guantánamo y titular de la diócesis
de Bayazo-Manzanillo durante los últimos
diez años, agradeció el "largo
pastoreo de monseñor Meurice", a quien
elogió por hacer su labor "con tino,
sabiduría, decisión y mucho testimonio
de fe y entereza".
Durante la homilía, el nuevo arzobispo
primado de la Iglesia cubana, al igual que su
antecesor, dedicó algunos párrafos
a la reconciliación.
"Tenemos que, sin desechar a nadie, sin
aplastar a nadie, buscar caminos de encuentro
(
), trabajando por el bien de la patria,
por la libertad de cada persona, por los derechos
de cada persona, por la dignidad de cada persona,
por su bien material y espiritual", apuntó.
García Ibáñez mencionó
en su homilía, de acuerdo con una transcripción
no oficial a la que tuvo acceso Encuentro en la
Red, la presencia en la Catedral del nuncio del
Vaticano, Luigi Bonazzi, y del cardenal de La
Habana, Jaime Ortega y Alamino. También
asistieron los obispos auxiliares de Miami y Brooklyn,
los cubanoamericanos Felipe Estévez y Octavio
Cisneros; así como Roberto González
Nieves, arzobispo de San Juan (Puerto Rico) y
Flavio Betancourt, arzobispo de Manizales (Colombia).
El prelado invitó a los dos cubanoamericanos
a "buscar el bien de nuestra patria, y como
cristianos a sentirse solidarios con esta Iglesia".
Recordó que "precisamente en una
parroquia de Miami, un grupo de guantanameros
y santiagueros (
) están reunidos
dando gracias a Dios por este acontecimiento (
)
Es un signo de comunión, es un signo de
reconciliación, es un signo que a todos
nos debe hacer sentir mejores".
A la misa de toma de posesión de monseñor
Dionisio García Ibáñez también
asistieron autoridades del Partido Comunista,
entre ellas la jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos,
Caridad Diego.
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