Una
cadena de actuaciones médicas fallidas agravó
el estado de Castro
Un diplomático cubano
dice que sufre "problemas de cicatrización"
Oriol Güell/ Ana Alfageme.
El País,
España, 16 de enero de 2007.
Madrid - Una grave infección en el intestino
grueso, al menos tres operaciones fallidas y varias
complicaciones mantienen al dictador cubano, Fidel
Castro, postrado con pronóstico muy grave,
según fuentes médicas del hospital
Gregorio Marañón de Madrid. En este
centro trabaja José Luis García
Sabrido, jefe del servicio de Cirugía,
que viajó a visitar a Fidel Castro en diciembre
pasado. García Sabrido descartó
que Castro sufra cáncer. Un diplomático
cubano admitió ayer que Castro sufre "problemas
de cicatrización".
Según las fuentes consultadas, Castro,
de 80 años, sufría antes del verano
(transfirió el poder en julio) una severa
inflamación del intestino grueso denominada
diverticulitis. Se trata de bolsas anómalas
en el intestino inflamadas que pueden llegar a
infectarse y sangrar, causando hemorragias, de
forma parecida a una apendicitis. Según
la periodista brasileña Claudia Furiati,
autora de la biografía autorizada de Castro
La historia me absolverá, publicada en
2001, Castro ya padeció diverticulitis
hace más de 20 años.
En esta ocasión, sin embargo, Castro ha
sufrido esta enfermedad de forma más severa.
En verano, el líder cubano sangró
de forma abundante por el intestino. Esta adversidad
le llevó a la mesa de operaciones, según
las mismas fuentes médicas. Su estado,
además, se vio agravado porque la infección
se extendió causando una peritonitis, la
inflamación de la membrana que recubre
los órganos digestivos. En esta primera
operación, el cirujano procedió
a retirarle una parte del intestino grueso, el
sigma, y otra del recto, las más afectadas
por la diverticulitis. El cirujano tuvo que escoger
entre dos procedimientos: el primero consiste
en una ileostomía, la apertura de un ano
artificial en el abdomen durante unas semanas
mientras se recupera la parte del colon afectada.
Durante este periodo, el paciente evacua en una
bolsa hasta que una segunda intervención
conecta el intestino grueso con el recto para
recuperar la dinámica natural. El cirujano,
en cambio, optó por la segunda técnica,
que conecta directamente el colon transverso (la
parte central del intestino grueso) con el recto.
La evolución de Castro no fue buena. La
infección que sufría impidió
que el empalme entre el colon y el recto cicatrizara
y su abdomen se inundó de heces, causando
otra peritonitis. En una segunda intervención,
los médicos limpiaron y drenaron la zona
infectada, suprimieron todo el intestino grueso
y le realizaron un ano artificial.
Tras la segunda operación, Castro tampoco
cicatrizó bien. Además, su salud
se agravó con una afección en la
vía biliar. Una de las fuentes médicas
señala que sufrió una colecistitis
alitiásica (una inflamación de la
vesícula biliar y de las vías biliares
que se atribuye a la falta de riego sanguíneo
y también a la manipulación quirúrgica).
Esta situación tiene una altísima
mortalidad (alrededor de un 80%). Otra fuente
señala que la dolencia de Castro obligó
a implantar en la vía biliar una pequeña
prótesis fabricada en Corea. Pero ésta
falló y tuvo que ser sustituida por otra
de origen español.
En diciembre, cuando García Sabrido le
visitó, se dudaba si someter a Castro a
otra operación. El paciente tenía
una herida en el abdomen que liberaba al día
más de medio litro de fluidos (proteínas,
líquidos e iones), lo que causaba "una
pérdida severa de nutrientes". Castro
sufrió una regresión de su masa
muscular y ha requerido alimentación intravenosa.
Un diplomático cubano admitió ayer
en Quito (Ecuador) que Castro sufre "problemas
de cicatrización" que impiden su recuperación,
informa Reuters.
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