Guerra
a muerte contra las parabólicas en Cuba
Por M. L. de Guereño Corresponsal
La Habana. ABC,
España, 12 de febrero de 2007.
Cárcel, multas y confiscación de
bienes son los castigos para quienes desafíen
la prohibición de tener un decodificador
y antena satélite en sus casas.
Las autoridades cubanas han declarado la guerra
a muerte contra los violadores de las regulaciones
sobre la tenencia de las antenas. Según
el diario "Granma", cuatro cubanos están
pendientes de la decisión del fiscal por
haber cometido un delito de "actividades
económicas ilícitas".
A la caza de forma cíclica
Las redadas, cíclicas desde hace años,
se han recrudecido en las últimas semanas.
Se da la circunstancia de que el Gobierno estadounidense
decidió emitir a través de "Direct
TV" y "Dish programas", destinados
originalmente a llegar a la isla por "TV
Martí", pero que el régimen
consiguió interceptarlos casi totalmente.
Las antenas parabólicas están prohibidas
en Cuba -salvo en hoteles y para diplomáticos
y técnicos extranjeros-, pero el Gobierno
estadounidense las cifra entre 10.000 y 30.000
en toda la isla, y son miles los cubanos que se
arriesgan a meter el cable en su hogar.
Para saber quién lo tiene, sólo
hay que escuchar conversaciones en la calle. Si
alguien dice: "Voy a ver la novela"
a las cinco de la tarde, es que tiene antena,
porque la novela cubana se emite en la noche.
La TV de Miami
Por algo menos de 9 euros al mes se pueden ver
noticieros de la televisión de Miami, programas
de chismes, dibujos animados, música, películas,
o retransmisiones en directo de ceremonias como
los Grammys o los Oscar, pero también programas
como la "Mesa Retonta", donde un imitador
personifica a Fidel Castro y lo ridiculiza. La
programación, eso sí, es a gusto
del propietario del equipo, quien suele tratar
de contentar a todos los "abonados".
La exclusiva es mucho más cara, cuesta
1.700 euros el primer año: 1.000 por el
decodificador, 450 por la tarjeta, activada legalmente
en Estados Unidos anualmente, y 250 por la antena,
generalmente de fabricación casera. El
castigo se aplica a quienes importen, distribuyan
o reciban antenas satelitales.
Para el "Granma", el contenido de muchos
de esos programas es "culturalmente enajenante,
subversivos e injerencistas", además
de "desestabilizador" y forma parte
"del Plan de la Administración de
(George) Bush dirigido a destruir la Revolución
cubana".
Así lo aseguraba en la nota "Caso
Antena y otras ilegalidades" en la que informaba
de una redada realizada el 25 de marzo del 2006
en el taller de Lázaro Rueda, trabajador
por cuenta propia con licencia para arreglar pinchazos.
Él, José Antonio, quien aportó
los conocimientos técnicos y los materiales,
y Celestino, fabricaban antenas parabólicas.
Se les incautó material como para confeccionar
30 aparatos.
Tres años de prisión
Podrían ser condenados de uno a tres años
de prisión, o a pagar una multa de hasta
30.000 pesos cubanos (1.100 euros), pagaderas
en mensualidades, o a ambas penas, además
de la confiscación de bienes.
Esa sanción económica es astronómica
si se compara con el salario medio nacional, que
está en unos 250 pesos. Sería relativamente
asumible si los ingresos fueran en dólares.
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