Reacción
de Reporteros sin Fronteras ante las declaraciones
del ministro de Comunicación a propósito de Internet
Reporteros
sin Fronteras, 14 de febrero de 2007.
El ministro de Comunicación, Ramiro Valdés,
declaró el 12 de febrero de 2007 que considera
a Internet como una "herramienta de exterminación
global" (Tool for global extermination) y
que es imperativo que se "controle"
esa "arma salvaje". Por otra parte,
el ministro cubano explicó que si son muy
pocos los ciudadanos de su país que pueden
acceder a Internet la culpa la tiene el embargo
norteamericano, que le impide conectarse a la
Web en buenas condiciones. Reporteros sin Fronteras
recuerda que el retraso de Cuba en materia de
Internet es antes que nada producto del deseo
del gobierno de controlar la circulación
de información en su territorio.
"Es evidente que el embargo norteamericano,
que impide a Cuba conectarse a la Red mediante
cables submarinos, no facilita el desarrollo del
Net en ese país. Sin embargo, en octubre
de 2006 publicamos un informe que demuestra que
las autoridades frenan deliberadamente ese acceso.
Por otra parte, resultaría sorprendente
que el país, que no cuenta con ningún
periódico, radio o televisión independiente,
permitiera un acceso libre a Internet. Esperamos
con impaciencia que se establezca una conexión
mejor a la Red a través de Venezuela, como
ha anunciado el ministro. Veremos si entonces
el gobierno acepta finalmente que sus ciudadanos
accedan a una Web que no esté censurada",
ha declarado la organización.
Ramiro Valdés hizo estas declaraciones,
reproducidas por Associated Press, en la apertura
de una conferencia sobre tecnologías de
la comunicación, que se celebraba en La
Habana. Criticó fuertemente a Estados Unidos,
a quien acusó de utilizar la Web para "debilitar
al gobierno comunista" (undermine the communist
government).
Internet en Cuba, una red bajo vigilancia (extracto
del informe de Reporteros sin Fronteras de octubre
de 2006):
"Con menos de dos internautas por cada 100
habitantes, Cuba se encuentra entre los países
mas retrasados en materia de Internet. Es, con
mucho, el peor de América Latina -Costa
Rica es 13 veces mejor- y se sitúa al nivel
de Uganda o Sri Lanka. Esto es algo que sorprende
en una isla que presume de tener uno de los niveles
de educación más altos del planeta.
Las autoridades defienden ese catastrófico
balance esgrimiendo el embargo norteamericano,
que les impediría equiparse con el material
necesario para el desarrollo de la Red. Entre
otras cosas explican que, al no poder conectarse
al Internet mundial mediante cables ópticos
submarinos, se ven reducidas a utilizar conexiones
por satélite, caras y menos eficaces. Este
argumento puede, en efecto, explicar la lentitud
del Internet cubano y las interminables filas
de espera delante de los cibercafés. Pero
no justifica en absoluto el sistema de control
y vigilancia de la Red, creado por las autoridades.
En un país en el que los medios de comunicación
están sometidos al poder, se ha convertido
naturalmente en una prioridad impedir que por
Internet circulen informaciones independientes.
El gobierno cubano utiliza diferentes recursos
para asegurarse de que este medio no se use de
manera "contrarrevolucionaria". Para
empezar ha prohibido prácticamente las
conexiones privadas a la Red. Para navegar o consultar
sus e-mails los cubanos tienen que pasar obligatoriamente
por los puntos de acceso públicos (cibercafés,
universidades, "clubs informáticos
para la juventud", etc.), donde resulta más
fácil vigilar su actividad. Después,
la policía cubana ha instalado en todos
los ordenadores de los cibercafés y de
los grandes hoteles unos programas que ponen en
funcionamiento un mensaje de alerta, cuando encuentran
algunas palabras clave "subversivas".
Por otra parte, el régimen se asegura de
que no accedan a Internet los opositores políticos
y los periodistas independientes, para quienes
comunicar con el extranjero resulta un verdadero
calvario. Finalmente, el gobierno apuesta por
la autocensura. En Cuba te pueden condenar a veinte
años de cárcel por unos pocos artículos
"contrarrevolucionarios" publicados
en sitios extranjeros, y a cinco simplemente por
conectarte al Net de forma ilegal. Pocos internautas
se atreven a desafiar la censura del Estado y
a asumir ese riesgo".
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