NOTICIAS
DE CUBA
El
Nuevo Herald
Ex ejecutivo de
TV Martí se declara culpable de recibir sobornos
Rui Ferreira, El Nuevo Herald.
14 de febrero de 2007.
Un ex director de programas de TV Martí
se declaró culpable ayer de recibir $112,000
en sobornos de una productora a la cual compró
servicios, durante un período de tres años.
La Fiscalía federal informó que
José M. Miranda, de 51 años, alias
''Chema'' recibió 73 cheques de una productora
llamada Perfect Image entre noviembre del 2001
y diciembre del 2004, después de "aprobar
pedidos ... para servicios de programación
para TV Martí''.
''De acuerdo con los testimonios recogidos durante
las negociaciones. El acusado Miranda y el dueño
de Perfect Image [no identificado] tenían
un acuerdo según el cual Miranda recibiría
una parte del dinero, que [Perfect Image] cobraba
a TV Martí'', dijo la Fiscalía en
un comunicado.
''Basándonos en las pruebas reunidas en
entrevistas y documentos, el acusado Miranda llegó
a recibir hasta el 50 por ciento que TV Martí
pagaba al vendedor'', precisó el parte
de prensa.
En noviembre, Miranda fue acusado de mentir al
gobierno federal al no declarar ingresos adicionales
en la documentación tributaria en los años
2002, 2003 y 2004.
''En cada una de esas declaraciones de impuestos,
el acusado afirmó que no tenía otras
fuentes de ingresos más allá de
su salario en el gobierno federal, cuando la verdad
es que en ese período recibió dinero
de Perfect Image'', manifestó la fiscal
federal asistente Eloísa Delgado Fernández.
De ser hallado culpable, Miranda encara una sentencia
de cinco años de cárcel.
La audiencia está pautada para el 18 de
abril ante el juez Federico Moreno.
Tras la presentación de la acusación,
la Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB),
que dirige Radio y TV Martí, lo colocó
en licencia administrativa y posteriormente lo
suspendió sin salario hasta que el caso
tuviera un desenlace, informó entonces
un portavoz de la Junta de Gobernadores de Comunicaciones,
que supervisa la OCB.
Según documentación oficial, Perfect
Image recibió por lo menos $239,000 entre
el 2001 y el 2006 por parte de la OCB, que comenzó
a investigar las actividades de Miranda en el
2005, y el caso terminó en la oficina del
Inspector General, que lo envió a la Fiscalía
federal.
El reportero de The Miami Herald Jay Weaver contribuyó
a esta información.
ferreira@elnuevoherald.com
Se refuerza el equipo legal de Posada Carriles
Wilfredo Cancio Isla, El Nuevo
Herald. 13 de febrero de 2007.
En un intento por reforzar su representación
legal, el militante anticastrista Luis Posada
Carriles entregó ayer las riendas de su
defensa al abogado cubanoamericano Arturo Hernández.
La notificación oficial para representar
a Posada se presentó ayer ante un tribunal
de El Paso, Texas, donde el exiliado cubano fue
encausado bajo cargos de fraude migratorio y falso
testimonio el pasado enero.
Hernández, un prominente abogado criminalista
de Miami, calificó la decisión de
''un importante reto'' en su carrera profesional.
''Pocas veces se tiene una oportunidad tan excepcional
como ésta'', consideró Hernández
al explicar sus motivaciones en el caso Posada.
"Voy a representar a un individuo que ha
sido consecuente en su actitud de enfrentamiento
a un régimen totalitario''.
El próximo jueves habrá una audiencia
ante la jueza federal Kathleen Cardone para la
presentación formal de Hernández
y fijar una posible fecha de juicio.
El nuevo reto de Hernández lo obliga a
abandonar la representación legal del empresario
Santiago Alvarez, condenado a cuatro años
de prisión el pasado noviembre tras declararse
culpable de conspiración en un caso de
armamentos. Alvarez y su empleado Osvaldo Mitat,
sentenciado a tres años en el mismo proceso,
son ahora potenciales testigos en el proceso que
se le sigue a Posada.
El tema de la entrada ilegal a Estados Unidos
es clave en la acusación por mentir a las
autoridades durante el procesamiento de ciudadanía.
Posada aseguró que lo hizo por la frontera
mexicana, pero documentos presentados por el FBI
sostienen que viajó de México a
Miami en la embarcación Santrina.
La decisión anunciada ayer por Hernández
marca un drástico giro en la defensa de
Posada en momentos en que aumentan las probabilidades
para que sea enjuiciado. De ser hallado culpable,
Posada podría encarar un máximo
de 40 años de cárcel
El abogado Eduardo Soto, que representó
a Posada en el caso de inmigración, elogió
ayer la designación de Hernández.
''Estoy muy contento de que Posada haya escogido
a un abogado tan competente para que asuma el
caso criminal'', dijo Soto, quien señaló
que continuará colaborando con el acusado
en asuntos migratorios.
Posada, de 78 años, está bajo arresto
desde el 17 de mayo del 2005 y aguarda un veredicto
del juez federal Philip Martínez sobre
su petición de habeas corpus. El 31 de
enero pasado, el Departamento de Seguridad Territorial
(DHS) declinó argumentar sobre si su liberación
condicional sería nociva para la política
exterior de Washington en virtud del proceso criminal
en marcha.
El gobierno de Venezuela mantiene la solicitud
de extradición de Posada por su responsabilidad
en un atentado, en 1976, en un avión cubano
con 73 pasajeros, y considera que debe acusársele
como terrorista.
En dependencia del veredicto del juez Martínez,
la defensa valorará reabrir la petición
de fianza para el detenido.
Hernández conversó el pasado viernes
con Posada, quien se halla actualmente en centro
de detención del Condado de Otero, Nuevo
México.
wcancio@elnuevoherald.com
Un monumento habanero al amor
Jose Cabaleiro, El Nuevo Herald.
11 de febrero de 2007.
Ni anillos, ni cartas, ni fotos. Estos símbolos
tradicionales de los enamorados no son los testimonios
de una legendaria historia de amor que muchas
décadas después aún emociona.
Es una casa.
Situada en una de las más importantes
vías de La Habana, en el 406 de la calle
Paseo, entre las avenidas 17 y 19, en el Vedado,
la mansión de Catalina Lasa y Juan Pedro
Baró, es un monumento que él levantó
para expresar un amor que desafió las convenciones
y las leyes de la época.
La joven belleza de la sociedad habanera, casada
con el hijo del vicepresidente de la República
Luis Estévez Romero, conoció en
una fiesta a Juan Pedro Baró, uno de los
más ricos hacendados de la isla, quien
se transformó a primera vista en el amor
de su vida.
Ante la negativa de su esposo a concederle el
divorcio, la joven asumió su compromiso
de amor y rompió de hecho la relación
matrimonial. Perseguidos por el odio familiar,
ambos se refugiaron en París. Luego, lograron
que el Papa deshiciera el lazo matrimonial y él
le juró fidelidad en la vida y en la muerte.
Legalizada su unión regresaron a La Habana
para instalarse en una casa que sería el
símbolo de su gran pasión.
La creación de la casa contó con
el más exquisito talento de la era, sin
reparar en gastos, como los arquitectos de la
isla Evelio Govantes y Félix Cabarrocas,
que gozaban de un enorme y merecido prestigio
entre la clase acaudalada cubana; la firma francesa
Dominique, que envió empleados a Cuba para
participar en el proyecto, sobre todo en los estucos
y los mármoles del piso, que eran todos
de Carrara; la firma francesa Lalique, la cual
realizó la cristalería decorativa
de la mansión.
''La construcción de la casa debe haber
costado unos $250,000'', estimó libremente
el arquitecto Nicolás Quintana. Esa cifra,
enorme para la época, significa hoy día
más de $3 millones.
''Govantes y Cabarrocas eran una maravilla'',
dijo Quintana. ''Su firma era de las más
importantes en La Habana, si es que no era la
más importante'', añadió.
Además, el arquitecto paisajista J.C.N.
Forestier, el encargado del mantenimiento del
Bosque de Boloña, en París, ideó
los jardines que la compañía habanera
de Lemón Legriñá, entonces
la mejor de Cuba, llevó a la realidad.
Entre otros elementos exóticos hasta se
ha especulado que importaron arena roja del Nilo
para el estuco exterior de la casa.
El palacete, que desde el punto de vista estético
tiene pocos rivales en la capital cubana, ostenta
un diseño ecléctico, pues el estilo
del exterior no corresponde al que impera en su
interior. Es decir, los arquitectos crearon un
casco inspirado en una villa florentina del Renacimiento,
mientras que adentro el diseño es de actualidad
para la época, primordialmente Art Deco
con detalles a la egipcia.
''La casa es un hito histórico en la arquitectura
cubana'', destacó Quintana.
Se entra a la casa por un atrio techado, porque
encima se encuentra el balcón del piso
superior. Dos columnas de terracotta coronadas
con sendos capiteles dóricos guardan la
puerta, y ya con un pie adentro lo primero que
impacta es un ventanal con medios puntos cerrado
con una hermosa herrería de inspiración
florentina. Luego viene el lujo espacial que constituye
el amplísimo recibidor, donde puertas de
rica caoba conectan el recibidor con la bilblioteca,
la sala y el comedor. Un vestíbulo conduce
a la escalera que lleva al segundo piso.
La sala vibra de color con su piso de losas de
mármol naranja y gris enmarcado con mármol
blanco; el estuco entre las puertas es de un tono
naranja igual que el del piso. Esta habitación
tiene seis puertas: sólo cuatro con espejos,
pero todas cuentan con trabajos de herrería
en la parte superior.
Un toque único en esta casa tan especial
lo ponen dos lámparas Art Deco en el recibidor
y la sala. Confeccionadas en Francia, estas magníficas
piezas se abren cuando se encienden y se cierran
cuando se apagan.
El comedor es punto y aparte. Lo preside una
mesa para 14 personas, de mármol blanco
orlada con mármol amarillo jaspeado en
negro; de hecho, por el peso del mármol
se vuelve prácticamente inamovible, por
lo que fue construida en el lugar. Buscando el
juego de luces y reflejos en la habitación,
la mesa tiene insertado en su centro un espejo
rectangular. El estuco de las paredes es también
amarillo para armonizar con la mesa.
Continuando el recorrido visual, las esquinas
del comedor presentan vitrinas empotradas con
tienen espejos trabajados al ácido para
dibujar un ánfora y motivos botánicos
en cada uno. Junto a las vitrinas, apliqués
de bronce laminado dan luz.
El hijo del primer matrimonio de Lasa, Pedro
Luis Estévez Lasa, diseñó
las sillas Art Deco del comedor. El vino de Nueva
York, donde residía, especialmente para
eso, según informaciones de la época.
Distintas fuentes le atribuyen también
toda la decoración de la casa.
Otro lugar importante en la planta baja es el
sun porch, un espacio rodeado de vegetación
cuyas paredes están cubiertas con un emparrillado
de tabloncillos que llegan al techo abovedado.
Una fuente, al centro, replica su forma en la
lámpara, que también sirve de jardinera.
La biblioteca, masculina y contenida, tiene las
paredes cubiertas con maderas preciosas.
Un punto focal en la mansión es la escalera
helicoidal que conduce al segundo piso: adosada
a la pared, exhibe un pasamanos de plata laminada.
Debajo de la escalera, una simple escultura de
mármol adorna el vano, y un inmenso vitral
diseñado por Gaetan Leannin, de la casa
parisina Billancourt, llena el fondo de ese espacio.
La iluminación viene de una lámpara
de Murano que, mediante un mecanismo eléctrico,
se puede regular su altura según sea necesario.
En la segunda planta están las habitaciones
de Lasa y Baró. La de ella incluye su vestidor,
su baño y un pequeño vestíbulo
que unía los dos dormitorios.
Relacionada estéticamente, pero diferente,
es la sala de estar de los altos, ya que su estilo
neoclásico se funde en el Art Deco del
resto del piso. Lo más atractivo es el
piso, de losas de mármol rojo jaspeado
en gris que alternan con losas de mármol
blanco. En el cielo raso en forma de bóveda,
ilumina la estancia una gran lámpara de
hierro laminada en plata.
''Es una casa fastuosa'', recordó Zoraida
Rodríguez, que vivió 24 años
en un edificio situado en Paseo y Línea,
en los altos del restaurante Potin. ''Yo era niña
cuando pasaba frente a ella, miraba hacia adentro
y me impresionaba mucho'', añadió
la ex bailarina de ballet.
El palacete, como el romance de sus dueños,
parece extraído de unas Mil y Una Noches
cubanas.
jcabaleiro@elnuevoherald.com
|