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División
de opiniones entre la disidencia sobre la visita
de Moratinos a Cuba
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La Habana, 30 mar (EFE).- La disidencia interna
cubana se encuentra dividida en sus valoraciones
sobre la visita que realizará la próxima
semana a la isla el ministro de Asuntos Exteriores
de España, Miguel Ángel Moratinos.
Mientras algunos miembros de la oposición
consideraron hoy "muy positiva" la presencia
del ministro casi diez años después
de la última visita de un titular de Exteriores
español -Abel Matutes, en 1998-, otros
interpretaron que puede servir de "espaldarazo"
al gobierno de Cuba en un momento clave para el
país.
"Creemos que siempre una visita de esta
índole es positiva, siempre y cuando se
reúna con nosotros, es indispensable hablar
con todos", indicó a Efe el economista
Oscar Espinosa Chepe, uno de los 75 disidentes
condenados en la primavera de 2003 a penas de
hasta 28 años de cárcel.
Espinosa, excarcelado con licencia extrapenal,
espera de España "mucha comprensión"
y "análisis integrales" de la
situación del país, por lo que considera
indispensable un encuentro con la disidencia que,
dijo, aún no ha sido convocado.
Gisela Delgado, de las Damas de Blanco, colectivo
que integra a mujeres familiares de los 75, coincidió
en que la visita sería positiva si Moratinos
"viniera a reunirse con todo el pueblo cubano,
no con una parte del pueblo cubano".
"Muchos familiares siempre tienen el deseo
y el optimismo de que una visita como esta pudiera
ayudar a algunas excarcelaciones", señaló,
aunque puntualizó que "a veces las
visitas pasan y no sucede nada".
El gobierno de José Luis Rodríguez
Zapatero "siempre ha tenido buena voluntad
de diálogo, pero el diálogo es de
dos", añadió.
Para el socialdemócrata Manuel Cuesta
Morúa, de Arco Progresista, la visita es
"muy positiva" y no es necesaria una
reunión "simbólica" con
disidentes si eso puede mermar la eficacia del
encuentro del ministro español con las
autoridades cubanas.
"Pienso que lo más importante es
la eficacia de la reunión, si esta reunión
va a avanzar la posibilidad de una agenda en la
que estén presente los derechos humanos
y la democracia, no creo que se deba sacrificar
con una reunión simbólica",
dijo.
Cuesta Morúa dijo que no cree que Moratinos
venga a Cuba "para lograr algo después",
aunque "debe haber un compromiso del Gobierno
cubano de hacer un gesto positivo, no como canje,
sino como gesto", que puede traducirse en
la liberación de presos, opinó.
"Casi una década sin la presencia
de un canciller español hace más
significativa la visita por el momento que vive
Cuba, un momento de cambio, aunque los que tienen
que hacer los cambios no quieran reconocerlo",
dijo.
En el polo opuesto, Vladimiro Roca, de Todos
Unidos, ve "con muy malos ojos" la visita,
ya que "en estos momentos las relaciones
internacionales de Cuba están bastante
complicadas y la visita de Moratinos viene a tratar
de dar un espaldarazo a una tiranía que
Moratinos dudo que quiera para España".
"Todo parece indicar que el Gobierno de
Zapatero viene como neocolonizador de Cuba",
apuntó, al considerar que el Ejecutivo
español "llega a apoyar una tiranía
para tener luego toda la preferencia en Cuba".
Roca señaló que la visita podría
acarrear algunas liberaciones de presos como "gesto
utilitario" del Gobierno cubano en sus relaciones
con la Unión Europea, y manifestó
que él no tienen "ningún interés"
en una eventual "reunión para la fotografía"
con Moratinos.
Martha Beatriz Roque, de la Asamblea para Promover
la Sociedad Civil, dijo desconocer "qué
repercusiones podrá tener el objetivo final
de la visita", en su opinión, "bastante
oscuro".
"No creo que sea positivo darle un espaldarazo
al Gobierno cubano", comentó, aunque
"si trajera aparejada la liberación
de algún preso bienvenida sea".
"Si hubiera una reunión estaría
dispuesta a decirle al Gobierno español
lo que pensamos", indicó, y añadió
que "sería un grave error" que
Moratinos no se reuniese con sectores disidentes.
Para Héctor Palacios, disidente excarcelado
del grupo de los 75, "el momento es propicio
para cualquier visita", ya que "ni Fidel
Castro se ha ido ni Raúl Castro ha llegado,
y hay un hueco tremendo que hay que ir llenando".
Sin embargo, consideró que "es un
acto valiente de Moratinos", ya que "podría
irse con los bolsillos vacíos".
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