LABORALES
Retórica contradictoria y desfasada
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba - Octubre (www.cubanet.org) -
El XIX Congreso de la Central de Trabajadores
de Cuba (CTC), efectuado a fines de septiembre,
representó en sus debates una muestra de
las incoherencias y contradicciones presentes
en la sociedad cubana actual.
En el plano político pudo apreciarse la
repetición de los manidos argumentos y
desfasadas consignas, que en algunos momentos
llevaban a pensar en actividades semejantes realizadas
muchos años atrás; tal como si el
tiempo se hubiera detenido y el Muro de Berlín
hubiera permanecido incólume. Sin embargo,
en el aspecto económico, al lado de viejas
concepciones se apreciaron tímidos atisbos
de que en los próximos tiempos, por lo
menos en esta esfera, algo pudiera cambiar.
Según se pronunciaron algunos dirigentes
sindicales y partidistas, los sindicatos deben
continuar siendo dóciles instrumentos del
totalitarismo; la conocida correa de transmisión
leninista, siempre al margen de los intereses
reales de los trabajadores. Repitieron el ridículo
argumento de que la clase obrera es dueña
de los centros de producción y servicios;
algo muy poco serio a estas alturas y que dice
mucho de la pobre opinión que tienen algunos
dirigentes sobre la inteligencia de los trabajadores
cubanos y la población en general.
En este congreso se volvió a hacer un
llamado a la lucha contra las indisciplinas, las
ilegalidades, el delito y la corrupción,
sin analizar las raíces promotoras de estos
problemas, que cada día enferman más
la sociedad cubana. En ningún momento se
habló de que el salario promedio mensual
asciende a un equivalente de 16.45 US dólares,
cuando un litro de aceite comestible es vendido
por el estado a 2.69 US dólares o un kilogramo
de leche en polvo a 6.56.
Resulta contradictorio que se hable de indisciplina,
cuando en el mismo congreso, algunos delegados
plantearon que sus salarios demoran hasta semanas
en abonarse. Esto se reproduce en otros centros
de trabajo y en el pago a los pensionados.
Es lamentable que se hable de ilegalidades, cuando
se sabe que en ocasiones falta la ropa y el calzado
para los trabajadores y, en muchos lugares, instrumentos
elementales como machetes y limas para las labores
agrícolas.
Se llama a los trabajadores a rendir más
en sus trabajos, pero no se les brindan las condiciones
mínimas para desarrollar sus actividades.
Es una odisea para muchos la mera llegada a sus
puestos de labor debido a la ausencia de transporte.
A todo eso se agrega, en los últimos tiempos,
una continuada erosión del salario por
la elevación de los precios en productos
y servicios básicos. Así, en enero,
las tarifas eléctricas fueron elevadas
en una magnitud que para una familia que consuma
360 Kilowatts representa un incremento del 186%
sobre lo pagado anteriormente.
En el transporte interprovincial, el costo de
las tarifas se multiplicó por 3.3 veces.
Un viaje de La Habana a Santiago de Cuba hoy tiene
un valor de 169 pesos, frente a 51 hasta el 14
de agosto. De esta subida de precios no han escapado
algunos productos vendidos por el racionamiento,
como una parte del arroz que hay que pagar ahora
a 90 centavos la libra, 4.5 veces más caro.
Además, en el mercado libre los precios
se han disparado a niveles estratosféricos.
De la pérdida de valor real del salario
y las miserables pensiones no se habló
en el Congreso. Tampoco de la erosión constante
de los ahorros de los trabajadores, debido a que
los intereses devengados por el dinero depositado
en los bancos son inferiores a la tasa de inflación
existente.
Debe reconocerse que en las exposiciones de algunos
ministros y altos funcionarios del gobierno hubo
informaciones realistas. Es el caso de el Sr.
Alfredo Morales Cartaya, ministro del Trabajo
y Seguridad Social, quien señaló
que ¨
terminado el semestre, en el sistema
empresarial la productividad del trabajo se incrementó
en un 7.5% y el salario medio creció en
un 27.9%... Hay una verdad: lo que le estamos
entregando a la sociedad como resultado de nuestro
trabajo está por debajo de lo que ella
entrega...¨
De estas palabras puede deducirse que el salario
medio creció 3.7 veces más que la
productividad, lo cual por supuesto debió
afectar negativamente los costos de producción.
Por ello, no sorprende que la Sra. Lina Pedraza,
miembro del Secretariado del Comité Central
del Partido, reconociera que de las 3,039 empresas
con que cuenta el país, 1,002, o sea, el
33%, reportarán pérdidas en el primer
semestre. Esto es algo impactante, cuando debería
existir una mejoría en el aseguramiento
de los insumos y otros recursos debido a las enormes
subvenciones que actualmente provienen de Venezuela,
lo cual indica a las claras el nivel de desorganización
y descontrol existente en la economía cubana.
En el Congreso se informó que de las 3,039
empresas existentes, sólo 744, o sea, el
24.5% están incluidas en el Sistema de
Perfeccionamiento Empresarial en proceso de implantación
desde hace más de 8 años. Esto hace
pensar que a este paso en el 2030 podrán
estar todas las empresas bajo ese sistema. El
Secretario Ejecutivo del Grupo Gubernamental para
esta tarea, Armando Pérez Betancourt, en
conversación con el diario Trabajadores
señaló que "
algo menos
de la mitad de las empresas existentes (1,244)
poseen el aval de tener una contabilidad confiable
",
lo cual también brinda una idea de la situación
de descontrol prevaleciente: un verdadero paraíso
para el delito y la corrupción en un ambiente
donde el salario no alcanza para vivir.
Como noticia positiva podría mencionarse
el señalamiento del Sr. Pérez Betancourt
sobre la nueva tendencia a acelerar el Perfeccionamiento
Empresarial, con el incremento del número
de empresas. Como se conoce, en los últimos
tiempos ha estado vigente la recentralización
en la economía cubana y la remonopolización
del comercio exterior, con medidas que van desde
despojar a las empresas de los recursos financieros
en divisas, que deben entregar a una caja central,
hasta la obligación de los dirigentes a
pedir permiso a niveles superiores para firmar
contratos.
Habrá que ver en el futuro qué
hay de realidad en las palabras optimistas del
Sr. Pérez Betancourt; aunque es cierto
que desde hacía años no se hablaba
tanto del programa de Perfeccionamiento Empresarial
como en este Congreso. Este Sistema tuvo su génesis
en las Fuerzas Armadas con resultados positivos,
según se ha dicho.
Adicionalmente a estos temas, se hicieron críticas
al funcionamiento de los Sindicatos en el discurso
final pronunciado por el General Raúl Castro,
así como referencias a priorizar "las
tareas centrales" y la necesidad de una comunicación
estrecha con las bases en los centros de trabajo.
La dirección de la CTC fue removida radicalmente,
lo que indica la posibilidad de cambios en el
estilo de trabajo de esa organización.
Por desgracia, en la Declaración Final
del Congreso se vuelve a las andadas con llamamientos
divisionistas y al odio en la sociedad cubana,
cuando se requiere la unidad de todos los cubanos
por encima de ideologías frente a una crisis
que amenaza hasta los propios cimientos de la
nación.
El planteamiento de que "
las calles
y los centros de trabajo de Cuba son y serán
de los revolucionarios
" es una pretensión
que olvida que Cuba es de todos los cubanos y
no de una parte de ellos; una pretensión
que también trata de hacer exclusivo el
concepto de revolucionario para quienes en definitiva
han provocado una involución de la sociedad
y convertido la histórica CTC y los sindicatos
en algo muy alejado de lo que deberían
ser: defensores intransigentes de los derechos
y los intereses de los trabajadores cubanos.
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