POLITICA
La soledad del embajador español
Aleaga Pesant
LA HABANA, Cuba - Octubre (www.cubanet.org) -
El cambio de dirección política
de la cancillería madrileña respecto
a Cuba destaca las inconsistencias del gobierno
socialista de Zapatero, y de su ministro de Exteriores,
el orientalista Moratinos. Pero, además,
ha dejado en la estacada al desgarbado y solitario
embajador en La Habana, quien probablemente deberá
brindar más solo que nunca, digo, sin cubanos
alrededor, en el "día de la hispanidad".
Todo se precipitó, luego de las últimas
semanas. Lo que debió ser un encuentro
protocolar e informativo, sobre los diferentes
asuntos políticos de la isla, se convirtió
en un "tornado en un vaso de agua".
El vice canciller español recibió,
durante su visita a la Mayor de las Antillas,
a una representación de los familiares
de los presos políticos, a un premio Sajarov
de la libertad de conciencia, a la presidente
ejecutiva de una organización que trabaja
por la democratización y a un político
socialdemócrata. Todo dentro de la Embajada
Española en La Habana.
La pataleta verde oliva en "tempo"
de cambio, impidió inmediatamente un contacto
de vice ministros de Exteriores y un encuentro
de Cancilleres, pactado para la semana pasada
en Nueva York. La tendencia es a convertir la
fiesta nacional de España en Cuba, el llamado
"Día de la Raza" (12 de octubre),
en un verdadero desierto donde no habrá
ni tirios ni troyanos.
A diferencia de otras misiones europeas que se
han dedicado en los últimos meses a construir
consensos con los grupos pro democracia, a identificarlos
y conocer sus programas y proyectos; la embajada
del "Reino de Castilla", a través
de su máximo representante, se encargó
de dinamitar las relaciones que con la mayoría
de estos grupos se construyeron a lo largo de
muchos años. Sin embargo, no contento con
ello, el actual embajador se encargó de
humillarlos y descalificarlos públicamente.
Esto le valió para que en la última
oportunidad dos prominentes figuras de la oposición
abandonaran, abruptamente, la fiesta nacional
española.
Si todos asocian el actual cambio de rumbo a
la entrada a la cancillería de esa tremenda
mujer que es Trinidad Jiménez, lo cierto
que por deseado menos tardío la rectificación
siempre es bienvenida, sobre todo por el impulso
que puede dar a una posición más
coherente de la Unión Europea respecto
a América Latina y a nuestros país
en particular.
Trinidad Jiménez plantó cara y
emplazó directamente a Fidel Castro, hace
un año con motivo de los mítines
de repudio contra miembros de la Corriente Socialista
Democrática Cubana, defendiendo con claridad
y sin paños tibios la necesidad de respetar
la libertad y la democracia, por la dictadura
habanera, en medio de un retroceso del Partido
Socialista Obrero Español, que se convirtió
en antológico. Sin embargo ya las cosas
habían comenzado a cambiar a mediados de
este año, cuando los socialistas españoles
invitaron a la Fundación Nacional Cubano
Americana (FNCA) y otras organizaciones a un seminario
sobre el futuro de la región, al que no
fueron invitados ni el Partido Comunista de Cuba,
ni el Movimiento Quinta República de Venezuela,
ni el Movimiento al Socialismo de Ecuador, todos
en el poder. La invitación fue doblemente
positiva para el socialismo europeo y para los
exiliados, aunque en La Habana, en medio de tanta
represión contra los demócratas,
ni se sintió.
El seminario fue un gesto para rectificar el
respeto a la voluntad de la izquierda latinoamericana
de distanciarse del totalitarismo latinoamericano,
posiblemente el empeño socialista de volver
a representar los valores modernos y democráticos,
que han perdido.
Pero sobre todo, es un disparo a esa zona de
exclusión que es la próxima Cumbre
Iberoamericana. A la vez tan cerca y tan ajena
a los problemas de Cuba y del área.
Mientras llega ese momento, en el hermoso jardín
de la residencia del embajador español
en La Habana, el ex comunista Carlos Alonso Zaldivar
apurará en solitario su buen vaso de vino
español.
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