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DE CUBA
El
Nuevo Herald
Cuestionan uso de fondos para democracia
en Cuba
Oscar Corral y Pablo Bachelet
/ The Miami Herald, Washington. 15 de noviembre
de 2006.
Informe emitido por la GAO | Principales hallazgos de la GAO
Los programas para promover la democracia en
Cuba de la Agencia para el Desarrollo (USAID),
gastaron millones de dólares sin la supervisión
adecuada o licitaciones competitivas, lo que conllevó
a dudosas compras, como por ejemplo, una sierra
eléctrica, suéteres de casimir y
chocolates Godiva, según un informe congresional.
El crítico informe cita ''debilidades
en las políticas y en los procesos [administrativos]
de la agencia y en la supervisión de la
oficina del programa'', así como ''deficiencias
internas de control''. La falta de personal en
la USAID también representó largas
demoras en el inicio de inspecciones sobre el
programa.
The Miami Herald obtuvo una copia adelantada
del reporte de 60 páginas que será
publicado hoy por la Oficina Fiscalizadora del
Gobierno (GAO), el brazo investigativo del Congreso.
El reporte provee la lista más detallada
hasta la fecha sobre los $65 millones en ayuda
de la USAID para la democracia en Cuba destinados
40 programas entre 1996 y 2005, de los cuales
$62 millones fueron asignados ''en respuesta a
proposiciones no solicitadas'', lo que significa
que no hubo licitaciones competitivas. El Departamento
de Estado usó mecanismos de competencia
para otorgar otros $8 millones a otros cuatro
programas, indicó la GAO.
La entidad realizó ''inspecciones limitadas''
de 10 programas y encontró ''gastos dudosos''
y ''significativas debilidades en el control''
en tres de ellos. Ninguno de los 36 programas
que recibieron fondos de la USAID y del Departamento
de Estado fueron identificados en el reporte.
Uno de ellos, indicó la GAO, usó
fondos para comprar artículos como una
sierra de motor, juegos de Nintendo y Playstations
de Sony, una bicicleta de montaña, abrigos
de piel, suéteres de casimir, carne de
cangrejos y chocolates Godiva.
Juan Carlos Acosta, director ejecutivo de Acción
Democrática Cubana, con sede en Miami,
declaró a The Miami Herald en una entrevista
ayer que, excepto por la sierra [por la que reembolsó
a USAID], compró esos artículos
y los envió a la gente en Cuba.
Agregó que compró la sierra para
cortar una rama que había caído
cerca de la puerta de su oficina después
de un huracán. Compró ''cinco o
seis'' latas de masas de cangrejo y algunas cajas
de chocolate Godiva para enviar a Cuba.
''Esta gente se está muriendo de hambre.
Allí no tienen chocolate'', comentó.
Acosta agregó que también compró
una docena de chaquetas de piel y suéteres
de casimir --en venta en Costco-- para enviar
a disidentes en Cuba.
''Ellos [los auditores de GAO] se creen que allí
no hace frío'', prosiguió Acosta.
"Un suéter de casimir de $30 es una
ganga porque el casimir es costoso. En Cuba estaban
pidiendo suéteres''.
Acosta señaló que ISAID nunca le
dijo lo que podía, o no podía, enviar
y que reembolsó a la USAID por la sierra.
Frank Hernández Trujillo, director ejecutivo
de Grupo de Apoyo a la Democracia, que ha recibido
más de $7 millones de USAID, afirmó
que envió unos juegos de Nintendo a Cuba.
Acosta agregó que él también
lo hizo.
''Defenderé esa decisión hasta
que muera'', subrayó Hernández Trujillo.
"Es parte de nuestro trabajo: demostrarle
al pueblo cubano lo que podría conseguir
si no estuviera viviendo bajo el sistema [comunista]''.
La USAID está investigando los tres casos
que reveló la GAO, señaló
la agencia congresional en su informe.
El estudio fue solicitado por los representantes
Jeff Flake (republicano por Arizona) y Bill Delahunt
(demócrata por Massachusetts), ambos opuestos
a las sanciones de Estados Unidos contra Cuba.
Los dos tienen programada para hoy una conferencia
de prensa para hablar sobre el informe.
La administración Bush ha convertido la
ayuda adicional para la democracia en Cuba en
una parte fundamental de sus esfuerzos para socavar
el gobierno comunista de Fidel Castro, y es muy
probable que el informe alimente aun más
el debate sobre la efectividad de esta ayuda.
En el 2004, en un informe que realizó
la Comisión para Asistencia a una Cuba
Libre, ésta recomendó entregar $36
millones a la USAID y a otras agencias gubernamentales
que trabajan a favor de Cuba. En julio, un informe
de seguimiento recomendó entregar $80 millones
adicionales durante un período de dos años
y $20 millones anuales hasta "el fin del
régimen de Castro''.
''Durante mucho tiempo, este programa ha tenido
la reputación de ser políticamente
efectivo en Miami, tener poco impacto en Cuba,
y estar deficientemente administrado'', declaró
Philip Peters, un severo crítico de la
política del gobierno de Bush hacia Cuba,
quien trabaja en el Lexington Institute, en Arlington,
Virginia. "Ha hecho falta durante mucho tiempo
la supervisión del Congreso''.
David Snider, portavoz de la USAID, no quiso
hacer comentarios, ya que la agencia todavía
no ha visto una copia final del informe.
Investigadores de la GAO señalaron que
entrevistaron a varios disidentes en La Habana,
y que éstos dijeron que agradecían
el respaldo norteamericano, al tiempo que la ayuda
''no hacía sino demostrar el compromiso
del gobierno de Estados Unidos con la democracia
en Cuba'', según el informe.
La GAO señaló que después
del 2004 tanto la USAID como el Departamento de
Estado utilizaron ''competencia formal para seleccionar
a los destinatarios [de los fondos]'', y que recientemente
el Departamento de Estado y la USAID tomaron medidas
con el fin de mejorar la supervisión del
programa.
De igual modo, el informe de la GAO revela nueva
información acerca de la naturaleza de
los programas para la democracia en Cuba.
Gran parte de los materiales enviados a Cuba
fueron entregados por diplomáticos estadounidenses
en La Habana que a menudo no sabían qué
era lo que se había enviado. En algunas
ocasiones, algunos libros fueron considerados
''inapropiados'' y fueron rechazados, agregó
el informe, sin dar más detalles.
Durante mucho tiempo el gobierno cubano ha criticado
a la misión diplomática de EEUU
en La Habana, argumentando que pretende derrocar
el régimen comunista. Bajo las leyes de
Cuba, los ciudadanos cubanos pueden ser condenados
a penas de cárcel de hasta 20 años
por recibir ayuda norteamericana.
De acuerdo con la información dada por
la USAID a la GAO, desde 1996 el gobierno de EEUU
ha entregado 385,000 libras de medicinas, alimentos
y ropa y más de 23,000 radios de onda corta,
entre muchos otros materiales. El informe amplió
que algún material fue objeto de ''robo
y confiscación'' por parte de las autoridades
cubanas.
Funcionarios norteamericanos dijeron que la GAO
tiene planeado emitir una versión clasificada
del informe con información extra sobre
cómo la ayuda de EEUU se entrega en Cuba,
así como los pasos que deben darse para
"reducir las pérdidas de la asistencia
que se envía a la isla''.
Legislador pide se permita a estadounidenses
viajar a Cuba
Nestor Ikeda, Associated Press.
15 de noviembre de 2006.
WASHINGTON - El Congreso con mayoría demócrata
que se instalará en enero buscará
mejores mecanismos para la transición democrática
pacífica en Cuba, incluida una mayor apertura
a los viajes de estadounidenses a ese país,
dijo el miércoles el legislador William
D. Delahunt.
"La cuestión fundamental será
cómo incrementamos, de una manera positiva,
la influencia de Estados Unidos en Cuba",
comentó Delahunt, quien tendrá posiciones
destacadas en varios comités de la Cámara
de Representantes el próximo año.
"Nada ha cambiado en Cuba en 50 años".
Delahunt formuló el comentario en una
rueda de prensa al presentar un informe legislativo
que considera deficiente la forma en que el gobierno
de Washington ha estado administrando los programas
de ayuda a grupos diversos para facilitar la transición
democrática pacífica en Cuba.
El informe fue elaborado por la General Accountability
Office (GAO), una dependencia del Congreso, a
pedido del congresista republicano Jeff Flake,
vicepresidente del subcomité de Supervisión
e Investigaciones, y de Delahunt, el demócrata
más importante de ese panel.
Flake, hablando junto a Delahunt, dijo que el
informe, "La asistencia de Estados Unidos
para la Democracia en Cuba requiere mejor manejo
y supervisión", proporciona una buena
base para "un debate empezando desde cero"
en el Congreso en busca de programas que "sirvan
mejor a la causa de la transición".
GAO dijo que en entre 1996 y 2004, Estados Unidos
hizo donaciones por 74 millones de dólares
a grupos disidentes cubanos, y un 95% de esa ayuda
ha fluido sin control alguno ni seguimiento.
Delahunt declaró que los estadounidenses
tienen el derecho constitucional a viajar a cualquier
sitio del mundo y que una apertura de visitas
a Cuba "mejoraría drásticamente
la influencia y los valores estadounidenses en
esa isla".
"Los estadounidenses (que viajan) son ciertamente
nuestros mejores embajadores", dijo Delahunt.
"El contacto de persona a persona resulta
el más efectivo".
Ninguno de los dos habló directamente
de la posibilidad de cortar la ayuda estadounidense
a grupos cubanos de oposición, pero tampoco
se refirió a la necesidad de incrementarla
frente al flujo de miles de millones de dólares
desde Venezuela en favor del gobierno cubano.
Serios fallos con fondos para la libertad de
Cuba
Gerardo Reyes, El Nuevo Herald. 15 de noviembre
de 2006.
Un programa federal de Estados Unidos para promover
la transición democrática en Cuba,
que ha costado $55 millones a los contribuyentes,
presenta preocupantes deficiencias, según
una extensa investigación de The Miami
Herald que se publica hoy.
Los fondos millonarios destinados para el programa
se han quedado en Miami y en Washington para financiar
una ''economía anticastrista'' que cubre
desde el pago de altísimas tarifas de envío
subrepticio de bienes a la oposición en
la isla hasta estudios universitarios, agrega
el reporte.
Financiado por la Agencia Internacional para
el Desarrollo (USAID), el programa ha sido objeto
de críticas de expertos que sostienen que
fue diseñado para mantener la situación
en Cuba, en lugar de cambiarla, y en algunos casos
ha sido usado tanto por republicanos como por
demócratas para granjearse el apoyo político
del exilio cubano, señala el informe.
El presidente George W. Bush ha prometido aumentar
el presupuesto del plan a $80 millones para los
próximos dos años.
En el centro del problema se encuentra la imposibilidad
de enviar el dinero en efectivo directamente a
Cuba, una política concebida para proteger
a los líderes de la oposición cubana
de ser caracterizados como mercenarios y evitar
que sean encarcelados, afirma el reporte.
En su lugar, las organizaciones comprometidas
en Estados Unidos reciben sus partidas para adquirir
bienes y materiales y luego enviarlos a los disidentes
pagando unas tarifas muy altas de correo que absorben
una buena parte del presupuesto.
''Enviar material a la isla es un pérdida
de dinero increíble. Es muy costoso, puede
ser confiscado. Todos estos argumentos fueron
citados por mí y otros en su momento'',
explicó a The Miami Herald, Peter Orr,
el primer director del programa de iniciativa
republicana que se inició durante el gobierno
de Bill Clinton.
Agrega la nota que en 1996 la USAID preparó
un memorando confidencial en el que se afirmó
que existía un amplio apoyo desde la Comisión
de Relaciones Exteriores del Senado hasta el Departamento
de Estado para permitir que fueran enviados hasta
$400 por cada giro a las ''víctimas de
la represión'' en Cuba.
Basándose en documentos solicitados a
la USAID y en un centenar de entrevistas, la investigación
del diario halló que los problemas señalados
por una auditoría practicada al USAID en
el año 2000 continúan sin resolverse.
Algunos de los hallazgos de la investigación
periodística son:
o El pago de ''mulas'' y otros costos de transporte
representó la mitad del presupuesto de
$7.4 millones del Grupo de Apoyo a la Democracia,
el mayor beneficiario del programa. La organización
gastó $986,000, en alimentos y medicinas.
o Casi la mitad de los $3.2 millones que gastó
Cuba OnLine, otra de las organizaciones beneficiadas,
se destinaron a cubrir los gastos de correo para
el envío de mensajes prodemocráticos
a Cuba del 2001 al 2004.
o El gobierno de Estados Unidos no cuenta con
empleados en la Sección de Intereses en
Cuba para supervisar la efectividad del programa
o Dos altos funcionarios que ayudaron en la creación
del programa afirmaron que fue concebido para
preservar el estatus quo en Cuba.
Varios de los académicos y activistas
que tienen bajo su cargo programas financiados
por la USAID respondieron a The Miami Herald que
tienen sus formas de cerciorarse de que sus envíos
llegan a los disidentes de la isla.
El profesor de la Universidad de Miami, Jaime
Suchlicki, que maneja Cuba OnLine, uno de los
proyectos que recibe fondos de USAID, aseguró
que depende de llamadas telefónicas y cartas
para comprobar que su correo llega a Cuba. Calculó
que de 50 a 60 por ciento de los mensajes llegan
a la isla.
David Mutchler, el actual director del programa
de Cuba en USAID, se limitó a decir que
su oficina tiene maneras de verificar que los
envíos llegan a Cuba, pero se abstuvo de
explicarlas.
El Center for a Free Cuba, un organización
de derechos humanos que dirige Frank Calzón
recibió más de $5 millones de USAID
desde 1998 a 2004, de acuerdo con el reporte de
impuestos de la organización correspondiente
al primer trimestre del 2004.
El grupo envió más de 209,244 libros,
panfletos, revista y videos a Cuba, afirma el
reporte de la organización.
De acuerdo con The Miami Herald, Calzón
también cabildea ante gobiernos extranjeros
para que condenen los abusos de los derechos humanos
en Cuba.
''Nuestra misión básica es alentar
y ayudar a construir un sociedad civil democrática
en Cuba'', le dijo Calzón al diario. "Eso
no puede hacerse si los cubanos no tienen acceso
a libros, casetes y otros materiales que explican
las ideas democráticas''.
Para otros, la evaluación de la efectividad
del programa es una tarea muy difícil,
según manifestaron al diario.
''Es un programa muy complicado para cuantificar'',
explicó Xavier Utset, quien dirige el Cuba
Democracy Project de Freedom House que recibió
$2.7 millones de USAID desde 1996 al 2005. ''La
represión interna hace difícil evaluar
el programa que apoya a la gente dentro de la
isla'', agregó.
La juventud cubana quiere más comodidad
material
Vanessa Arrington, Associated
Press. 15 de noviembre de 2006.
LA HABANA - Cuba afirma que la revolución
de Fidel Castro será eterna.
Pero la camada envejecida de los líderes
que dedicaron sus vidas a construir una utopía
comunista en esta isla del Caribe deberá
inevitablemente ceder su lugar a nuevas generaciones...
y los jóvenes cubanos no parecen compartir
su celo revolucionario.
Existe una profunda desconexión entre
el mundo de esta generación más
joven y la ideología que ven reflejada
en la prensa oficial. Después de 47 años
de gobierno de Castro, muchos jóvenes dicen
que están cansados de la política
y que la retórica oficial no concuerda
con su realidad.
Sueñan con menos propaganda y más
comodidades materiales.
"Tenemos esperanza de que mejore... No siempre
puede estar así", comentó sobre
la situación económica Israel Cuesta,
de 24 años.
Uno de los muchos interrogantes que enfrenta
Cuba es si el puñado de líderes
que reemplaza a Castro, de 80 años y enfermo,
podrá superar esta apatía.
Muchos cubanos jóvenes por cierto apoyan
el sistema actual, participando activamente en
la Unión de Jóvenes Comunistas y
respondiendo a los esfuerzos del gobierno por
nutrir una nueva generación de líderes.
Pero otros se resisten a la fórmula. Los
límites a la libertad de palabra se encuentran
entre sus reclamaciones más insistentes.
El restringido acceso a la internet por lo general
sólo es posible mediante centros y universidades
gubernamentales, y los cubanos se arriesgan a
enfrentar multas y confiscación de equipos
si conectan ilegalmente las bandejas de satélite
para ver las transmisiones televisivas de MTV
o CNN.
"Ciego me siento, y manipulado", dijo
un hombre de 30 años que sólo quiso
identificarse como Luis por temor a perder su
empleo en un instituto de arte estatal.
El énfasis en la igualdad social y la
autonomía de los Estados Unidos son genuinamente
populares entre los jóvenes. Aprecian además
la red de seguridad que impide que la mayoría
de los cubanos pase hambre o viva sin techo, al
igual que un ambiente sociable en el que los extraños
interactúan constantemente y se ayudan
mutuamente. Y han heredado el profundo sentido
de orgullo de sus padres y sus abuelos de ser
cubanos.
Pero lo que más quieren parece ser el
cambio.
"Quiero más tecnología, estar
en un lugar que sea más avanzado",
dijo Tony, un productor musical de 20 años
con cabello largo y brazalete de cuero negro con
tachuelas.
Al igual que muchos cubanos jóvenes no
quiso dar su apellido, temiendo retribución
por hablar con franqueza. "Quiero abrir mi
mente", dijo.
Si bien la generación mayor equipara la
revolución castrista con oportunidades,
la gente más joven siente que carece de
opciones, y no puede concebir de qué modo
serán capaces de ganar suficiente dinero
como para vivir bien.
Los cubanos más jóvenes pueden
asistir a la universidad gratuitamente, recibir
una completa atención médica y escuchar
conciertos de música de categoría
mundial a un costo mínimo. Pero también
tienen pocas oportunidades de alquilar o comprar
sus propios departamentos, conseguir un automóvil
o ganar más de 15 dólares mensuales.
Cuesta, lavaplatos en un elegante hotel turístico
de La Habana, recuerda vívidamente la pobreza
dramática durante el "período
especial" en la década del 90, cuando
el desplome de la Unión Soviética
y el fin de sus subsidios precipitaron Cuba en
una crisis económica.
Las bicicletas reemplazaron a los automóviles
y los cubanos empezaron a adelgazar mientras desaparecían
la gasolina y los alimentos. Los salarios perdieron
su valor de la noche a la mañana. Eran
comunes los apagones de hasta 16 horas diarias.
"No había nada", dijo Cuesta.
"Mucha gente empezó a decaer monetariamente.
Dejó de ser lo que era antes".
Ese período produjo "expectativas
frustradas" para los jóvenes cubanos,
dijo Damián Fernández, un cubano-estadounidense
que dirige el Instituto de Investigación
Cubana en la Universidad Internacional de la Florida.
"La escasez económica, y el cierre
de oportunidades, han afectado claramente a esta
generación".
Cuesta dijo que la situación está
mejorando, pero que muchos de sus amigos se han
ido de Cuba de todos modos. "Quieren adquirir
más cosas que aquí es difícil
de encontrar, como un televisor de color, un DVD",
explicó.
Los que se van reflejan la brecha generacional:
el 28% de los 2.150 cubanos repatriados en el
2005 después de haber sido interceptados
en el mar tenía menos de 25 años
y la mayoría estaba en el rango de 25-45,
según la sección de intereses estadounidenses
en La Habana. Apenas el 6% tenía más
de 45 años.
"Todos queremos irnos por la Yuma",
dijo Eduardo, de 15 años, utilizando el
término popular cubano para designar Estados
Unidos, citando desde la mayor paga hasta la mayor
cantidad de parques de diversiones. "Es mejor
allá".
Los cubanos más jóvenes han quedado
expuestos cada vez más a las culturas materialistas
y estilos de vida alternativos desde que Cuba
a regañadientes abrió sus puertas
a los turistas extranjeros para sacar a la isla
del pozo económico de la década
del 90. Las divisiones económicas también
se profundizaron en la isla de 11 millones de
habitantes a medida que el turismo reemplazó
al azúcar como la fuente principal de divisas
extranjeras.
Ahora, mientras los jóvenes más
pobres tocan la guitarra cerca del Malecón
y bailan regatón durante horas en los parques,
otros usan prendas de vestir de marca y van a
fiestas musicales de moda que cuestan 5 dólares,
un tercio del salario mensual promedio. Estos
"Mickies" _así apodados como
una combinación entre el ratón Mickey
y la superficialidad_ pueden formar parte de la
reducida clase privilegiada cubana, o recibir
dinero de extranjeros o de familiares en el exterior.
Otros grupos "alternativos" se congregan
en las calles de la ciudad o en clubes nocturnos
que cobran un dólar. Su estilo incluye
corte de cabello "mohawk", tatuajes
y perforaciones corporales, aunque en una sala
de música tecno se vieron recientemente
numerosas zapatillas estadounidenses caras y aun
una casaca de fútbol con el nombre de David
Beckham.
"Aquí realmente puedes desconectarte
de toda la presión de afuera", afirmó
Luis, que tiene perforaciones en las cejas y un
cabello teñido de rubio y ceñido
en punta. "Aquí en este sótano
hay mucha tolerancia".
Luis dijo que frecuentemente es hostigado por
la policía, pero también reconoció
que sus compañeros rebeldes pueden reunirse
abiertamente: un cambio real con respecto a décadas
pasadas en las que el cabello largo era motivo
de reprensión y los cubanos eran enviados
a campamentos de trabajo por ser homosexuales.
Pero agregó que Cuba todavía tiene
mucho camino por recorrer.
"Queremos libertad de expresión,
libertad de hacer lo que nos da la gana",
dijo. "Y queremos más dólares".
Estos dólares suelen llegar ilegalmente,
aunque trabajando clandestinamente y mediante
el "jineterismo", término cubano
que puede significar todo desde conseguir que
un extranjero lo invite a almorzar hasta prostituirse
por dinero o por regalos.
La prostitución y el éxodo de los
jóvenes preocupan a los "verdaderos
creyentes" de la revolución.
"Quieren tener lo que aquí sienten
que no pueden obtener: si tienen cinco quieren
diez", comentó Reinalda Díaz
Rojas, de 83 años. "Los viejos, pues,
estamos más conformes con lo que tenemos.
Y sentimos que hay que agradecer a la patria por
todo".
Quienes recuerdan la vida bajo el dictador Fulgencio
Batista alientan temores más vívidos
sobre un retorno al capitalismo. Díaz Rojas,
procedente de un pueblo de la costa, acredita
a Castro haber abierto puertas que estaban cerradas
antes de la revolución de 1959, permitiéndole
estudiar en la capital y graduarse de maestra.
Muchos cubanos de mediana edad también
confían en el actual modelo de gobierno,
parcialmente porque experimentaron una vida satisfactoria
en la década del 80 cuando los salarios
eran más que suficientes bajo el generoso
apoyo de la Unión Soviética.
Ahora que Castro está marginado por una
enfermedad, la posibilidad de cambio está
en el aire. Los cubanos jóvenes confían
en que el actual gobierno colectivo encabezado
por Raúl, hermano de Castro, imponga menos
reglas y produzca una economía más
vibrante.
Los que quieren quedarse en la isla dicen que
los haría felices aun cambios menores.
"Queremos ser más libres", afirmó
Yoansy Herbaz, de 21 años. Y agregó
con una sonrisa "que las discotecas bajen
sus precios".
Prisión para Alvarez y Mitat
Joaquim Utset, El Nuevo Herald.
15 de noviembre de 2006.
El empresario cubanoamericano Santiago Alvarez,
protector del militante anticastrista Luis Posada
Carriles, fue condenado ayer a cuatro años
de cárcel, y su empleado Osvaldo Mitat
a tres años por acumular un arsenal ilegal
con el presunto objetivo de derrocar al gobernante
cubano Fidel Castro.
La condena a Alvarez, de 65 años, y Mitat,
de 64, impuesta por el juez James I. Cohn en el
tribunal federal de Broward, se produce después
de que los imputados llegaron a un acuerdo con
las autoridades por el que se declararon culpables
de un cargo de conspiración, de los cinco
que originalmente encaraban.
''Se sienten muy orgullosos de su conducta durante
este asunto, y aceptan la sentencia'', dijo el
abogado Arturo Hernández, parte del equipo
legal de Alvarez y Mitat, a la salida de la audiencia.
''Esto cierra un ciclo muy doloroso para ellos
y sus familias, y lo que necesitamos es que se
recuperen del golpe que sufrieron'', agregó.
La condena de 46 meses para Alvarez y de 37 para
Mitat, quienes recibirán crédito
por el año que llevan en prisión
preventiva, pudiera haber ascendido hasta 60 meses,
destacó la defensa, pero el juez Cohn aparentemente
se mostró comprensivo con los motivos políticos
que habían llevado a los exiliados a reunir
un nutrido arsenal en un apartamento de Lauderhill.
''Nadie cuestiona los motivos subyacentes'',
dijo Cohn durante la lectura de las condenas.
''Sin embargo, como todos sabemos, somos un país
de leyes. Se deben imponer sanciones'', agregó.
Además de la privación de libertad,
Alvarez deberá pagar una multa de $10,000.
El caso contra los dos hombres se originó
el año pasado después de la entrada
ilegal de Posada Carrilles a Estados Unidos, cuando
uno de los integrantes del buque Santrina propiedad
de Alvarez, alegadamente usado para transportar
al buscado militante anticastrista, denunció
la existencia del arsenal al FBI.
Tras la delación del informante Gilberto
Abascal, las autoridades hallaron una nevera portátil
repleta de armas que Sánchez transportaba
a Miami, de su apartamento en Lauderhill, con
ayuda de Mitat.
Un registro posterior del inmueble arrojó
la existencia de un almacén oculto en el
que había material explosivo, máscaras
de gas y armas largas.
El arresto de los dos activistas anticastristas
provocó indignación en sectores
del exilio cubano que se sintieron traicionados
por Washington en su enfrentamiento con el régimen
comunista de La Habana.
Varios veteranos de la lucha anticastrista acompañaron
ayer a los familiares de Alvarez y Mitat en la
sala del juez Cohn, a quien le presentaron testimonio
por escrito en favor de los acusados.
''A mí me resulta penoso que a Santiago
Alvarez se le haya juzgado por esto, y más
sabiendo la fuente de donde vino, un espía
de Castro'', comentó José Basulto,
el líder de la organización Hermanos
al Rescate, en referencia a Gilberto Abascal,
un informante del FBI. ''Somos un producto de
lo que hicimos para Estados Unidos en los años
60. Es una gran contradicción'', agregó.
El caso de Alvarez y Mitat es sólo uno
de los varios frentes judiciales abiertos en relación
a Posada Carriles a Estados Unidos. El militante
anticastrista de 78 años enfrenta un proceso
inmigratorio en El Paso, Texas, donde está
recluido, mientras que un gran jurado en New Jersey
investiga la autoría de los atentados que
sacudieron la industria turística cubana
en 1997.
Esta información se complementó
con el servicio de Associated Press.
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