PRENSA INTERNACIONAL
Noviembre 16, 2006
 

NOTICIAS DE CUBA
El Nuevo Herald

Cuestionan uso de fondos para democracia en Cuba

Oscar Corral y Pablo Bachelet / The Miami Herald, Washington. 15 de noviembre de 2006.

Informe emitido por la GAO | Principales hallazgos de la GAO

Los programas para promover la democracia en Cuba de la Agencia para el Desarrollo (USAID), gastaron millones de dólares sin la supervisión adecuada o licitaciones competitivas, lo que conllevó a dudosas compras, como por ejemplo, una sierra eléctrica, suéteres de casimir y chocolates Godiva, según un informe congresional.

El crítico informe cita ''debilidades en las políticas y en los procesos [administrativos] de la agencia y en la supervisión de la oficina del programa'', así como ''deficiencias internas de control''. La falta de personal en la USAID también representó largas demoras en el inicio de inspecciones sobre el programa.

The Miami Herald obtuvo una copia adelantada del reporte de 60 páginas que será publicado hoy por la Oficina Fiscalizadora del Gobierno (GAO), el brazo investigativo del Congreso.

El reporte provee la lista más detallada hasta la fecha sobre los $65 millones en ayuda de la USAID para la democracia en Cuba destinados 40 programas entre 1996 y 2005, de los cuales $62 millones fueron asignados ''en respuesta a proposiciones no solicitadas'', lo que significa que no hubo licitaciones competitivas. El Departamento de Estado usó mecanismos de competencia para otorgar otros $8 millones a otros cuatro programas, indicó la GAO.

La entidad realizó ''inspecciones limitadas'' de 10 programas y encontró ''gastos dudosos'' y ''significativas debilidades en el control'' en tres de ellos. Ninguno de los 36 programas que recibieron fondos de la USAID y del Departamento de Estado fueron identificados en el reporte.

Uno de ellos, indicó la GAO, usó fondos para comprar artículos como una sierra de motor, juegos de Nintendo y Playstations de Sony, una bicicleta de montaña, abrigos de piel, suéteres de casimir, carne de cangrejos y chocolates Godiva.

Juan Carlos Acosta, director ejecutivo de Acción Democrática Cubana, con sede en Miami, declaró a The Miami Herald en una entrevista ayer que, excepto por la sierra [por la que reembolsó a USAID], compró esos artículos y los envió a la gente en Cuba.

Agregó que compró la sierra para cortar una rama que había caído cerca de la puerta de su oficina después de un huracán. Compró ''cinco o seis'' latas de masas de cangrejo y algunas cajas de chocolate Godiva para enviar a Cuba.

''Esta gente se está muriendo de hambre. Allí no tienen chocolate'', comentó.

Acosta agregó que también compró una docena de chaquetas de piel y suéteres de casimir --en venta en Costco-- para enviar a disidentes en Cuba.

''Ellos [los auditores de GAO] se creen que allí no hace frío'', prosiguió Acosta. "Un suéter de casimir de $30 es una ganga porque el casimir es costoso. En Cuba estaban pidiendo suéteres''.

Acosta señaló que ISAID nunca le dijo lo que podía, o no podía, enviar y que reembolsó a la USAID por la sierra.

Frank Hernández Trujillo, director ejecutivo de Grupo de Apoyo a la Democracia, que ha recibido más de $7 millones de USAID, afirmó que envió unos juegos de Nintendo a Cuba. Acosta agregó que él también lo hizo.

''Defenderé esa decisión hasta que muera'', subrayó Hernández Trujillo. "Es parte de nuestro trabajo: demostrarle al pueblo cubano lo que podría conseguir si no estuviera viviendo bajo el sistema [comunista]''.

La USAID está investigando los tres casos que reveló la GAO, señaló la agencia congresional en su informe.

El estudio fue solicitado por los representantes Jeff Flake (republicano por Arizona) y Bill Delahunt (demócrata por Massachusetts), ambos opuestos a las sanciones de Estados Unidos contra Cuba. Los dos tienen programada para hoy una conferencia de prensa para hablar sobre el informe.

La administración Bush ha convertido la ayuda adicional para la democracia en Cuba en una parte fundamental de sus esfuerzos para socavar el gobierno comunista de Fidel Castro, y es muy probable que el informe alimente aun más el debate sobre la efectividad de esta ayuda.

En el 2004, en un informe que realizó la Comisión para Asistencia a una Cuba Libre, ésta recomendó entregar $36 millones a la USAID y a otras agencias gubernamentales que trabajan a favor de Cuba. En julio, un informe de seguimiento recomendó entregar $80 millones adicionales durante un período de dos años y $20 millones anuales hasta "el fin del régimen de Castro''.

''Durante mucho tiempo, este programa ha tenido la reputación de ser políticamente efectivo en Miami, tener poco impacto en Cuba, y estar deficientemente administrado'', declaró Philip Peters, un severo crítico de la política del gobierno de Bush hacia Cuba, quien trabaja en el Lexington Institute, en Arlington, Virginia. "Ha hecho falta durante mucho tiempo la supervisión del Congreso''.

David Snider, portavoz de la USAID, no quiso hacer comentarios, ya que la agencia todavía no ha visto una copia final del informe.

Investigadores de la GAO señalaron que entrevistaron a varios disidentes en La Habana, y que éstos dijeron que agradecían el respaldo norteamericano, al tiempo que la ayuda ''no hacía sino demostrar el compromiso del gobierno de Estados Unidos con la democracia en Cuba'', según el informe.

La GAO señaló que después del 2004 tanto la USAID como el Departamento de Estado utilizaron ''competencia formal para seleccionar a los destinatarios [de los fondos]'', y que recientemente el Departamento de Estado y la USAID tomaron medidas con el fin de mejorar la supervisión del programa.

De igual modo, el informe de la GAO revela nueva información acerca de la naturaleza de los programas para la democracia en Cuba.

Gran parte de los materiales enviados a Cuba fueron entregados por diplomáticos estadounidenses en La Habana que a menudo no sabían qué era lo que se había enviado. En algunas ocasiones, algunos libros fueron considerados ''inapropiados'' y fueron rechazados, agregó el informe, sin dar más detalles.

Durante mucho tiempo el gobierno cubano ha criticado a la misión diplomática de EEUU en La Habana, argumentando que pretende derrocar el régimen comunista. Bajo las leyes de Cuba, los ciudadanos cubanos pueden ser condenados a penas de cárcel de hasta 20 años por recibir ayuda norteamericana.

De acuerdo con la información dada por la USAID a la GAO, desde 1996 el gobierno de EEUU ha entregado 385,000 libras de medicinas, alimentos y ropa y más de 23,000 radios de onda corta, entre muchos otros materiales. El informe amplió que algún material fue objeto de ''robo y confiscación'' por parte de las autoridades cubanas.

Funcionarios norteamericanos dijeron que la GAO tiene planeado emitir una versión clasificada del informe con información extra sobre cómo la ayuda de EEUU se entrega en Cuba, así como los pasos que deben darse para "reducir las pérdidas de la asistencia que se envía a la isla''.

Legislador pide se permita a estadounidenses viajar a Cuba

Nestor Ikeda, Associated Press. 15 de noviembre de 2006.

WASHINGTON - El Congreso con mayoría demócrata que se instalará en enero buscará mejores mecanismos para la transición democrática pacífica en Cuba, incluida una mayor apertura a los viajes de estadounidenses a ese país, dijo el miércoles el legislador William D. Delahunt.

"La cuestión fundamental será cómo incrementamos, de una manera positiva, la influencia de Estados Unidos en Cuba", comentó Delahunt, quien tendrá posiciones destacadas en varios comités de la Cámara de Representantes el próximo año. "Nada ha cambiado en Cuba en 50 años".

Delahunt formuló el comentario en una rueda de prensa al presentar un informe legislativo que considera deficiente la forma en que el gobierno de Washington ha estado administrando los programas de ayuda a grupos diversos para facilitar la transición democrática pacífica en Cuba.

El informe fue elaborado por la General Accountability Office (GAO), una dependencia del Congreso, a pedido del congresista republicano Jeff Flake, vicepresidente del subcomité de Supervisión e Investigaciones, y de Delahunt, el demócrata más importante de ese panel.

Flake, hablando junto a Delahunt, dijo que el informe, "La asistencia de Estados Unidos para la Democracia en Cuba requiere mejor manejo y supervisión", proporciona una buena base para "un debate empezando desde cero" en el Congreso en busca de programas que "sirvan mejor a la causa de la transición".

GAO dijo que en entre 1996 y 2004, Estados Unidos hizo donaciones por 74 millones de dólares a grupos disidentes cubanos, y un 95% de esa ayuda ha fluido sin control alguno ni seguimiento.

Delahunt declaró que los estadounidenses tienen el derecho constitucional a viajar a cualquier sitio del mundo y que una apertura de visitas a Cuba "mejoraría drásticamente la influencia y los valores estadounidenses en esa isla".

"Los estadounidenses (que viajan) son ciertamente nuestros mejores embajadores", dijo Delahunt. "El contacto de persona a persona resulta el más efectivo".

Ninguno de los dos habló directamente de la posibilidad de cortar la ayuda estadounidense a grupos cubanos de oposición, pero tampoco se refirió a la necesidad de incrementarla frente al flujo de miles de millones de dólares desde Venezuela en favor del gobierno cubano.

Serios fallos con fondos para la libertad de Cuba

Gerardo Reyes, El Nuevo Herald. 15 de noviembre de 2006.

Un programa federal de Estados Unidos para promover la transición democrática en Cuba, que ha costado $55 millones a los contribuyentes, presenta preocupantes deficiencias, según una extensa investigación de The Miami Herald que se publica hoy.

Los fondos millonarios destinados para el programa se han quedado en Miami y en Washington para financiar una ''economía anticastrista'' que cubre desde el pago de altísimas tarifas de envío subrepticio de bienes a la oposición en la isla hasta estudios universitarios, agrega el reporte.

Financiado por la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID), el programa ha sido objeto de críticas de expertos que sostienen que fue diseñado para mantener la situación en Cuba, en lugar de cambiarla, y en algunos casos ha sido usado tanto por republicanos como por demócratas para granjearse el apoyo político del exilio cubano, señala el informe.

El presidente George W. Bush ha prometido aumentar el presupuesto del plan a $80 millones para los próximos dos años.

En el centro del problema se encuentra la imposibilidad de enviar el dinero en efectivo directamente a Cuba, una política concebida para proteger a los líderes de la oposición cubana de ser caracterizados como mercenarios y evitar que sean encarcelados, afirma el reporte.

En su lugar, las organizaciones comprometidas en Estados Unidos reciben sus partidas para adquirir bienes y materiales y luego enviarlos a los disidentes pagando unas tarifas muy altas de correo que absorben una buena parte del presupuesto.

''Enviar material a la isla es un pérdida de dinero increíble. Es muy costoso, puede ser confiscado. Todos estos argumentos fueron citados por mí y otros en su momento'', explicó a The Miami Herald, Peter Orr, el primer director del programa de iniciativa republicana que se inició durante el gobierno de Bill Clinton.

Agrega la nota que en 1996 la USAID preparó un memorando confidencial en el que se afirmó que existía un amplio apoyo desde la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado hasta el Departamento de Estado para permitir que fueran enviados hasta $400 por cada giro a las ''víctimas de la represión'' en Cuba.

Basándose en documentos solicitados a la USAID y en un centenar de entrevistas, la investigación del diario halló que los problemas señalados por una auditoría practicada al USAID en el año 2000 continúan sin resolverse.

Algunos de los hallazgos de la investigación periodística son:

o El pago de ''mulas'' y otros costos de transporte representó la mitad del presupuesto de $7.4 millones del Grupo de Apoyo a la Democracia, el mayor beneficiario del programa. La organización gastó $986,000, en alimentos y medicinas.

o Casi la mitad de los $3.2 millones que gastó Cuba OnLine, otra de las organizaciones beneficiadas, se destinaron a cubrir los gastos de correo para el envío de mensajes prodemocráticos a Cuba del 2001 al 2004.

o El gobierno de Estados Unidos no cuenta con empleados en la Sección de Intereses en Cuba para supervisar la efectividad del programa

o Dos altos funcionarios que ayudaron en la creación del programa afirmaron que fue concebido para preservar el estatus quo en Cuba.

Varios de los académicos y activistas que tienen bajo su cargo programas financiados por la USAID respondieron a The Miami Herald que tienen sus formas de cerciorarse de que sus envíos llegan a los disidentes de la isla.

El profesor de la Universidad de Miami, Jaime Suchlicki, que maneja Cuba OnLine, uno de los proyectos que recibe fondos de USAID, aseguró que depende de llamadas telefónicas y cartas para comprobar que su correo llega a Cuba. Calculó que de 50 a 60 por ciento de los mensajes llegan a la isla.

David Mutchler, el actual director del programa de Cuba en USAID, se limitó a decir que su oficina tiene maneras de verificar que los envíos llegan a Cuba, pero se abstuvo de explicarlas.

El Center for a Free Cuba, un organización de derechos humanos que dirige Frank Calzón recibió más de $5 millones de USAID desde 1998 a 2004, de acuerdo con el reporte de impuestos de la organización correspondiente al primer trimestre del 2004.

El grupo envió más de 209,244 libros, panfletos, revista y videos a Cuba, afirma el reporte de la organización.

De acuerdo con The Miami Herald, Calzón también cabildea ante gobiernos extranjeros para que condenen los abusos de los derechos humanos en Cuba.

''Nuestra misión básica es alentar y ayudar a construir un sociedad civil democrática en Cuba'', le dijo Calzón al diario. "Eso no puede hacerse si los cubanos no tienen acceso a libros, casetes y otros materiales que explican las ideas democráticas''.

Para otros, la evaluación de la efectividad del programa es una tarea muy difícil, según manifestaron al diario.

''Es un programa muy complicado para cuantificar'', explicó Xavier Utset, quien dirige el Cuba Democracy Project de Freedom House que recibió $2.7 millones de USAID desde 1996 al 2005. ''La represión interna hace difícil evaluar el programa que apoya a la gente dentro de la isla'', agregó.

La juventud cubana quiere más comodidad material

Vanessa Arrington, Associated Press. 15 de noviembre de 2006.

LA HABANA - Cuba afirma que la revolución de Fidel Castro será eterna.

Pero la camada envejecida de los líderes que dedicaron sus vidas a construir una utopía comunista en esta isla del Caribe deberá inevitablemente ceder su lugar a nuevas generaciones... y los jóvenes cubanos no parecen compartir su celo revolucionario.

Existe una profunda desconexión entre el mundo de esta generación más joven y la ideología que ven reflejada en la prensa oficial. Después de 47 años de gobierno de Castro, muchos jóvenes dicen que están cansados de la política y que la retórica oficial no concuerda con su realidad.

Sueñan con menos propaganda y más comodidades materiales.

"Tenemos esperanza de que mejore... No siempre puede estar así", comentó sobre la situación económica Israel Cuesta, de 24 años.

Uno de los muchos interrogantes que enfrenta Cuba es si el puñado de líderes que reemplaza a Castro, de 80 años y enfermo, podrá superar esta apatía.

Muchos cubanos jóvenes por cierto apoyan el sistema actual, participando activamente en la Unión de Jóvenes Comunistas y respondiendo a los esfuerzos del gobierno por nutrir una nueva generación de líderes.

Pero otros se resisten a la fórmula. Los límites a la libertad de palabra se encuentran entre sus reclamaciones más insistentes. El restringido acceso a la internet por lo general sólo es posible mediante centros y universidades gubernamentales, y los cubanos se arriesgan a enfrentar multas y confiscación de equipos si conectan ilegalmente las bandejas de satélite para ver las transmisiones televisivas de MTV o CNN.

"Ciego me siento, y manipulado", dijo un hombre de 30 años que sólo quiso identificarse como Luis por temor a perder su empleo en un instituto de arte estatal.

El énfasis en la igualdad social y la autonomía de los Estados Unidos son genuinamente populares entre los jóvenes. Aprecian además la red de seguridad que impide que la mayoría de los cubanos pase hambre o viva sin techo, al igual que un ambiente sociable en el que los extraños interactúan constantemente y se ayudan mutuamente. Y han heredado el profundo sentido de orgullo de sus padres y sus abuelos de ser cubanos.

Pero lo que más quieren parece ser el cambio.

"Quiero más tecnología, estar en un lugar que sea más avanzado", dijo Tony, un productor musical de 20 años con cabello largo y brazalete de cuero negro con tachuelas.

Al igual que muchos cubanos jóvenes no quiso dar su apellido, temiendo retribución por hablar con franqueza. "Quiero abrir mi mente", dijo.

Si bien la generación mayor equipara la revolución castrista con oportunidades, la gente más joven siente que carece de opciones, y no puede concebir de qué modo serán capaces de ganar suficiente dinero como para vivir bien.

Los cubanos más jóvenes pueden asistir a la universidad gratuitamente, recibir una completa atención médica y escuchar conciertos de música de categoría mundial a un costo mínimo. Pero también tienen pocas oportunidades de alquilar o comprar sus propios departamentos, conseguir un automóvil o ganar más de 15 dólares mensuales.

Cuesta, lavaplatos en un elegante hotel turístico de La Habana, recuerda vívidamente la pobreza dramática durante el "período especial" en la década del 90, cuando el desplome de la Unión Soviética y el fin de sus subsidios precipitaron Cuba en una crisis económica.

Las bicicletas reemplazaron a los automóviles y los cubanos empezaron a adelgazar mientras desaparecían la gasolina y los alimentos. Los salarios perdieron su valor de la noche a la mañana. Eran comunes los apagones de hasta 16 horas diarias.

"No había nada", dijo Cuesta. "Mucha gente empezó a decaer monetariamente. Dejó de ser lo que era antes".

Ese período produjo "expectativas frustradas" para los jóvenes cubanos, dijo Damián Fernández, un cubano-estadounidense que dirige el Instituto de Investigación Cubana en la Universidad Internacional de la Florida. "La escasez económica, y el cierre de oportunidades, han afectado claramente a esta generación".

Cuesta dijo que la situación está mejorando, pero que muchos de sus amigos se han ido de Cuba de todos modos. "Quieren adquirir más cosas que aquí es difícil de encontrar, como un televisor de color, un DVD", explicó.

Los que se van reflejan la brecha generacional: el 28% de los 2.150 cubanos repatriados en el 2005 después de haber sido interceptados en el mar tenía menos de 25 años y la mayoría estaba en el rango de 25-45, según la sección de intereses estadounidenses en La Habana. Apenas el 6% tenía más de 45 años.

"Todos queremos irnos por la Yuma", dijo Eduardo, de 15 años, utilizando el término popular cubano para designar Estados Unidos, citando desde la mayor paga hasta la mayor cantidad de parques de diversiones. "Es mejor allá".

Los cubanos más jóvenes han quedado expuestos cada vez más a las culturas materialistas y estilos de vida alternativos desde que Cuba a regañadientes abrió sus puertas a los turistas extranjeros para sacar a la isla del pozo económico de la década del 90. Las divisiones económicas también se profundizaron en la isla de 11 millones de habitantes a medida que el turismo reemplazó al azúcar como la fuente principal de divisas extranjeras.

Ahora, mientras los jóvenes más pobres tocan la guitarra cerca del Malecón y bailan regatón durante horas en los parques, otros usan prendas de vestir de marca y van a fiestas musicales de moda que cuestan 5 dólares, un tercio del salario mensual promedio. Estos "Mickies" _así apodados como una combinación entre el ratón Mickey y la superficialidad_ pueden formar parte de la reducida clase privilegiada cubana, o recibir dinero de extranjeros o de familiares en el exterior.

Otros grupos "alternativos" se congregan en las calles de la ciudad o en clubes nocturnos que cobran un dólar. Su estilo incluye corte de cabello "mohawk", tatuajes y perforaciones corporales, aunque en una sala de música tecno se vieron recientemente numerosas zapatillas estadounidenses caras y aun una casaca de fútbol con el nombre de David Beckham.

"Aquí realmente puedes desconectarte de toda la presión de afuera", afirmó Luis, que tiene perforaciones en las cejas y un cabello teñido de rubio y ceñido en punta. "Aquí en este sótano hay mucha tolerancia".

Luis dijo que frecuentemente es hostigado por la policía, pero también reconoció que sus compañeros rebeldes pueden reunirse abiertamente: un cambio real con respecto a décadas pasadas en las que el cabello largo era motivo de reprensión y los cubanos eran enviados a campamentos de trabajo por ser homosexuales.

Pero agregó que Cuba todavía tiene mucho camino por recorrer.

"Queremos libertad de expresión, libertad de hacer lo que nos da la gana", dijo. "Y queremos más dólares".

Estos dólares suelen llegar ilegalmente, aunque trabajando clandestinamente y mediante el "jineterismo", término cubano que puede significar todo desde conseguir que un extranjero lo invite a almorzar hasta prostituirse por dinero o por regalos.

La prostitución y el éxodo de los jóvenes preocupan a los "verdaderos creyentes" de la revolución.

"Quieren tener lo que aquí sienten que no pueden obtener: si tienen cinco quieren diez", comentó Reinalda Díaz Rojas, de 83 años. "Los viejos, pues, estamos más conformes con lo que tenemos. Y sentimos que hay que agradecer a la patria por todo".

Quienes recuerdan la vida bajo el dictador Fulgencio Batista alientan temores más vívidos sobre un retorno al capitalismo. Díaz Rojas, procedente de un pueblo de la costa, acredita a Castro haber abierto puertas que estaban cerradas antes de la revolución de 1959, permitiéndole estudiar en la capital y graduarse de maestra.

Muchos cubanos de mediana edad también confían en el actual modelo de gobierno, parcialmente porque experimentaron una vida satisfactoria en la década del 80 cuando los salarios eran más que suficientes bajo el generoso apoyo de la Unión Soviética.

Ahora que Castro está marginado por una enfermedad, la posibilidad de cambio está en el aire. Los cubanos jóvenes confían en que el actual gobierno colectivo encabezado por Raúl, hermano de Castro, imponga menos reglas y produzca una economía más vibrante.

Los que quieren quedarse en la isla dicen que los haría felices aun cambios menores.

"Queremos ser más libres", afirmó Yoansy Herbaz, de 21 años. Y agregó con una sonrisa "que las discotecas bajen sus precios".

Prisión para Alvarez y Mitat

Joaquim Utset, El Nuevo Herald. 15 de noviembre de 2006.

El empresario cubanoamericano Santiago Alvarez, protector del militante anticastrista Luis Posada Carriles, fue condenado ayer a cuatro años de cárcel, y su empleado Osvaldo Mitat a tres años por acumular un arsenal ilegal con el presunto objetivo de derrocar al gobernante cubano Fidel Castro.

La condena a Alvarez, de 65 años, y Mitat, de 64, impuesta por el juez James I. Cohn en el tribunal federal de Broward, se produce después de que los imputados llegaron a un acuerdo con las autoridades por el que se declararon culpables de un cargo de conspiración, de los cinco que originalmente encaraban.

''Se sienten muy orgullosos de su conducta durante este asunto, y aceptan la sentencia'', dijo el abogado Arturo Hernández, parte del equipo legal de Alvarez y Mitat, a la salida de la audiencia. ''Esto cierra un ciclo muy doloroso para ellos y sus familias, y lo que necesitamos es que se recuperen del golpe que sufrieron'', agregó.

La condena de 46 meses para Alvarez y de 37 para Mitat, quienes recibirán crédito por el año que llevan en prisión preventiva, pudiera haber ascendido hasta 60 meses, destacó la defensa, pero el juez Cohn aparentemente se mostró comprensivo con los motivos políticos que habían llevado a los exiliados a reunir un nutrido arsenal en un apartamento de Lauderhill.

''Nadie cuestiona los motivos subyacentes'', dijo Cohn durante la lectura de las condenas. ''Sin embargo, como todos sabemos, somos un país de leyes. Se deben imponer sanciones'', agregó.

Además de la privación de libertad, Alvarez deberá pagar una multa de $10,000.

El caso contra los dos hombres se originó el año pasado después de la entrada ilegal de Posada Carrilles a Estados Unidos, cuando uno de los integrantes del buque Santrina propiedad de Alvarez, alegadamente usado para transportar al buscado militante anticastrista, denunció la existencia del arsenal al FBI.

Tras la delación del informante Gilberto Abascal, las autoridades hallaron una nevera portátil repleta de armas que Sánchez transportaba a Miami, de su apartamento en Lauderhill, con ayuda de Mitat.

Un registro posterior del inmueble arrojó la existencia de un almacén oculto en el que había material explosivo, máscaras de gas y armas largas.

El arresto de los dos activistas anticastristas provocó indignación en sectores del exilio cubano que se sintieron traicionados por Washington en su enfrentamiento con el régimen comunista de La Habana.

Varios veteranos de la lucha anticastrista acompañaron ayer a los familiares de Alvarez y Mitat en la sala del juez Cohn, a quien le presentaron testimonio por escrito en favor de los acusados.

''A mí me resulta penoso que a Santiago Alvarez se le haya juzgado por esto, y más sabiendo la fuente de donde vino, un espía de Castro'', comentó José Basulto, el líder de la organización Hermanos al Rescate, en referencia a Gilberto Abascal, un informante del FBI. ''Somos un producto de lo que hicimos para Estados Unidos en los años 60. Es una gran contradicción'', agregó.

El caso de Alvarez y Mitat es sólo uno de los varios frentes judiciales abiertos en relación a Posada Carriles a Estados Unidos. El militante anticastrista de 78 años enfrenta un proceso inmigratorio en El Paso, Texas, donde está recluido, mientras que un gran jurado en New Jersey investiga la autoría de los atentados que sacudieron la industria turística cubana en 1997.

Esta información se complementó con el servicio de Associated Press.

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