Fidel
y la nacionalización en Bolivia
Ernesto F. Betancourt, El
Nuevo Herald, 13 de mayo de 2006.
La nacionalización de los hidrocarburos
en Bolivia la hizo Evo Morales el 1 de mayo, al
día siguiente de reunirse en La Habana
con su mentor y guía, Fidel, y el financista
de ambos, Hugo. Los que quieran creer en cuentos
de hadas me dirán que Evo es soberano y
que la medida la tomó porque eso es lo
que decidió su cerebrito. Enseguida, Lula
y Kirchner lo citaron a Puerto Iguazú.
En cuanto a Hugo, se fue a La Paz, la noche anterior,
para mostrar su solidaridad con Evo, antes de
que Lula y Kirchner fueran a romper la alianza
de la izquierda latinoamericana.
Después de todo, para algo Chávez
había invertido un par de miles de millones
de dólares, del pueblo venezolano, en comprar
bonos a Kirchner, y muchos más en el gasoducto
que propone desde Venezuela hasta Argentina, pasando
por Brasil, para crear un mercado de oferta regional
de gas. Igualmente, Chávez ofreció
financiar, con dinero del pueblo venezolano, el
gasoducto desde Bolivia a Paraguay y Uruguay,
que Tabaré Vázquez exigió
no pasara ni por Brasil ni por Argentina. Santa
Claus en América Latina se llama Hugo Chávez
y lo financia el pueblo venezolano. Hasta un día,
porque todos estos proyectos están en el
aire.
Ya en Brasil, varios técnicos de Petrobras
--maldita que es esa gente falta de espíritu
bolivariano-- se han atrevido a cuestionar la
factibilidad técnica, financiera y ambiental
del proyecto mayor: el gasoducto de Venezuela
a Argentina con un costo estimado de más
de 25 mil millones de dólares. El 90 por
ciento del gas venezolano se produce como subproducto
de la producción petrolera, dicho proyecto
requeriría una inversión aún
mayor para desarrollar esas reservas petroleras,
y se desconoce el impacto ambiental del gasoducto
sobre la selva amazónica.
El gas boliviano de Tarija y Santa Cruz no es
un subproducto de la extracción de petróleo.
Como no lo es el de Perú, que ha sido objeto
de otro proyecto, que el año pasado ofreció
financiar el BID. ¿Se acuerdan del anillo
energético? Ahora no se menciona. Posiblemente
porque era una manera de resolver el problema
de Chile, a quien todos estos caballeros han dejado
fuera del arreglo de nacionalización de
hidrocarburos de Puerto Iguazú. Los chilenos
eligieron a una mujer presidente, así que
no tienen derecho a participar en un club de puros
machos.
Pero, volviendo a Puerto Iguazú, Lula
pidió a Kirchner convocar a la reunión;
ambos son consumidores de gas que no quieren pagar
más alto el gas boliviano, porque eso sí
incidiría sobre los presupuestos de sus
pueblos respectivos y ambos aspiran a que los
reelijan. Evo no sólo quiere nacionalizar
la propiedad de los hidrocarburos, sino también
aumentar el precio del gas a sus dos principales
clientes, Argentina y Brasil. De $3.35 a $5.50
por unidad de exportación, o sea un 64
por ciento. Para Kirchner no sería mucho
problema porque el gas boliviano representa una
porción pequeña del consumo argentino,
pero para Lula sí puede ser fatal políticamente
el tener que aumentarle el precio a los consumidores
de Sao Paulo, en donde aparentemente el gas boliviano
representa el 75 por ciento del consumo, tanto
a nivel de hogares como de industrias.
Noten que Lula ignoró que Evo haya nacionalizado
los hidrocarburos de Petrobras. Lo aceptó
como un derecho nacional. ¡Que se fastidie
Petrobras! Eso sí, se negociará
lo del precio y Evo garantizó el suministro.
Para taparse, Lula aclaró que Petrobras
tiene grandes utilidades a resultas de los altos
precios del petróleo y pudiera absorber
los costes más altos de un aumento de precio
del gas boliviano. El presidente de Petrobras,
por su parte, ha reiterado que de inversión
adicional en Bolivia, cero, y que está
planeando ir a una corte de Nueva York, de acuerdo
con los términos del contrato que firmó
Bolivia con Petrobras.
Por su parte, Fidel envía a un veterano
agente de inteligencia cubana, Rafael Dausá,
como embajador a Bolivia para manejar a su nuevo
títere latinoamericano. El Colegio Médico
de Bolivia ha cuestionado la presencia de los
600 médicos enviados por Cuba para hacer
propaganda, como hacen en Venezuela, para ganar
adeptos a la revolución bolivariana. Lula
y Kirchner tienen que pagar más por el
gas boliviano para que Evo tenga más dólares
con que pagar por esos médicos a Fidel,
quien se quedará con dos terceras partes
de sus ingresos, ya sean sueldos o viáticos,
igual que en Venezuela. Así, querido lector,
es como Fidel cuadra el círculo.
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