NOTICIAS
DE CUBA
El
Nuevo Herald
La India rechazó $1 millón por
cantar en la isla
Manuel Eduardo Soto, El Nuevo
Herald. 10 de marzo de 2006.
La India, más conocida en el mundo de
la música como La princesa de la salsa,
dijo que el ministro de Cultura de Cuba le ofreció
$1 millón para que fuera a cantar a La
Habana, tras quedar impresionado por un miniconcierto
que dio recientemente en la ciudad portuaria mexicana
de Veracruz.
''Cuando fui a ensayar para la actuación
que iba a hacer en la noche en los carnavales
de Veracruz, se juntó mucha gente que me
admira y tuve que ofrecerles un miniconcierto
de cuatro canciones'', contó la artista
puertorriqueña durante una conversación
telefónica que sostuvo con El Nuevo Herald
desde Nueva York.
También estaban ensayando unos músicos
cubanos, los que se sentaron a escucharla mientras
les tocaba su turno en la tarima, acompañados
por el ministro de Cultura del país insular,
Abel Prieto.
''Cuando ya me iba a mi hotel para descansar,
se me acercó el ministro Prieto, me dijo
que le había gustado mucho mi actuación
y que estaba dispuesto a pagarme $1 millón
para que fuera a la isla'', agregó La India.
Pero rechazó la oferta, según señaló,
por respeto a su madrina, la desaparecida Celia
Cruz, quien a pesar que ya no está entre
nosotros sigue siendo considerada La reina de
la salsa, y a la comunidad cubana de Miami, ciudad
que visitará este fin de semana para participar
en el Carnaval de la Calle Ocho.
''Tengo muchos amigos en Miami, a los que les
soy muy fiel y los quiero muchísimo, por
lo que no acepté la invitación'',
añadió La India, cuyo nombre verdadero
es Linda Bell Caballero. "Lamentablemente,
eso nunca podrá ser mientras no haya libertad
en Cuba. Soy una artista para la que la expresión
de libertad es muy importante. Tampoco iría
a cantar a Irak. Con mis amigos de Miami estoy
en las altas y en las bajas''.
Por otro lado, la intérprete de Vivir
lo nuestro y Ese hombre que tú ves ahí
dijo que tiene completa su agenda de actividades
por el resto del año, lo que le impide
comprometerse con algún evento sorpresivo.
''El domingo quiero que vayan todos mis admiradores
de Miami a verme en la Calle Ocho, pues les cantaré
todos mis éxitos en vivo y en directo'',
prometió La India en la entrevista. "Y
también cantaré algunos temas de
mi nuevo álbum, Soy diferente, cuyo primer
sencillo de promoción homónimo ya
está sonando en la radio''.
La India definió su nueva producción
como ''un disco de música tropical, comercial,
muy bailable, dirigido a los amantes de la salsa'',
el que incluye un tema que compuso con Emilio
Estefan, un dúo con la reggaetonera boricua
Ivy Queen y otro con Sergio George, el productor
que lanzó a la fama a Marc Anthony.
Desde su regreso a Estados Unidos desde México
la semana pasada, La India ha contado a diversos
medios sobre la oferta del alto funcionario cubano,
pero el gobierno de La Habana no ha desmentido
ni confirmado la información.
La estrella salsera calificó a México
de ''mi segunda patria'' y dijo que es un país
''muy poderoso musical y espiritualmente'', donde
su gente, a pesar de la pobreza, "es muy
intelectual''.
esoto@elnuevoherald.com
Cartel contra Fidel hizo que Cuba amenazara
con retirarse
San Juan. Kevin Baxter / The Miami
Herald, 10 de marzo de 2006.
Una inofensiva protesta ocurrida durante las
últimas entradas del partido que Cuba le
ganó 11-2 a Holanda la noche del jueves
en el Campeonato Mundial de Béisbol, condujo
a la expulsión de un alto miembro de la
delegación cubana e hizo que el equipo
de ese país amenazara con retirarse de
la competencia.
José García, un exiliado cubano
residente en San Juan que ocupaba un asiento en
la quinta fila detrás del home, sostuvo
un cartel con la inscripción ''Abajo Fidel''
que se hizo claramente visible en las transmisiones
del partido para la televisión internacional,
incluyendo la de Cuba.
El hecho condujo a una confrontación con
al menos cuatro integrantes acreditados de la
delegación cubana, uno de los cuales fue
escoltado desde las gradas por agentes armados,
que más tarde regresaron para proteger
a García de nuevas amenazas.
Varios miembros del equipo cubano salieron del
dugout para presenciar el incidente antes de continuar
el partido, pero luego Cuba se negó a participar
en la acostumbrada conferencia de prensa al final
del juego y, según un alto oficial de la
Policía de San Juan, la delegación
amenazó con retirarse del campeonato.
''Fue una gran provocación de parte de
cuatro o cinco contrarrevolucionarios que usaron
pancartas con un lenguaje ofensivo que viola las
normas establecidas por el Comité Organizador'',
dice una declaración emitida por el equipo
cubano. "La policía local, en vez
de solucionar el problema, lo que hizo fue apoyar
a [los manifestantes]''.
De acuerdo con el documento, la delegación
de Cuba se reuniría hoy viernes temprano
con ejecutivos de las Grandes Ligas para determinar
''una solución'' antes del partido de esta
noche con Puerto Rico.
Cuba pasó a la segunda vuelta del campeonato,
que empieza el domingo en San Juan.
Las llamadas a un vocero del evento no fueron
respondidas.
García, el hombre que desató los
incidentes la noche del jueves, participó
también en una protesta anticastrista la
tarde del miércoles en las afueras del
estadio, organizada por el grupo de exiliados
Cubanos Unidos de Puerto Rico.
Sin embargo, dijo que el jueves no estaba actuando
en nombre de ninguna organización.
''Yo no represento a ningún grupo'', declaró.
"Yo represento a Cuba''.
Después que un puñado de integrantes
de la delegación cubana --uno de los cuales,
según la policía, es un alto oficial
del gobierno-- confrontara a García, la
policía intervino y escoltó a un
hombre fuera de las gradas. Pero el individuo
no fue expulsado del estadio, según los
cubanos.
La pancarta fue hecha y llevada al estadio por
Enrique Rubio, quien dice haber sido confrontado
por cuatro miembros de la delegación cubana
antes de retirarla.
A principios de semana, el alcalde de San Juan,
Jorge Santini, declaró que habría
''cero tolerancia'' con los manifestantes anticastristas
en el estadio, aunque la policía habilitó
una zona de ''libre expresión'' al otro
lado de la calle frente al complejo deportivo.
La controversia en las gradas estropeó
una gran noche al campo para el equipo de Cuba,
que contó con la excelente actuación
del abridor Ormari Romero y una ofensiva de 16
hits en la que dos bateadores acumularon al menos
dos imparables.
Romero, un derecho de 38 años, tercero
en la alienación de lanzadores del equipo
cubano, le dio base por bolas al primer bateador,
pero no dejó que nadie más llegara
a primera base hasta la quinta entrada para anotarse
el partido.
La ofensiva fue encabezada por el bateador designado
Yoandry Garlobo, que la víspera no aparecía
en el line-up del equipo, pero el jueves acumuló
cuatro hits, entre ellos un jonrón y tres
impulsadas.
El antesalista Michel Enriquez, el primera base
Ariel Borrero, el jardinero izquierdo Frederick
Cepeda, el receptor Ariel Pestano y el jardinero
derecho Osmani Urrutia también batearon
dos hits, entre ellos un triple de este último.
Cubanoamericanos frustrados con política
EEUU hacia Cuba
Joaquim Utset, El Nuevo Herald.
10 de marzo de 2006.
Un 33 por ciento de los exiliados en Miami-Dade
apoyaría que Estados Unidos lanzase ''un
ataque militar para eliminar al dictador'' como
la mejor manera de conseguir una Cuba democrática,
según una encuesta realizada en la comunidad
cubana que presentó ayer el Centro Metropolitano
de la Universidad Internacional de la Florida
(FIU).
Más que el gusto por la pólvora,
esa respuesta demuestra la creciente frustración
del exilio al aparente fracaso de medidas tradicionales
como el embargo y la desconfianza de que otras
herramientas como el apoyo a los disidentes obtenga
resultados, indicaron las dos autoras del sondeo.
De hecho, un 15 por ciento de los interrogados
se declaró a favor de buscar alternativas
a las mencionadas por los encuestadores como reforzar
el embargo, aumentar la ayuda a los disidentes,
eliminar el embargo, negociar con La Habana o
fortalecer Radio y TV Martí, señalaron.
La encuesta telefónica de 600 exiliados,
con un margen de error de 3 por ciento, fue realizada
en febrero por las politólogas cubanoamericanas
Jessica Lavariega Monforti, de la Universidad
de Texas-Panamerican, y Lisa García Bedolla,
de la Universidad de California, en Irvine.
''Mi lectura de ese 33 por ciento y ese 15 por
ciento es de un sentimiento de frustración
con la política tradicional estadounidense
hacia Cuba, que es el embargo'', apuntó
ayer el profesor Darío Moreno, director
del Centro Metropolitano, durante la presentación
del trabajo en The Miami City Club del downtown.
Fuera del ''ataque militar'', sólo reforzar
el embargo, con un 30 por ciento, y ''otra cosa'',
con un 15 por ciento, obtienen un respaldo significativo.
La ayuda a los disidentes se queda en un 7 por
ciento; eliminar el embargo en un 6 por ciento;
negociar en un 5 por ciento y revigorizar Radio
y TV Martí en un 3 por ciento.
La pregunta sobre cómo democratizar Cuba
forma parte de un largo cuestionario con el que
las dos académicas quisieron hacer una
radiografía de la comunidad cubana en Miami-Dade,
parte de cuyos resultados El Nuevo Herald ya adelantó
el jueves.
Lavariega agregó que en las entrevistas
personales y grupos de enfoque posteriores a la
encuesta notó la ''frustración''
al abordar las alternativas existentes a la hora
de conseguir la democratización de Cuba,
un objetivo que se ha mantenido inalcanzable durante
más de medio siglo.
Por eso adquiere atractivo una solución
militar, máxime si se contempla como una
intervención quirúrgica que "elimine
al dictador''.
A eso se une el hecho de que este tipo de respuesta
contiene una carga emocional que impide medir
todas las consecuencias que una acción
así conllevaría en pérdidas
materiales y de vidas, acotó Lavariega.
Eso explicaría que la opción bélica
sea popular incluso entre los cubanos que llevan
menos tiempo en Miami, y que por tanto cuentan
con mayores lazos familiares en la isla.
A la pregunta de cuál es el tema más
importante respecto a Cuba, los encuestados identificaron
los derechos humanos con un 36 por ciento, la
democratización con un 29 por ciento y
Fidel Castro con un 22 por ciento.
Asuntos polémicos como los viajes, las
remesas, el embargo o la reunificación
familiar casi no fueron mencionados.
El resultado de esta encuesta entra en aparente
contradicción con la efectuada hace dos
años por el Centro de Investigaciones Cubanas
(CRI) de FIU, en la que un 55 por ciento de los
1,200 cubanoamericanos entrevistados se mostraron
favorables a una negociación entre los
disidentes, los exiliados y el gobierno de La
Habana.
''No sé lo que puede haber pasado en tres
años'', admitió el director del
CRI, Damián Fernández, aunque rápidamente
se matizó que el tipo de pregunta entre
una encuesta y la otra era diferente.
Mientras el CRI dedicó una pregunta a
cada una de las opciones, lo que ofreció
el aparente resultado esquizofrénico de
que tanto el diálogo como la intervención
militar gozaban de un apoyo mayoritario, este
sondeo reciente solicitó al encuestado
que decidiera qué medida respaldada de
una lista que se le leyó.
Fernández señaló las actuales
intervenciones militares en Afganistán
e Irak, donde fueron derrocados dos gobiernos
autoritarios, como un elemento que realza la alternativa
bélica ante la vista de los exiliados.
''Forma parte del clima actual, y la pregunta
que se plantean es que si se ha hecho en esos
otros lugares, ¿por qué no aquí?'',
agregó.
Sin embargo, esos deseos chocan con la actual
política de Washington hacia la isla, en
la que una intervención militar se considera
descartada, entre otras consideraciones por el
impacto migratorio que una caída violenta
de Fidel Castro pueda tener en la Florida, observó
Fernández.
''Esa sería la peor política posible
para el gobierno estadounidense y el pueblo cubano.
Hasta el Pentágono está en contra'',
advirtió el cubanólogo. "Porque,
¿qué haces después de una
intervención militar?''.
jutset@elnuevoherald.com
Payá anuncia el ayuno de un disidente
preso en Cuba
EFE, La Habana, 10 de marzo de
2006.
El periodista cubano Juan Carlos Herrera, del
Grupo de los 75 disidentes condenados a penas
de hasta 28 años de cárcel, se encuentra
en huelga de hambre desde el pasado día
4, reveló ayer el ilegal Movimiento Cristiano
de Liberación (MCL).
En un comunicado firmado por su líder
Oswaldo Payá, el MCL indica que el propio
Herrera, que cumple 20 años en la prisión
Kilo 8 en Camagüey, en el centro de Cuba,
les anunció por teléfono que desde
ese día "se encontraba plantado en
huelga de hambre''.
Agrega que el motivo de la protesta, según
el propio Juan Carlos, "se debe a las condiciones
inhumanas de confinamiento, la falta de asistencia
médica y el maltrato físico y verbal
de que es víctima, al igual que el resto
de los prisioneros políticos y de conciencia
encerrados en esa cruel prisión''.
La nota, enviada ayer a medios informativos internacionales,
señala que el prisionero padece de cardiopatía,
problemas renales, hipertensión, vitiligo,
asma y alergia, "que se han agravado por
las crueles condiciones desde que fue injustamente
encarcelado en marzo del 2003''.
El MCL llamó a las autoridades cubanas
a que atiendan las demandas del detenido "y
cese el trato cruel y degradante infligido a los
prisioneros políticos''.
Recordó que los presos, ''políticos
o comunes, son también, y ante todo, seres
humanos'', por lo que "merecen ser tratados
con respeto a su dignidad y a sus derechos''.
La agrupación disidente reitera el llamamiento
hecho a la comunidad internacional para ''que
levante su voz en solidaridad con los prisioneros
políticos cubanos'' y que no se permita
"que esta acción desesperada de Juan
Carlos sea una noticia más''.
Hace también un llamamiento a los cubanos
para ''que no sean indiferentes ante esta situación
de maltratos sistemáticos'' con este "y
otros prisioneros políticos pacíficos,
cuyos únicos delitos han sido defender
los derechos de todos los cubanos y presentar
vías de solución pacífica
para los problemas y males que aquejan a la sociedad
cubana''.
Por último, el MCL expresa su solidaridad
con Juan Carlos Herrera en ''sus reclamos de asistencia
médica, condiciones de reclusión
dignas y un trato humano y justo'', y exige "la
inmediata liberación de todos los prisioneros
políticos pacíficos y de conciencia''.
Entre el 18 y el 20 de marzo del 2003, las autoridades
cubanas detuvieron a 75 disidentes que fueron
condenados a penas de hasta 28 años de
cárcel, acusados de conspirar con Estados
Unidos, atentar contra la independencia del Estado
y socavar los principios de la revolución.
El gobierno ha excarcelado a quince de ellos
mediante la concesión de licencias extra
penales por motivos de salud.
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