Cuba:una
maraña política entre el pasado y el presente
Por Ian Katz. El
Sentinel, 24 de junio de 2006.
La Habana · Un curso de Microsoft Excel
está a punto de comenzar en un caluroso
salón del Joven Club de Computación
y Electrónica, un instituto dedicado a
la enseñanza de ciencias de la computación.
Los ocho adultos que toman el curso están
concentrados en su pantallas y en cada palabra
del maestro.
El Joven Club, donde los cubanos de todas las
edades pueden tomar cursos gratis, es el nuevo
programa del gobierno de Fidel Castro para enseñarle
computación a los cubanos. El centro cuenta
con más de 600 locales en toda la isla.
El de la Habana Vieja está ubicado entre
calles sucias y llenas de basuras. Las computadoras
son lentas, pero los maestros son competentes
y los alumnos son muy serios. Cuando un estudiante
cierra un programa en su computadora, aparecen
fotos de un Castro en sus años de juventud.
El club refleja las complejidades políticas
de Cuba. El gobierno busca desarrollar modernos
programas de computación, pero el ambicioso
plan no incluye Internet. A los cubanos sólo
se les permite usar el e-mail y el llamado intranet,
que conecta a los usuarios únicamente a
páginas aprobadas por el gobierno.
Funcionarios sólo aprueban el acceso a
la red de información cuando se trata de
extranjeros o cubanos vinculados al gobierno.
Durante una ceremonia en marzo para celebrar
el 15 aniversario de un centro nacional para la
educación tecnológica, Castro señaló
que Cuba necesitaba ponerse al día con
"un mundo que sigue cambiando constantemente".
En la misma ceremonia, el gobernante cubano afirmó
que favorecía la idea de desarrollar profesionales
de la computación en la Universidad de
las Ciencias de la Computación, un recinto
50 millas al sur de La Habana, para atraer a los
mejores alumnos y maestros en esta materia.
Sin embargo, para Damián Fernández,
director del Instituto de Estudios Cubanos de
la Universidad Internacional de la Florida, esa
postura contradice la política que mantiene
el gobierno con respecto al Internet.
"Los esfuerzos del gobierno para controlar
el Internet van en contra de sus esfuerzos llevar
a Cuba al siglo XXI y globalizar su economía",
señala Fernández. "No se pueden
hacer ambas cosas: restringir y modernizar".
Reporteros Sin Fronteras, una organización
con sede en París, tiene a Cuba en una
lista de 15 países que atentan contra las
libertades de Internet. Entre los países
figuran Corea del Norte, Myanmar, Irán
y China.
En febrero, el grupo señaló que
Cuba utiliza el embargo económico de Estados
Unidos como pretexto para "imponer una política
represiva hacia los usuarios de Internet.
Algunos analistas señalan que el acceso
a Internet es aún más limitado en
Cuba que en China. En Cuba, funcionarios del gobierno
señalan que es necesario tener control
sobre lo que se puede en Internet. Señalan
además que el país tendría
mejores acceso a la red de información
si el embargo permitiera una mayor infraestructura,
un argumento que Estados Unidos rechaza categóricamente.
Siguiendo la línea política del
gobierno, el Club de la Juventud, señala
en su página de Internet que su misión
"es enseñar a los jóvenes la
forma correcta de utilizar la red de información...
porque es una herramienta para comunicar la verdad,
la realidad de la revolución cubana".
El gobierno ha abierto kioscos en algunos puntos
de La Habana para facilitar a los extranjeros
el acceso a Internet.
Para los cubanos, una hora de acceso a la red
cuesta $1.60, lo que equivale a un 15 por ciento
de su salario mensual.
"Ahí no hay nada que me interese",
señala un hombre que pidió no ser
identificado. "Todo lo que hay es sobre Cuba
y yo de Cuba conozco bastante".
Los opositores afirman que el gobierno vigila
el envío de e-mails. El periodista disidente
Guillermo Fariñas, inició una huelga
de hambre en enero debido a que el gobierno había
bloqueado el correo con el que enviaba sus artículos
al extranjero.
Desde entonces, Fariñas está siendo
atendido en un hospital habanero, aunque la organización
neoyorquina Protect Journalist señaló
el 6 de junio que la salud de Fariñas ha
estado deteriorándose.
La política cubana con respecto al Internet
contrasta marcadamente con sus esfuerzos para
crear programas de computación en una universidad
tecnológica, que fue inaugurada en el 2002.
El gobierno no otorgó permisos para visitar
el recinto, aunque funcionarios han mostrado las
instalaciones en una visita que realizó
en el 2004 el presidente chino Hu Jintao.
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