La
Iglesia Católica reclama el derecho a opinar en
polémica sobre telenovela cubana
'No hablo de imponer los criterios
de la Iglesia', sino de 'tener un espacio para
que se escuche y sea formativa de la conciencia
moral', dijo el sacerdote Antonio Rodríguez.
Agencias, Encuentro
en la Red, 1 de junio de 2006.
AFP/ La Habana. La Iglesia Católica, que
desde hace 45 años reclama acceso a los
medios de comunicación en Cuba, reivindicó
esta semana su derecho a opinar en un debate social
generado por la transmisión de la telenovela
La cara oculta de la luna.
"Si la Iglesia está en este país
pues también tiene una voz, que no se impone,
no hablo de imponer los criterios de la Iglesia,
sino que debe tener un espacio para que se escuche
y sea formativa de la conciencia moral",
dijo el sacerdote Antonio Rodríguez, profesor
de Teología Moral del seminario San Carlos
y San Ambrosio, de La Habana.
La telenovela, formada por cinco historias de
portadores del virus VIH que causa el sida, ha
suscitado fuertes controversias, sobre todo desde
la segunda parte, cuando un obrero de la construcción,
padre de una familia feliz, descubre sus inclinaciones
homosexuales, que lo llevan a la separación
de su esposa e hija.
"La Iglesia afirma que la condición
homosexual, como el caso del personaje de la novela,
debe sacrificarse por salvar la familia",
dijo Rodríguez a la revista Palabra Nueva,
publicación de la Arquidiócesis
de La Habana.
"Aunque no podemos cuestionar su condición
sexual, desde el punto de vista moral sí
cuestionamos que haya roto su familia y dejado
una niña sin familia", añadió.
Desde los años sesenta, cuando el gobierno
cubano nacionalizó la educación
y la prensa en el país, la Iglesia Católica
perdió su presencia en esos sectores en
medio de un fuerte diferendo filosófico
y político con el Estado revolucionario
encabezado por Fidel Castro.
"En Cuba es difícil que se desarrolle
un debate amplio, dada la manera en que se conciben,
por el Estado, los medios de comunicación
social, que son todos estatales, así como
la enseñanza es estatal, lo cual condiciona
el debate", dijo el también párroco
de Alquízar, La Habana.
El sacerdote agregó que la Iglesia tuvo
durante cuatro siglos y medio "el papel de
quien ilumina la vida familiar, moral y sexual".
"Cuando en el año 1961 comienza el
gran divorcio entre la Iglesia y la sociedad,
divorcio motivado por el Estado y que limitó
la influencia de la Iglesia en la sociedad, la
Iglesia quedó reducida al ámbito
de las cuatro paredes del templo y dejó
de iluminar desde una moral humanista y cristiana
a la sociedad cubana", dijo.
El padre Rodríguez aprobó la realización
del espacio televisivo, pero le objetó
"desde el punto de vista moral" el horario
de transmisión, pues es vista por muchos
niños y adolescentes.
Ese reproche, hecho también por muchos
televidentes, motivó un cambio de horario
en la transmisión, que pasó de las
20:30 a las 21:30, hora local.
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