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Acusada de espionaje solicita libertad bajo
fianza
Miami (EEUU), 31 may (EFE).- Una estadounidense
de origen cubano acusada de espionaje junto con
su esposo, un académico de EEUU, solicitó
hoy la libertad bajo fianza y el juez encargado
del caso mostró disposición a conceder
la petición.
Los abogados de Elsa Alvarez, una presunta espía
al servicio del Gobierno de Cuba, pidieron su
liberación hasta que se celebre su juicio
previsto para el 2007, en una audiencia de unas
tres horas en un tribunal de Miami (Florida).
El magistrado Michael Moore no emitió
un fallo de inmediato, pero dijo a la defensa
de Alvarez que preparara una orden tentativa para
presentar una fianza de al menos 250.000 dólares.
Moore liberaría a la mujer si ésta
cumple, además, con varias condiciones,
como llevar un dispositivo electrónico
para vigilar sus movimientos, entregar el pasaporte
y presentarse ante la policía dos veces
a la semana.
El juez mencionó que había pruebas
sustanciales que indicaban que Elsa Alvarez se
había manifestado en contra de las presuntas
actividades de espionaje de su esposo. En la vista
se reveló una declaración de una
entrevista de tres días del FBI a Carlos
Alvarez, en la que el académico reiteradamente
afirmó que su esposa no estaba directamente
relacionada con las comunicaciones con agentes
secretos cubanos.
También se indicó que la mujer
estaba preocupada sobre los contactos y manifestó
su deseo de que se suspendieran. El fiscal Brian
Frazier reconoció que algunas pruebas favorecían
a la acusada, pero resaltó que existían
otras que presuntamente apuntan contra ella, como
haber asistido a una sesión de entrenamiento
junto con su esposo en México a mediados
de la década de los años ochenta
y haber recibido una medalla en un viaje a Cuba
en 1991.
La mujer, de 55 años, y su esposo, Carlos
Alvarez, un profesor de psicología de la
Universidad Internacional de Florida (FIU), fueron
acusados de no haberse registrado como agentes
de un gobierno extranjero en enero pasado.
De acuerdo con las autoridades estadounidenses,
la pareja espió para el gobierno del presidente
de Cuba, Fidel Castro, e informó principalmente
sobre las actividades del exilio cubano de Miami
y el acontecer político de Estados Unidos.
Según los documentos judiciales presentados
ante el tribunal, Carlos Alvarez está acusado
de ser agente de los servicios de seguridad cubanos
desde 1977 y su esposa desde 1982. En caso de
ser declarados culpables, pueden ser condenados
a una pena de hasta diez años de prisión
y una multa de 250.000 dólares. Ambos se
han declarado inocentes de los cargos.
Carlos Franqui, pesimista
sobre país "destrozado espiritualmente"
Madrid, 1 jun (EFE).- El escritor, poeta, periodista
y crítico de arte cubano Carlos Franqui
expresó hoy su pesimismo sobre el futuro
de Cuba, incluso después de la muerte de
Fidel Castro, porque el país está
"destrozado material, moral y espiritualmente".
"Creo que la recuperación más
difícil será la espiritual, porque
el régimen ha enseñado a todo el
mundo robar, a mentir, a no trabajar y a prostituirse",
dijo Franqui en una entrevista con EFE.
Vinculado a la revolución hasta 1963 y
en el exilio desde 1968, Franqui (Clavellinas,
Cuba, 1921) está en Madrid para presentar
"Cuba, la revolución: ¿mito
o realidad?", unas memorias que son un repaso
a la reciente historia de Cuba y un alegato de
libertad. Franqui escribe sobre su infancia, el
proceso revolucionario muy cerca de Castro y del
Che Guevara, su desencanto disidente que terminó
en el exilio y su escepticismo político,
y también entona un "mea culpa"
por su participación en el triunfo de la
revolución.
"Es una verdad incontrovertida que (...)
ha sido, y es todavía, el más trágico
acontecimiento de la Historia de Cuba. Como participante
en esa revolución destructora tengo una
responsabilidad que mi conciencia no olvida ni
un minuto", escribe en el libro.
En este sentido, el autor cubano cree que el
efecto ha sido especialmente destructor en la
juventud, en la que "hay un sentimiento de
que esto es el infierno, de que es algo que no
puede cambiarse y de que, por lo tanto, no hay
otra salida que marcharse". Franqui está
convencido de que cuando ya no esté Castro
-"que manda pero no gobierna"- habrá
un intento por mantener la situación, dirigido
por el hoy canciller cubano, Felipe Pérez
Roque, a quien "Fidel ha designado para una
situación de sucesión". "Pero
Pérez Roque es menos inteligente y menos
simpático. No es ningún (ex canciller
Roberto) Robaina", por lo que, "pese
a que hay reclutados 30.000 talibanes castristas
entre jóvenes vagos", será
muy difícil que pueda mantener las riendas
del país.
Además "el poder está en el
ejército y en la policía",
recuerda Franqui, convencido de que "los
militares tendrán una actuación
tipo soviético" cuando haya cierta
sensación de caos y de transición,
es decir, "se robarán o venderán
a precio de saldo todo lo que puedan de los sectores
estratégicos que controlan ahora".
Todo esto es consecuencia de 47 años de
Gobierno de un dirigente, Fidel Castro, que "es
un esquizofrénico al que le encanta escucharse
durante horas y horas", y cuya "única
ideología es y ha sido el poder, pero el
poder según las circunstancias", argumenta.
El presidente cubano "fue católico,
conservador, demócrata, humanista revolucionario,
nacionalista, nacionalista radical y luego marxista
leninista", y ahora aprovecha el resurgimiento
de la izquierda en América Latina para
recuperar protagonismo. No obstante, dice Franqui,
"está incómodo en su papel
de abuelo del eje de izquierdas que hay en América
Latina, porque siempre le gustó ser el
protagonista y ahora se ve obligado a hacerle
el agua a Chávez a cambio de una cantidad
de dinero y recursos enormes". A cambio,
"él utiliza a los médicos que
envía a Venezuela para vender la imagen
de Cuba como nación solidaria, al tiempo
que en Cuba no hay ni una sola aspirina en las
farmacias".
Franqui afirma que el porvenir de la región
"va a depender mucho" del modelo de
izquierdas que predomine, el que encarnan Castro
y el presidente venezolano, Hugo Chávez,
o el que defienden la presidenta chilena, Michelle
Bachelet, el presidente brasileño, Luiz
Inácio Lula da Silva, y el presidente costarricense,
Oscar Arias.
Los primeros son "radicales y militaristas",
y los segundos "socialdemócratas",
y Franqui confía en que los dirigentes
"tengan clarísimo algo que le dijo
(el ex presidente del Gobierno español)
Felipe González a Lula: que para repartir,
hay que crear riqueza".
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