Cuba
aceptó y luego negó la salida de la madre de Molina
La negociación fracasó
la semana última
La
Nación Line, Argentina, 26 de julio
de 2006.
El caso Molina hizo que la semana pasada, al
menos por algunas horas, la Cancillería
argentina festejara: Cuba había dado su
acuerdo para que Hilda Morejón, de 87 años,
la madre de la neurocirujana que reclama viajar
al país para conocer a sus nietos, pudiera
salir de la isla.
Las especulaciones respecto de los motivos que
hicieron que la gestión terminara en fracaso
son variadas: desde la supuesta molestia del gobierno
cubano por las declaraciones públicas de
Roberto Quiñones, el hijo de Hilda Molina
nacionalizado argentino, hasta el inocultable
enojo del régimen ante la sorpresiva decisión
de las autoridades locales de plantear el tema
de forma pública en la Cumbre del Mercosur.
Consultado por LA NACION, Quiñones negó
estar al tanto de la posible autorización
cubana para que su anciana abuela, que hace dos
meses sufrió un accidente doméstico
y debió ser internada en un hospital, pudiera
salir de la isla. Dijo, además, no haber
recibido pedido alguno por parte de las autoridades
argentinas para llamarse a silencio.
Desde La Habana, Hilda Molina admitió
a LA NACION que la familia comenzó el 10
del actual, luego de la anuencia de la embajada
argentina en Cuba, los trámites administrativos
regulares para renovar el pasaporte de su madre
y solicitar luego el permiso de salida que cualquier
cubano debe hacer para poder salir de la isla.
La neurocirujana dijo que tiene "terror"
de que le pase algo a su familia, luego de conocer
la reacción que Castro tuvo en Córdoba
ante una pregunta referida a su caso que le hizo
un periodista que cubría la cumbre.
"Hay una ira, una predisposición
negativa hacia nosotros", dijo en diálogo
telefónico con LA NACION.
"Los tentáculos de este gobierno
son largos, muy largos, no sólo llegan
hasta la Argentina", completó, y advirtió
que las represalias pueden ir desde una "represión"
física hasta lo que los disidentes cubanos
llaman "fusilamiento moral", o sea,
una campaña de difamación contra
los miembros de su familia.
En declaraciones a Radio del Plata, reiteró
su agradecimiento al gobierno argentino por su
intervención en el caso y expresó
su confianza en la "gestión"
del Presidente.
Aunque la médica expresó que tiene
"mucha confianza en la gestión"
de la administración local, el Gobierno
sigue con cierto escepticismo la evolución
del pedido que Kirchner hizo a Castro por medio
de una carta que Taiana entregó a su par,
Felipe Pérez Roque.
Sospechan que, tal como han dicho de modo escueto
las pocas veces que aceptaron referirse al tema,
las autoridades de la isla dirán que se
trata de un asunto interno en el que está
involucrada una ciudadana cubana.
Sabor agridulce
Pese a todo, el balance que se hace en Buenos
Aires es positivo. El embajador argentino en La
Habana, Darío Alessandro, lleva meses intentando
hablar, de modo infructuoso sobre el caso Molina
con algún representante del gobierno cubano.
Es más, ayer funcionarios locales comentaron
que la carta que Taiana entregó a Pérez
Roque estaba escrita hace tiempo, sólo
que no había podido ser entregada a las
autoridades de la isla.
Para evitar que ocurriera lo mismo, la Argentina
apeló esta vez al factor sorpresa y pese
a que en los numerosos sondeos cubanos previos
a la llegada de Castro al país el Gobierno
negó que fuera a plantear el asunto, la
primera mañana en la que el comandante
caminó por Córdoba los kirchneristas
entregaron la carta que, según el canciller
cubano, será "leída, revisada
y contestada".
Por otra parte, el diario rosarino La Capital,
publicó ayer que el gobernador santafecino,
Jorge Obeid, podría oficiar de mediador
por esta cuestión entre ambos países.
Obeid se reunió el sábado, en Córdoba,
durante más de tres horas, con Castro.
Según la publicación, además
de repasar la prolífica lista de acuerdos
de colaboración mutua suscriptos durante
su gestión y la posibilidad de un acuerdo
comercial por 35 millones de dólares que
incluya la venta de leche en polvo, harina de
soja y maíz de producción local,
el gobernador habría hablado del tema.
La estrecha relación que mantiene con Castro
y la buena relación con Néstor Kirchner
lo ubicarían como un interlocutor válido
para ambas partes.
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