PRENSA INTERNACIONAL
Julio 10, 2006
 

Cabrera Infante vuelve a publicar

Alejandro Armengol, El Nuevo Herald, 10 de julio de 2006.

Apartir de la aparición en 1963 del libro de críticas cinematográficas, Un oficio del siglo XX, la obra de Guillermo Cabrera Infante buscó siempre superar la contradicción entre realidad y ficción, no mediante la recreación de un mundo desaparecido --La Habana anterior a 1959 y la ciudad durante los primeros años de la revolución-- sino inventando otro propio.

Este cuerpo literario --presentado bajo formas diferentes desde el punto de vista formal-- quedó trunco a su muerte, tras años en que los lectores esperaron por una serie de obras anunciadas cuya publicación se dilató una y otra vez.

Ahora su viuda, Miriam Gómez, prepara una edición póstuma de tres libros que quedaron inéditos --La ninfa inconstante, Cuerpos divinos y Mapa hecho por un espía-- y del guión cinematográfico de The Lost City en forma de novela.

Para esta labor contará con la colaboración de los profesores Enrico Mario Santí y Nivia Montenegro, autores de una antología de textos de Cabrera Infante hecha en México con el título de Infantería.

La publicación de estas obras es de gran importancia. Aunque los recursos utilizados por Cabrera Infante --la música popular cubana, la parodia, el juego de palabras y los recursos cinematográficos, del cómic y la novela negra, entre otros-- han sido descritos en más de un ensayo y comentados en multitud de entrevistas, queda por desarrollar un análisis global que abarque la totalidad de su narrativa. Pero ello resulta una misión imposible hasta que no se publiquen estos inéditos.

Se trata de tres obras completamente diferentes. La ninfa inconstante es una novela que quedó pendiente de una revisión final, en la que el escritor trabajaba en el momento de su fallecimiento. De ella se conoce un fragmento aparecido en la revista Granta en español, invierno/primavera 2004. Aunque la brevedad de éste no permite mayores especulaciones, la novela parece continuar la narrativa propia de La Habana para un Infante difunto.

Mapa hecho por un espía fue escrito como testimonio de lo que Cabrera Infante vio al regresar a Cuba para asistir a los funerales de su madre. Ha cambiado de título --en una época se llamó Itaca vuelta a visitar-- y su publicación ha sido demorada por diversos motivos, desde el temor a las posibles represalias que pudieran sufrir algunos de los personajes incluidos, aún viviendo en la isla, hasta la necesidad de encontrar un tono libre de sentimentalismos.

Por su parte, Cuerpos Divinos podría ser la clave para estudiar las relaciones entre situación política e historia personal en la narrativa de Cabrera Infante.

Si bien el escritor repitió una y otra vez que en sus textos narrativos fundamentales no hay referencia alguna a la política, ésta lo persiguió siempre.

El autor de Tres tristes tigres siempre negó cualquier tipo de interés en la política.

''Nadie me considera un escritor político ni yo me considero un político'', dijo Cabrera Infante en Mea Cuba, donde catalogó estos trabajos como una "actividad ética''.

Es posible que en Cuerpos divinos se encuentre la clave literaria a la reticencia del autor por incluir la política como parte de su narrativa, al tiempo de verse imposibilitado de prescindir de ella.

Resulta significativo en este sentido que la narración Delito por bailar el chachachá --uno de los cuentos de Cabrera Infante donde está más presente la política-- fue en una época el primer capítulo o prólogo de Cuerpos divinos.

Por lo que se sabe de las contadas referencias que en vida dio el autor sobre la ''novela'' (palabra que siempre se negaba a emplear para referirse a sus obras mayores), ésta se desarrolla entre fechas muy precisas: transcurre entre el 13 de marzo de 1957 y una semana de octubre de 1962.

Estas fechas marcan hechos políticos fundamentales de la historia cubana durante la segunda mitad del siglo XX: el fracaso del asalto al palacio presidencial convierte al movimiento insurreccional de Castro en la fuerza decisiva para el derrocamiento de Batista y la culminación de la Crisis de Octubre garantiza la supervivencia del régimen con respecto a la amenaza de Estados Unidos.

No hay que deducir de lo anterior que Cuerpos divinos sea una novela política. Su autor declaró en más de una ocasión que se refiere a un grupo de mujeres que lo libraron de convertirse en un ''ente histórico''. En vez de la recreación de una época, se puede aventurar que se trata de una construcción imaginaria de un mundo perdido (¿La ciudad perdida?), para la cual fueron necesarios tres tomos de más de trescientas páginas y una ''separata'' en la cual conversan tres personajes, uno de ellos un enano mulato que habla todo el tiempo en un inglés chapurreado y por momentos ininteligible.

El libro no evoca a Cuba sino sólo a La Habana, una zona de la ciudad para ser más precisos: La Rampa. Pero el verdadero personaje de la obra es el lenguaje: al lenguaje oficial y de los tratados de los historiadores se opone como contrapartida la lengua del escritor.

Los escritores muertos no perduran. Sólo perduran sus obras cuando son reescritas por lectores, traductores y críticos. La literatura de Cabrera Infante está viva y a la espera de continuar su reescritura.

aarmengol@herald.com

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