Unos
200.000 españoles viajan al año a Cuba para hacer
turismo sexual, según un experto
Terra,
28 de agosto de 2006.
Alrededor de 200.000 españoles, hombres
y mujeres, viajan cada año a Cuba para
hacer turismo sexual, según afirmó
hoy el catedrático de Análisis Geográfico
de la Universidad Carlos III de Madrid Guillermo
Morales Matos.
Según el catedrático, el turismo
heterosexual, que en el caso español se
dirige básicamente hacia Cuba, República
Dominicana y Brasil, mientras que los alemanes
viajan expresamente a Bahía, mueve cifras
globales poco significativas, pero mucho mayores
que el turismo orientado a la pedofilia.
Morales, que dirige en Laredo un seminario enmarcado
en la programación de los cursos de verano
de la Universidad de Cantabria, señaló
que 'hay otro turismo hasta hace poco estigmatizado,
como es el homosexual, que en estos momentos está
siendo mimado por las agencias de viaje y los
tour operadores de una forma soterrada, porque
mueve a un sector de altísimo nivel adquisitivo
y, en consecuencia, hacen políticas comerciales
ex profeso para ellos'.
En relación con el turismo pedófilo,
indicó que Costa Rica, el último
país que se ha incorporado a este mercado,
recibe al año a 10.000 visitantes. Para
Morales, este es el mercado 'más abyecto
y todos tendemos a perseguirlo'. 'Es un turismo
perverso que hay que combatir, sobre todo en los
países que acogen este tipo de prácticas,
como Tailandia y Birmania', añadió.
El catedrático expuso también en
su intervención otros tipos de turismo
como el solidario, en el que los usuarios realizan
labores de cooperación mientras se visitan
otros destinos, el ecológico y sostenible,
el desplazamiento de las personas con discapacidades,
el de la ruta de los vinos por España,
las visitas a comunidades indígenas y otro
que adquiere cada vez más popularidad entre
la población, el turismo bélico.
'Es un fenómeno más actual que
se empieza a desarrollar con motivo de la guerra
de Bosnia, cuando mucha gente quiere vivir experiencias
que incluyan mucha dosis de adrenalina y paga
por participar en la confrontación bélica.
Ha ocurrido en ese país y hace nada en
Líbano; es un hecho muy novedoso y que
está al alcance de muy poca gente', dijo.
Según Morales, el turismo bélico
'se puede hacer por libre si no se tienen muchos
recursos, o estar amparado por las grandes estructuras
de los ejércitos o de las empresas informativas,
si se tiene dinero. Los usuarios se suelen hacer
pasar por periodistas, pero, en realidad, son
turistas'.
'Los ejércitos no auspician este tipo
de aventuras, lo saben y están en contra,
porque es una práctica ilegal y esos escenarios
se va a combatir, no a ver un espectáculo.
Tienen que proteger a los que se suman a estas
iniciativas, pero ellos no quieren observadores,
sino todo lo contrario', agregó.
Otro de los fenómenos turísticos
que está en boga desde hace unos años
es el denominado turismo étnico. Consiste
en la visita a comunidades campesinas indígenas,
sobre todo en Latinoamérica, donde cada
vez tiene una mayor presencia. Morales explicó
que se trata de un turismo cuyos conceptos han
sido desarrollados por los propios indígenas.
Empezó en México y ahora se ha trasladado
a otras comunidades en países como Chile,
Argentina y Bolivia.
|