Una
dirección colectiva gobierna Cuba
Mauricio Vicent. El
País, España, 4 de agosto de
2006.
La Habana - Tercer día sin Fidel Castro
en el poder. Y a falta de noticias sobre su estado
de salud, se confirma lo que algunos analistas
habían predicho: regrese o no el bastón
de mando al comandante, la apuesta oficial es
por una sucesión institucional y un futuro
Gobierno de dirección colectiva. Por si
alguien lo dudaba, ayer el diario Granma reprodujo
en primera página unas recientes declaraciones
de Raúl Castro (que todavía no ha
aparecido en público como presidente en
funciones) cuando dijo que el liderazgo fundacional
de Fidel no se hereda y que sólo el Partido
Comunista de Cuba (PCC), como institución
"de vanguardia", puede sucederle. De
hecho, ya está trabajando, bajo la dirección
de Raúl, un equipo de seis personas a modo
de Gobierno provisional de sucesión.
Las palabras de Raúl, pronunciadas el
14 de junio, mes y medio antes de que su hermano
cayera enfermo, fueron interpretadas entonces
como una señal de que los preparativos
internos con vistas al poscastrismo habían
comenzado y que la nomenclatura no estaba pensando
en nuevos liderazgos unipersonales, sino en una
estructura colegiada y de responsabilidades compartidas.
Más que nunca hoy esa tesis se confirma.
Mientras tras bambalinas se juega al ajedrez
político, en las calles, pese a la aparente
normalidad, las autoridades han activado los "mecanismos
de protección de la revolución",
en previsión de cualquier incidente o "eventualidad".
En la capital, las fiestas de carnaval, que iban
a comenzar el viernes, fueron pospuestas "hasta
nuevo aviso" y el coordinador general de
los Comités de Defensa de la Revolución
(CDR), Juan José Rabilero, afirmó
que se está "fortaleciendo la vigilancia
popular" y no sólo "para evitar
alguna manifestación contrarrevolucionaria"
interna. Es decir, de la disidencia. "Hemos
activado los destacamentos mirando al mar, pues
estamos convencidos de que en estos momentos ellos
van a intentar provocar infiltraciones para crear
el caos, tratando de hacer actos de terrorismo",
dijo Rabilero a la emisora Radio Rebelde. El funcionario
indicó que se trabaja también "para
evitar las salidas ilegales, un pretexto que ellos
siempre han tenido para provocar una agresión
a nuestro país". Todos los cederistas
han sido convocados a "conocer su medio,
su lugar y su forma de combate, tratando de que
haya un apoyo incondicional a la preparación
para la guerra de todo el pueblo".
Hermetismo oficial
Pese a estos barruntos bélicos, analistas
y diplomáticos centraban ayer su atención
en los movimientos en el PCC y por supuesto en
la salud de Castro. El hermetismo oficial sobre
su verdadero estado es absoluto.
Aunque por comentarios informales de familiares
del comandante y por declaraciones del presidente
del Parlamento, Ricardo Alarcón, y del
presidente venezolano, Hugo Chávez, se
cree que Castro no está grave y podría
recuperarse antes de la próxima cumbre
del Movimiento de Países No Alineados,
que se celebrará entre el 11 y el 16 de
septiembre en La Habana, algunos médicos
son menos optimistas.
"Para empezar, la anestesia general a esa
edad puede traer complicaciones de otro tipo.
Quizá, aunque se recupere físicamente,
nunca vuelva a ser ya el mismo Fidel ni pueda
realizar su trabajo como hasta ahora", aseguró
un prestigioso cirujano consultado por este diario,
a quien le preocupa sobre todo "la salud
mental" de Castro.
Sea cual sea la evolución del mandatario
y el desenlace final de este episodio quirúrgico,
de hecho, el nuevo equipo de Gobierno, designado
por el propio Castro, ya ha empezado a trabajar.
Sus miembros, probablemente, tendrán gran
peso cuando se produzca la sucesión definitiva,
si esta ocurre como ha sido planificada.
Además de Raúl, otros seis hombres
han asumido las labores prioritarias para Fidel
Castro, y en todos los casos son miembros del
Comité Central. Entre ellos destaca Carlos
Lage, de 54 años, secretario del Comité
Ejecutivo del Consejo de Ministros, que fue responsable
de aplicar las reformas de apertura económica
en los años noventa y, de hecho, actúa
ya como un primer ministro. Tanto él como
el canciller Felipe Pérez Roque (41), durante
siete años secretario personal de Castro
y hoy uno de sus más cercanos colaboradores,
son piezas clave en el nuevo escenario, junto
a dos hombres considerados comunistas ortodoxos,
José Ramón Machado Ventura (75),
actual jefe de organización del PCC, y
José Ramón Balaguer (74), antiguo
ideólogo de la organización, que
representan, con Raúl, la continuidad de
la dirigencia histórica. Tampoco es casual
la presencia en este equipo de Francisco Soberón,
de 62 años, presidente del Banco Central
de Cuba y protagonista del actual proceso de recentralización
económica que se vive en el país.
Ninguno de ellos ha aparecido en público.
Tampoco Raúl, y aun así todos los
ojos están puestos sobre su sombra.
Ni carnavales ni periodistas
Hoy en el malecón de La Habana no habrá
carrozas ni comparsas, y tampoco podrán
bailar el son los corresponsales extranjeros que,
en avalancha y con visado de turista, intentan
entrar a la isla desde el martes para informar
de los últimos sucesos cubanos. Las fiestas
del popular carnaval habanero, convocado entre
el 4 y el 12 de agosto, debían comenzar
esta noche en el paseo marítimo de la ciudad,
pero fueron "pospuestas" el miércoles
por la comisión organizadora sin explicar
los motivos ni anunciar nueva fecha.
Las tarimas y palcos instalados en plena avenida
para el evento siguen todavía en el malecón,
igual que el cartel que un vecino entusiasta ha
colocado hace días en la terraza de su
casa, cerca del hotel Deauville, como regalo de
cumpleaños para el comandante en su 80
aniversario, y que dice: "Viva Fidel. 80
más".
Quienes también se quedarán sin
bailar, informativamente hablando, son los casi
dos centenares de periodistas extranjeros, muchos
de ellos españoles, que en las últimas
48 horas han solicitado oficialmente visado para
trabajar en la isla, o los que directamente se
han arriesgado a viajar a Cuba con visado de turista.
Más de 150 corresponsales han solicitado
los correspondientes visados de prensa desde la
noche del lunes, según fuentes del Centro
de Prensa Internacional (CPI), organismo dependiente
del Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero
estos han de tramitarse en las embajadas cubanas
de cada país, y en ellas la respuesta hasta
ahora ha sido tajante: la situación en
el país es estable y no hay previsto conceder
permisos hasta la cumbre del Movimiento de Países
No Alineados, que se celebrará en La Habana
entre el 11 y el 16 de septiembre.
Aproximadamente dos decenas de periodistas llegados
a La Habana en las últimas horas "por
libre" han sido reembarcados a su país
en el mismo avión, y más de uno
ha tenido que pasar la noche en los bancos del
aeropuerto a golpe de mojitos, sándwich
y jugo de mango.
Funcionarios del CPI se interesan por los periodistas
en las taquillas de inmigración y supervisan
si cuentan con las visas correspondientes. Quien
no lo tiene, de vuelta a casa. "No hay ninguna
cerrazón informativa", aseguran fuentes
del CPI, "lo que pasa es que hay que respetar
las leyes y se acabó".
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