PRENSA INTERNACIONAL
Agosto 2, 2006
 

Autoridades activan las Brigadas de Respuesta Rápida en barrios de la capital

En las primeras jornadas sin Castro, sus partidarios convocaron manifestaciones. Analistas opinaron que se realiza un 'ensayo' para el día de la desaparición definitiva.

Agencias, Encuentro en la red, 2 de agosto de 2006.

La sorpresiva hospitalización de Fidel Castro puso el martes en pie de guerra a sus partidarios, que participaron en manifestaciones para refrendar su respaldo al gobierno, informó Reuters.

Dirigentes comunistas convocaron mítines de apoyo a Castro en calles, plazas y fábricas, y en varios casos anunciaron la activación de las llamadas "Brigadas de Respuesta Rápida", grupos de acción progubernamentales creados para disuadir a los disidentes.


Castro, quien cumplirá 80 años el 13 de agosto, fue sometido a una operación de emergencia debido a una hemorragia intestinal y delegó el lunes temporalmente todo su poder a su hermano Raúl, ministro de las Fuerzas Armadas y número dos del gobierno unipartidista de la Isla.

Según AP, en una dependencia de la Aduana ubicada en la Habana Vieja, cientos de vecinos y trabajadores enarbolaron banderas cubanas y dieron vivas a la revolución.

"Por este hombre (Castro) tenemos que dar la vida. ¡Patria o Muerte, Venceremos!", dijo Noel Bergez, uno de los participantes en el mitin, mientras sus colegas aplaudían.

El orador del acto afirmó que a partir de ese momento se activarían las Brigadas de Respuesta Rápida.

Una información de la AFP se refirió a la presencia de militares en sectores de la capital, como el Casto Histórico, y citó a vecinos que confirmaron que las Brigadas fueron puestas a funcionar en ciertos barrios ante una eventual acción de los opositores.

"Estamos en pie de lucha contra todos aquellos que intenten algo contra nuestro país", dijo un manifestante.

"El país está preparado para su defensa por las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el pueblo", dice el texto, que las autoridades afirman fue elaborado por el propio Castro.

Las agencias Reuters y EFE reportaron que centenares de personas se congregaron en el céntrico Parque Central, de La Habana, en uno de los más nutridos actos de "reafirmación revolucionaria" convocados por organizaciones sindicales, sociales y políticas, todas controladas por el régimen.

Durante el acto, Armando Díaz García, secretario municipal del Partido, enfundado en un uniforme de campaña, afirmó que "Raúl es un líder revolucionario sin discusión y la revolución está segura con él y la generación que ellos han preparado".

En Cuba, ante una emergencia, el primer secretario del Partido pasa a ocupar automáticamente el cargo de jefe del consejo local de defensa.

Actos similares se registraron en centros de trabajo estatales en todo el país. En los celebrados en La Habana, los oradores se refirieron a "la conmoción" que ha generado en la población la noticia sobre la repentina operación a la que tuvo que ser sometido Castro.

Un ensayo general

Analistas citados por la AFP dijeron que, al delegar por primera vez desde 1959 el poder, Fidel Castro realiza un "ensayo general" para el día de su desaparición.

"Es un ensayo general, y el primero de esta clase", declaró un diplomático occidental al comentar el sorpresivo anuncio el lunes de que el gobernante cubano se retiraba "varias semanas" para descansar luego de una operación intestinal "compleja".

Al actuar de esa manera, Castro respetó el esquema acordado desde siempre en el seno del régimen cubano: su hermano Raúl, ministro de las Fuerzas Armadas, segundo secretario del Partido Comunista y primer vicepresidente del Consejo de Estado es, según la Constitución, el hombre llamado a ocupar el lugar de máxima jerarquía.

Para varios diplomáticos, es probable que Castro "tome distancia" luego de su convalecencia, pero conserve la decisión sobre las "grandes líneas" a seguir.

"Tomaría así el lugar de ideólogo, casi de sabio", declaró uno de ellos, quien destacó que en el comunicado del lunes el gobernante nombró al equipo que se ocupará de los grandes programas de gobierno que considera prioritarios.

"No hay ninguna duda de que Fidel, aún desde su lecho de convalecencia, observará atentamente la situación para ver si alguien sobresale o intenta sobresalir", opinó por su parte un observador cubano.

A juicio de varios analistas, persiste una interrogante: cuál será "la actitud de la población si siente un vacío de poder" en un país con una difícil situación social.

"No sé si pensar que nos están preparando para lo que va a venir por su avanzada edad. Él (Castro) ya no está para esas correrías", dijo a la AFP un hombre de 52 años, vecino del Vedado y que trabaja como custodio en un barrio capitalino.

"Ya debería dejar el poder. Yo no quiero que se muera Fidel, la gente lo que quiere es que ya se vaya, pero que se reponga", manifestó una mujer de 62 años, empleada doméstica en el sector residencial de Miramar.

Muchos perciben la situación como "muy seria". Algunos, no obstante, confían en la pronta recuperación de Castro. "Va a haber los que quieran formar alboroto, pero la vida continúa. Él sale de ésta", dijo un joven de 29 años de un sector residencial del oeste de la ciudad.

Otros comentaban cómo veían un futuro con Raúl Castro en el poder. "Fidel es más político, el otro no es fácil", dijo una mujer de 50 años, vecina del reparto Guiteras, en La Habana.

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