Cuba
ganó el concurso de coros
El Schola Cantorum Coralina
ganó los principales premios del certamen
René Vargas Vera. La
Nación Line, Argentina, 28 de septiembre
de 2005.
TRELEW.- El coro cubano Schola Cantorum Coralina
conquistó los mejores premios del concurso.
El último viernes había recibido
la única ovación auténtica
-el aplauso clamoroso y consagratorio- en este
7º Certamen Internacional de Coros de Trelew.
Se la estaban dedicando sus colegas: los coreutas
que copaban una de las tribunas del estadio.
Era como el más inapelable veredicto para
la apoteosis del canto de estos cubanos del Schola
Cantorum Coralina de Cuba, guiados por ese genio
musical llamado Alina Orraca.
Habían entregado la versión coral
de "La gota de Rocío", de Silvio
Rodríguez; la sencillamente titulada "Canción",
de Electo Silva, con versos de Nicolás
Guillén, y la "Aporrumbeosis"
(la otra apoteosis: la de la rumba), de Guido
López Gavilán, explosión
de polirritmia caribeña (especie de himno
coral cubano), éxtasis de la más
pura alegría.
Estaba cantado que el respetable jurado, integrado
por los maestros argentinos Roberto Saccente y
Néstor Andrenacci, el venezolano César
Carrillo, el finlandés Reijo Kekkonen y
el danés Steen Lindholm rubricaría
en la fiesta de cierre del certamen coral tan
categórico pronunciamiento masivo, al otorgarle
el primer premio en la categoría A: Coro
mixto.
Coronación en una noche de premios, donde
dos corrientes políticas, la del intendente
radical César Mac Karthy (que venía
apoyando decididamente este certamen internacional)
más el aval otorgado finalmente por el
gobernador peronista Mario Das Neves, se unieron,
en gesto ejemplar, al otorgar con su presencia
el espaldarazo que merece un hecho cultural de
inimaginable proyección en el propio Chubut,
en el resto del país y en América
latina.
Cuba conquistó otros galardones: se llevó
el premio al coro más votado por el público,
y a la mejor interpretación de la obra
impuesta ("Iré a Santiago", de
Roberto Valera). Las nueve chicas y nueve muchachos
cubanos lograban superar, siquiera por un momento,
la desolación causada por el desmayo y
la internación de urgencia de su compañero
de ruta en un nosocomio de Puerto Madryn, con
diagnóstico reservado, para entregarse
con alma y vida a los refinamientos de Claudio
Monteverdi, a los ritmos intensos del tango y
a las endiabladas cabriolas rítmicas y
cautivantes acentos de la vieja y nueva trova
caribeña.
Otros ganadores
También compitió en protagonismo
con el cubano el Coro Universitario (Universidad
Nacional de Cuyo) de Mendoza, conducido por Silvana
Vallesi, en las categorías de coro mixto,
masculino, femenino y grupo de cámara.
En este sentido compartió el segundo premio
para coro mixto, con el de Cámara del Museo
Azzarini, de La Plata, guiado por Guillermo Saidón.
En esta misma categoría consiguió
el cuarto lugar -tras declararse desierto el tercero-
el Coro Juvenil de Trenque Lauquen, con su director
Daniel Virzi.
Por su parte, Vallesi sumó más
lauros: el premio a la mejor interpretación
de una obra argentina ("Venite exultemus",
de Antonio Russo), con el coro femenino; también
obtuvo el primer premio para su grupo de cámara
Ensamble Vocal, y los segundos premios para su
Coro Femenino y Coro Masculino. El jurado declaró
desiertos los primeros premios de estas categorías.
El otro coro reconocido en la categoría
de Cámara fue el de El Bolsón, y
su titular, Héctor Bisso, con el cuarto
premio (el segundo y tercero quedaron desiertos).
Este certamen coral del Chubut, concebido y organizado
por Daniel Garabano, ostenta varias victorias
artísticas: abre la participación
a coros que no compiten (Vocal Tehuelia, Municipal
de Trelew, Femenino y el Masculino 805, Estable
Municipal de Puerto Madryn, Amuyen, Agrupación
Allen); sus coreutas toman contacto con los coros
rigurosamente elegidos; asisten a talleres (música
renacentista española, argentina, de Venezuela
y el Caribe, y coral y educación en el
Estudio Báltico) y actúan en la
noche de cierre, además de participar cada
jornada junto al público del Canto Comunitario,
guiado por el danés Lindholm. Todo un ejemplo
de idoneidad y exigencia.
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