Solidaridad
en Suecia con Las Damas de Blanco: Amnistía Internacional
a las Puertas de la Iglesia Santa Eugenia
Por Alexis Gainza Solenzal, Misceláneas
de Cuba. Estocolmo, Suecia. 19 de septiembre
de 2005.
La Iglesia Católica de Santa Eugenia,
ubicada frente por frente a Kungsträdgården
(El Jardín Real), en el mismo corazón
de Estocolmo, se registra como la primera de su
género en Suecia y Noruega después
de la Reforma, razón por la cual se le
considera la madre del catolicismo en estos países
escandinavos. Portadora del nombre de Santa Eugenia,
abadesa que en el medioevo sirviera en el convento
de Odilienberg, en las cercanías de Estrasburgo,
Francia, el santuario no pudo ser mejor alternativa
al ser elegido por parte de la Sección
Sueca de Amnistía Internacional como lugar
donde desplegar un acto solidario con Las Damas
de Blanco cubanas, ayer 18 de septiembre: allí
se conjugaba el sacrificio de estoicas mujeres
hermanadas por la consagración a una misma
fe, esto es, la católica.
A lo acertado de la elección del término,
se le sumaba el de la hora de la cita: las 12:00
del día domingo, espacio en el curso del
cual en la Iglesia Santa Eugenia suele estar en
su florecimiento la misa mayor. Encima, la de
justamente este domingo 18 de Septiembre, traía
una agenda especial: la instalación del
Padre Bengt Almstedt como párroco de la
comunidad, acontecimiento que coincidía
a su vez con el Día de Eugenia y, por más,
con la celebración del establecimiento
de la ermita.
Abarrotada la nave de la Iglesia Santa Eugenia
-con fieles parados desde el presbiterio hasta
las mismas puertas de entrada- dadas las celebraciones
mencionadas, quienes asistimos a aquella en muchos
aspectos histórica liturgia, escuchamos
como con retórica pura, a momentos apoyado
en pasajes bíblicos, el Obispo Anders Arborelius,
encargado de celebrar la instalación del
aludido Padre Bengt Almstedt, le pedía
al futuro párroco ver a los miembros de
la cofradía con los ojos misericordiosos
de Jesús, y a la vez ser un eterno servidor
de la santidad y unidad de la feligresía.
En este contexto sacramental y bajo el amparo
de la misión misericordiosa de la Iglesia,
activistas pro derechos humanos, con el patrocinio
de la mencionada Sección Sueca de Amnistía
Internacional y en particular gracias a la iniciativa
de los Grupos 95 y 3005 de dicha entidad -que
se dedican específicamente a casos de prisioneros
de conciencia cubanos-, se realizó el acto
solidario para con las féminas criollas
con lazos consanguíneos y de afinidad con
prisioneros de conciencia. Reunidas integrantes
de dichas agrupaciones a las puertas de Santa
Eugenia y, la actividad consistió en esencia
en repartir volantes a los devotos en los que
se describía la labor y aspiraciones de
Las Damas de Blanco, amen de saciar la curiosidad
de uno que otro parroquiano en torno a la situación
de los derechos humanos en la isla caribeña.
Vestidas simbólicamente de blanco, Roxana
Cobar (del 95 de la Sección Sueca de AI,
el grupo promotor de la iniciativa, al cual también
pertenecen Sofia Karlsson y Karin Haglingd, quienes
se encargaron de redactar el parte de prensa y
el volante, pero que no pudieron asistir al acto
por cuestiones de viajes) y Ebba Hagander, Anna
Siegård, Elisabeth Cronberg (del Grupo 305),
velaron estas féminas porque todo el que
abandonara el templo acabado el servicio llevara
consigo un ejemplar de la hoja informativa. (Siris
Mårtelius, del Grupo 95, participó
solamente en la misa).
A esta labor de respaldo moral se sumarían
-también engalanados de blanco- Fredrik
Malm, presidente de la Asociación de Jóvenes
Liberales de Suecia (quien captara fragmentos
del acto con su filmadora) y su compañera
sentimental Gulan Avci, coordinadora de asuntos
de integración en el seno del Partido Liberal
Sueco; así como el estudiante de la Universidad
Popular de Estocolmo, Mårten Smedberg, con
una tesis en preparación sobre los demócratas
al interior de Cuba. Por parte de la emigración
política cubana, en el gesto solidario
tomaron parte los exiliados Julio González
Mendinueta y Germán Guerra Díaz,
Responsable de Comunicaciones de la revista Cuba
Nuestra.
Como colofón del acto solidario, la activista
de Amnistía Internacional Roxana Cobar
se acercó al Obispo Anders Arborelius,
informándole al prelado sobre los motivos
que reunían a la entidad internacional
a las puertas de la Iglesia de Santa Eugenia.
El obispo escuchó atentamente a las palabras
de la activista pro derechos humanos, recibiendo
uno de los volantes y prometiendo leerlo sin falta.
Expresó además conocer un poco sobre
la situación en Cuba y dijo también
haberse encontrado recientemente en Alemania con
el Cardenal de Cuba, Jaime Ortega Alamino. Por
último, la Sra. Roxana le invitó
a coordinar alguna actividad en pos de la paz
del pueblo cubano, a lo cual el sacerdote respondió
que la propuesta era bienvenida.
Pronosticado que se llevaría a cabo una
caminata por los alrededores de la Iglesia -a
modo de paralelo con las marchas dominicales de
Las Damas de Blanco, terminada la misa en la Iglesia
Santa Rita de La Habana-, la misma no se realizó
debido a obligaciones impostergables de los activistas
presentes. No obstante a ello, no dudamos que
se darán nuevas oportunidades, pues con
el acto del domingo 18 de septiembre, parece que
la semilla de la solidaridad en Suecia con Las
Damas de Blanco ha caído en suelo fértil.
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