Castro
y Chávez: más allá de la amistad
Por Ruth Morris. El
Sentinel, Florida, 17 de septiembre de 2005.
La Habana · Cuando el gobernante cubano
Fidel Castro y su homólogo venezolano Hugo
Chávez se presentaron en un programa de
radio recientemente, su relación de amistad
se reveló a flor de piel.
Vestidos ambos con uniformes militares, Chávez
y Castro se daban palmadas en la espalda y bromeaban.
Pero tanto la relación de amistad como
los lazos económicos entre ambos países
son motivo de preocupación para funcionarios
del gobierno norteamericano. Además de
lanzar frecuentes ataques verbales contra el "imperialismo",
Castro y Chávez han establecido acuerdos
comerciales que permiten a Cuba recibir 90,000
barriles de petróleo de Venezuela a precios
(y en pagos) flexibles.
Pero ahora que los precios del petróleo
aumentaron considerablemente, varios analistas
señalan que el trato preferencial que recibe
Cuba no sólo es una válvula de oxígeno
a la economía de la isla, sino una manera
de subvertir las sanciones económicas de
Estados Unidos contra la nación caribeña.
"Venezuela es como un banco", señala
John Kavulich, asesor político del U.S.-Cuba
Trade and Economic Council, una organización
con sede en Nueva York.
Kavulich señala que la ayuda económica
ha permitido a Cuba eliminar las reformas económicas
diseñadas para contrarrestar el impacto
del embargo estadounidense sobre el comercio y
los viajes a la isla.
"Sin Venezuela, Cuba se hubiera visto obligada
hace tres años a no sólo continuar
las reformas comerciales, sino a expandirlas".
La ayuda venezolana debe ser frustrante para
el gobierno del presidente George W. Bush, que
esperaba llevar a Cuba hacia la democracia al
impedir el ingreso a la isla de $500 millones
anuales en turismo de Estados Unidos. Analistas
señalan que el valor del petróleo
que Venezuela envía a Cuba es el doble
de lo de que la isla paga.
En junio de 2004, el gobierno de Bush impuso
mayores sanciones al embargo económico
contra la isla, limitando los viajes de cubanos
a una visita cada tres años. Otras restricciones
establecen que los visitantes sólo pueden
gastar $50 diarios en la isla.
Como parte del acuerdo comercial entre Castro
y Chávez, Cuba envió más
20,000 médicos y maestros a Venezuela para
trabajar en las barriadas pobres del país.
Se desconoce cómo este estímulo
económico beneficia al ciudadano común
y corriente.
"La comida es muy cara y nadie tiene suficiente",
dice Miguel López, un empleado retirado
que se gana la vida reparando ruedas de bicicletas.
A principios de este año, el gobierno de
Castro prometió repartir ollas arroceras
a la población, aparte de mejorar las raciones
de alimentos y el servicio de electricidad. Pero
hasta el momento, las tiendas sólo ofrecen
una selección limitada de alimentos, al
tiempo que el salario mensual se mantiene en $15.
María Virginia de los Arcos señala
que las remesas que le envía su hija de
España y las propinas que gana su esposo
en el aeropuerto como cargador de maletas, permiten
a la familia sobrevivir. De los Arcos, sin embargo,
no está segura cómo el petróleo
venezolano ayuda a los cubanos.
"Quisiera que todo el mundo tuviera un poquito
más, pero sin cambiar el sistema",
dice. "Fidel ha hecho muchas cosas buenas".
Mientras tanto, funcionarios del gobierno de
Estados Unidos se muestran preocupados con Chávez,
cuya política populista y economía
petrolera han servido para promover la integración
latinoamericana.
"Le ha dado nueva vida y grandes recursos
a la idea temida por Washington durante décadas:
la exportación de la revolución",
dijo Michael Shifter, analista de la organización
Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
"Es un desafío para Estados Unidos,
pero Washington básicamente no sabe cómo
lidiar con el asunto".
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