La
noche de los asesinos
La vida no vale nada
si ignoro que el asesino
cogió por otro camino
y prepara otra celada."
Pablo Milanés
Jorge Dalton. Publicado en la revista CULTURA,
El Salvador C.A.
Desde hace varios años Encuentro en la
Red y el periódico El País de España,
han publicando una serie de artículos escritos
por el ex jefe de la guerrilla salvadoreña
Joaquín Villalobos. En especial recuerdo
uno que lleva por título: "Fidel,
Lula, Allende y el futuro de la izquierda".
En diciembre del 2003 Encuentro publicó,
otro trabajo desde La Habana, escrito por el Sr.
Manuel Cuesta Morúa, refiriéndose
al análisis realizado por el héroe
y ex guerrillero centroamericano.
En el escrito, el Sr. Morúa dice textualmente:
"Con su artículo Fidel, Lula, Allende
y el futuro de la izquierda, Villalobos se anota
en la lista de hombres de izquierda latinoamericanos
que combinan inteligencia, lucidez y honestidad
al mismo tiempo. Ya están en esa lista
Sergio Ramírez y el propio Lula, a pesar
de la razón de Estado".
Joaquín Villalobos, quién ahora
se proclama abanderado de una izquierda distinta
y al parecer goza de la admiración del
Sr. Murúa y de otras personalidades del
mundo democrático, es nada más y
nada menos que uno de los asesinos de mi padre,
el poeta salvadoreño Roque Dalton García.
Villalobos está muy lejos de pertenecer
al círculo de amigos entrañables
como Sergio Ramírez, Jesús Díaz,
Raúl Rivero o Heberto Padilla, que por
sus ideas, han sufrido destierro, cárcel,
marginación y duras críticas de
la izquierda tradicional latinoamericana.
Joaquín Villalobos, es un oscuro personaje
que pesa sobre sus hombros no sólo el cobarde
y vil asesinato de Dalton, sino el de otras personas
que engrosan la larga fila de desaparecidos en
la más pequeña nación centroamericana.
El ex comandante guerrillero, que en sus épocas
de gloria fue recibido en Cuba con todos lo honores
habidos y por haber, ahora vive tranquilamente,
como lo hacen los ex militares genocidas salvadoreños
que ordenaron el asesinato de las monjas norteamericanas
en los años ochenta. Fue en el pasado,
miembro de la dirección de una organización
marxista leninista de corte extremista y militarista,
que enlutó muchos hogares salvadoreños
con crímenes que han quedado impunes de
la misma forma que ha sucedido con Monseñor
Romero y los curas jesuitas asesinados por el
gobierno militar, al cual Villalobos, combatía
con tanta heroicidad.
Quisiera que alguien de esta izquierda democrática
a la que Villalobos ya pertenece me respondiera
¿qué diferencia existe entre los
genocidas argentinos, chilenos, guatemaltecos,
salvadoreños y uruguayos que mataron y
torturaron a diestra y siniestra y un también
ex militar llamado Joaquín Villalobos,
que a los crímenes cometidos por los justifica
llamándolos cínicamente: "errores
de juventud"?
¿Qué diferencia existe entre el
crimen del poeta guatemalteco Otto René
Castillo, el asesinato del escritor argentino
Francisco Urondo, el crimen del poeta Leonel Rugama
en Nicaragua, el crimen atroz perpetrado contra
el cantautor chileno Víctor Jara y el magnicidio
del poeta Roque Dalton en El Salvador?
Mi padre fue secuestrado en 1975 junto a otro
compañero de nombre Armando Arteaga, de
seudónimo "Pancho", por miembros
del Ejército Revolucionario del Pueblo
E.R.P, organización a la que ambos pertenecían.
Fue llevado a una cárcel improvisada en
una "casa de seguridad" donde funcionó
"un consejo de guerra" integrado por
Joaquín Villalobos, Jorge Meléndez,
Vladimir Rogel y Alejandro Rivas Mira, autor intelectual
del asesinato y jefe político de dicha
organización.
Las acusaciones de la dirigencia del E.R.P. hacia
"Pancho" y Dalton eran diversas pero
lo que más pesaba eran los innumerables
cuestionamientos que el poeta hacía sobre
los métodos estalinistas y maoístas
empleados por la dirección de esa organización.
La libertad de pensamiento que profesaba mi padre
y sus críticas a los métodos empleados
por la dirigencia, lo colocaron en un paredón
de fusilamiento en un abrir y cerrar de ojos,
sin tener derecho a la más mínima
defensa.
El poeta fue golpeado salvajemente durante los
días previos a su asesinato. Sus verdugos
entre ellos Villalobos sabían de antemano
a quien asesinarían. Se jactaban diciéndole
en cada golpiza que pronto acabarían con
la vida de un "intelectual de mierda y pequeño
burgués", "en las filas de los
revolucionarios no había cabida para semejantes
traidores".
A altas horas de la noche, Dalton fue colocado
de espaldas frente a una pared, un disciplinado
militante revolucionario entró a la habitación
convertida en prisión y ejecutó
la orden, volándole la tapa de los sesos
el día 10 de mayo de 1975. La sangre del
poeta se esparció por todo el cuarto, la
que hubo que limpiar por varios días seguidos,
según me contó un testigo de los
hechos.
El legendario y mítico guerrillero Joaquín
Villalobos, "incansable luchador por la democracia",
fue parte de esa macabra danza estalinista y fue
el encargado de ejecutar a mi padre. En circunstancias
similares también fue asesinado "Pancho"
a quien la dirección del E.R.P no le bastó
con desaparecer su cuerpo, sino también
su identidad.
A finales de mayo de 1975 ya Villalobos había
asumido el control político de la organización
armada y en diciembre de ese mismo año,
asume la dirección del E.R.P dedicándose
a la construcción del Partido de la Revolución
Salvadoreña
En la década de los 80s las organizaciones
alzadas en armas en El Salvador fundaron el Frente
Farabundo Martí para la Liberación
Nacional (FMLN). El conflicto había colocado
a Villalobos en un alto peldaño debido
a sus hazañas militares. Los promotores
de la fundación del FMLN no podían
dejar de sugerir compartir con Villalobos la batalla
por la toma del poder, su tropa era la mejor armada
y entrenada de la guerrilla. Hubo algunas contradicciones
y negativas en un inicio pero finalmente, lograron
ponerse de acuerdo.
Los dirigentes de las otras organizaciones salvadoreñas
con el beneplácito de los gobiernos de
Cuba y Nicaragua, se olvidaron de las atrocidades
cometidas por el ERP en el pasado y por supuesto,
Villalobos fue muy bien recibido, admirado y aplaudido
en el seno del FMLN, formando parte de la Comandancia
General del Frente. En nombre de la "lucha
contra el imperialismo", se prefirió
cortejar al asesino y olvidarse del "Pobrecito
poeta" que era Roque Dalton.
En 1992 se firmaron los acuerdos de paz entre
la guerrilla salvadoreña y el gobierno.
Los simpatizantes del FMLN se reunieron en una
plaza para recibir a sus líderes y así
celebrar con ellos, el fin del conflicto armado.
El comandante Joaquín Villalobos, en un
reconocimiento de sus "errores de juventud"
se comprometió ante toda la nación
salvadoreña y el mundo, a entregar a la
familia, el cadáver del poeta asesinado
en 1975.
En esos años todavía yo vivía
en Cuba y mi hermano Juan José, ya estaba
en El Salvador y era corresponsal del periódico
mexicano Excelsior. Juan José pudo entrevistar
a Villalobos en dos ocasiones, una en México,
antes de firmarse los acuerdos de paz y otra en
El Salvador, posterior a los acuerdos. Su entrevista
salió publicada en marzo de 1993. Luego
de esa entrevista mi hermano junto a mi madre
emprendieron gestiones para recuperar lo que Villalobos
y el FMLN habían prometido públicamente.
Sus gestiones fueron infructuosas desde el primer
día, en esos instantes pesaba más
él jubilo del fin de las hostilidades,
que los incompletos huesos de un poeta, que a
la larga, "no dejaba de ser sospechoso"
En 1993, realicé mi primera visita a El
Salvador desde 1970, fue entonces que tuve la
desagradable y dura prueba de participar en una
reunión con Joaquín Villalobos y
algunos de sus allegados colaboradores. En ese
tiempo Villalobos era miembro de la máxima
dirección del FMLN y nos reiteró
su compromiso de aclarar las circunstancias en
que se dieron los hechos y entregarnos el cadáver.
Pero la realidad fue otra, el FMLN, nunca nombró
una comisión para la búsqueda de
los restos y hasta la fecha tampoco ha movido
un solo dedo que conduzca al esclarecimiento del
asesinato perpetrado por sus ex compañeros
de armas. Villalobos tampoco lo ha hecho, aunque
ya era conocida su responsabilidad directa en
el asesinato. Nuestras gestiones con la organización
político militar ya convertida en partido
político, estaban condenadas al fracaso.
Sacar a la luz los restos de mi padre, significaba
abrir viejas rencillas entre ellos.
A mi familia no nos quedó más remedio
que acudir a la sede de ONU en El Salvador y emprender
por nuestra cuenta, la búsqueda del cadáver
de acuerdo a las escasas pistas proporcionadas
por algunos testigos ex miembros de la Resistencia
Nacional y del Ejército Revolucionario
del Pueblo que se ofrecieron a colaborar.
A El Salvador llegaron peritos chilenos especializados
en identificar cadáveres. El informe y
los resultados de las investigaciones de ONUSAL
nos revelaron una realidad aún más
cruda. Luego de la escena del crimen, el cuerpo
de mi padre fue llevado a El Playón, un
lugar desolado y siniestro, formado por varios
kilómetros de llanura de piedra volcánica,
un sitio en el cual es imposible imaginarse la
vida. Era el lugar predilecto en que los Escuadrones
de la Muerte Salvadoreños durante las décadas
de 1970 y 1980 dejaban semanalmente decenas de
cadáveres calcinados con ácido y
mutilados para no ser reconocidos por sus familiares,
escuadrones que como lo prueba el caso de Roque
Dalton, existieron también en las filas
de la izquierda.
Joaquín Villalobos y sus canallas compañeros
de crimen, no se conformaron en pegarle un tiro
en la cabeza de mi padre y luego divulgar que
era un "traidor al servicio del enemigo"
y un "agente de la CIA", sino que trataron
de confundir a la opinión publica, aparentando
que se trataba de un asesinato más de los
Escuadrones de la Muerte.
Según el informe de ONUSAL, el poeta
Dalton fue semienterrado en días lluviosos,
provocando que las aves de rapiña y los
perros devoraran su cuerpo de manera inmediata.
Pasado 18 años, era imposible la existencia
de sus restos. Villalobos, una vez más
nos había engañado a todos, haciendo
de nuestro dolor una larga y tormentosa pesadilla.
En la actualidad Villalobos ya no pertenece al
FMLN, terminó por traicionar a sus antiguos
camaradas. Vive en Oxford Inglaterra, se vanagloria
de ser "consultor internacional para la resolución
de conflictos". En este sentido fue contratado
por el gobierno mexicano para combatir al movimiento
indígena en Chiapas, lo cual fue denunciado
por el propio Comandante Marcos, líder
del EZLN surgido en 1994. Como también
lo hiciera el gobierno de Colombia en su lucha
contra las FARC. Durante el período presidencial
del presidente salvadoreño Francisco Flores
fungió como asesor en temas de seguridad
pública. Recientemente asistió como
invitado de honor, junto a Fermán Cienfuegos,
otro ex comandante guerrillero ambiguo y oscuro,
a la toma de posesión del nuevo mandatario
salvadoreño Antonio Elías Saca,
el 1 de junio de 2004.
Con la impunidad en que ha vivido todos estos
años, mostrando cínicamente un nuevo
rostro con lecciones aprendidas en ilustres academias,
aspira a perfilarse como el gran protagonista
de la izquierda democrática latinoamericana.
Es triste que Villalobos, logre impresionar a
algunas personalidades y activistas que aspiran
a cambios democráticos en Cuba; olvidando
que por similares circunstancias e idénticas
acusaciones por las que el poeta cubano, Raúl
Rivero, fue a parar a una cárcel en la
Isla, su amigo, el poeta salvadoreño Roque
Dalton, fue fusilado en El Salvador en 1975.
Roque Dalton no sólo pertenece a El Salvador,
su vida y su obra están estrechamente ligadas
a Cuba, país donde residió por varios
años. Mi padre no vivió en Cuba
como un turista o como solían vivir los
representantes de organizaciones y partidos de
izquierda latinoamericanos, que debido a su "modo
de vida capitalista en el paraíso del socialismo
tropical", terminaron por alejarse de la
verdadera realidad de Cuba. Mi padre vivió
intensamente en la isla, fue un cubano más
que sufrió, amó, bebió y
escribió no pocas de sus más notables
obras.
La obra de Roque Dalton es conocida y apreciada
en Cuba más que en otro sitio del mundo;
sin embargo, se ignoran los pormenores oscuros
en que se dio su muerte. Muchos en la isla siguen
afirmando que fue la Agencia Central de Inteligencia
de los Estados Unidos quién mató
a Roque Dalton. Una mentira repetida tantas veces,
que ha servido únicamente para perpetuar
la injusticia, encubrir el crimen y favorecer
aún más a sus asesinos.
El 6 de agosto del 2003 el suplemento cultural
cubano "La Jiribilla" publicó
una entrevista con Silvio Rodríguez, en
la cual relata entre otras cosas, los vínculos
de hermandad y fraternidad que lo unían
a Roque Dalton. Pero al final de su entrevista
Silvio confirma lo que expreso anteriormente,
cuando dice textualmente: "Lo que nos llenó
de consternación y tristeza fue la forma
tan adversa en que murió, a manos de sus
compañeros revolucionarios, y no en un
enfrentamiento con el enemigo, pero eso es parte
de las confusiones y las contradicciones que nosotros
mismos hemos tenido y tenemos."
Silvio se lamenta de lo sucedido con su amigo,
pero justifica que es algo normal que los revolucionarios,
teniendo derecho a confundirse puedan incluso
a volarle la cabeza a otro, así de simple,
Silvio sigue llamando "compañeros
revolucionarios" a sus asesinos. El autor
de muchas de las canciones más bellas del
siglo XX, parece olvidar que en nombre de esas
supuestas confusiones y contradicciones, Stalin
mandó a la muerte a millones de personas.
Parece también ignorar que durante casi
un siglo, para "no dañar al movimiento
revolucionario", el propio movimiento, se
las ingenió para ocultar no solamente los
crímenes ocurridos en la URSS y el resto
del Campo Socialista, sino todas las atrocidades
cometidas en nombre de "la lucha contra el
imperialismo".
Mientras los homicidas gozan de buena salud,
con privilegios, saltando de un bando a otro evadiendo
la justicia, en la total impunidad, argumentando
que su acción fue parte de las contradicciones
y confusiones normales, hoy por hoy el caso de
mi padre, encierra más preguntas que respuestas.
Los que tienen mucho que decir, prefieren seguir
callados y llevarse la verdad a la tumba.
Para los que tenemos familiares desaparecidos
y viajamos a diario en esta gigantesca arca del
olvido, llevando como equipaje un dolor difícil
de describir, similar al que experimenta el poeta
argentino Juan Gelman, por su gente asesinada,
nuestras palabras tienen un tono de desesperanza,
porque cada día que pasa la justicia se
torna más inalcanzable.
En Guatemala por ejemplo, está el caso
de Antonia López Herrera y su hermana Marta
López Herrera. Ellas han emprendido una
serie de gestiones desde 1997 para lograr encontrar
los cadáveres de sus dos hijos, militantes
del Ejército Guerrillero de los Pobres
(EGP), asesinados por sus propios compañeros
en circunstancias similares a las de mi padre
durante la guerra civil en esa nación.
Guicela Irasema López, la hija de Antonia,
fue capturada por la inteligencia militar guatemalteca
en febrero de 1982 y llevada a las instalaciones
de la Antigua Escuela Politécnica. En ese
lugar coincidió con muchas personas que
se encontraban desaparecidas, algunas de las cuales
se daban por muertas entre ellos Eugenio Contreras
de seudónimo "Mariano", ex presidente
de la Asociación de Estudiantes de Sicología
de la Universidad de San Carlos y miembro del
EGP.
Sus verdugos la sometieron durante tres meses
a todo tipo de vejámenes y maltratos físicos.
Una de esas tantas noches en que fue sacada por
los militares para ser abusada, logró escapar
milagrosamente junto a otra compañera de
nombre Aída Marilú Castillos, alias
"Carolina" el 23 de mayo de 1982.
Aida Marulú y Gisela Irasema, cuyo seudónimo
era "Beatriz", luego de huir de ese
infierno hicieron contacto con sus compañeros
de armas y estos decidieron sacarlas del país.
Es así como "Beatriz" es trasladada
a Nicaragua el 27 de junio de 1982.
Antonia, su madre había realizado una
serie de gestiones ante las autoridades guatemaltecas
con tal de recuperar a su hija desparecida. Ante
las amenazas de la fuerzas de seguridad del estado
tuvo que asilarse en México. Antonia ignoraba
por completo que su hija ya había recobrado
los vínculos con el Ejercito Guerrillero
de los Pobres y que se encontraba en Nicaragua
en una casa de la localidad de Casares, departamento
de Carazo, a orillas del mar Pacifico.
Miembros de la dirección del EGP hicieron
contacto con la Sra. Antonia en México
en lulio de 1982. La reunión se dio en
un sitio baldío en Orizaba donde se presentó
una mujer junto a otras personas armadas y sin
mayor preámbulo y en tono rudo le dijo:
"Soy "Lola" de la Dirección
Nacional del EGP. Vengo a notificarle que a "Beatriz"
se le juzgó y se le encontró culpable
por entregar recursos de la organización
y se fusiló por órdenes de la Comisión
Ejecutiva del EGP". El nombre legal de "Lola",
es Alba Estela Maldonado.
Según testigos del asesinato, ya estando
en Nicaragua, "Beatriz" elaboró
un extenso informe sobre los 90 días que
duró el cautiverio en la Antigua Escuela
Politécnica.
En él estaba impreso la clave de su fatídico
desenlace. En su afán de contribuir a la
depuración de las filas del EGP, ella denunció
a cuadros de dirección que los identificó
en el lugar donde estuvo detenida, que incluso
participaban directamente en los interrogatorios.
Ellos nunca imaginaron que alguien saldría
vivo de ahí. Estas personas que ella menciona
estaban colaborando directamente con él
ejército y la inteligencia guatemalteca
y al mismo tiempo ostentaban cargos dentro del
EGP. El informe redactado por "Beatriz"
fue a parar a manos de esos mismos dirigentes.
Esa fue la razón de su aislamiento y de
la manera grotesca en que se planeó su
asesinato.
La Dirección del EGP le comunicó
a "Beatriz y "Carolina" que partirían
a Cuba a recibir entrenamiento militar. El carro
que las llevaría al aeropuerto rumbo a
La Habana, fue interceptado en una gasolinera
ubicada en la nueva carretera a León. Las
dos mujeres fueron introducidas en otro vehículo,
una vez ejecutadas fueron enterradas en una fosa
común, en el interior de instalaciones
proporcionadas por el gobierno de Nicaragua. La
noche en que Gisela murió contaba con escasos
22 años de edad.
Eugenio Contreras, "Mariano", quien
también logró huír de las
siniestras instalaciones de la Escuela Politécnica
en Guatemala, hizo contacto de nuevo con sus compañeros
del EGP. La Dirección tomó la decisión
de trasladarlo de igual forma a Nicaragua, donde
grabó varias cintas con el testimonio de
su captura.
Sin embargo, igual que en el caso de Guisela
Irasema y Marilú Castillo, los dirigentes
no creyeron la versión de la fuga y sostuvieron
que Contreras había negociado su libertad
y traicionado a la organización, por lo
cual se decidió su ejecución. Esta
se llevó a efecto en el camino a Aguacatán,
departamento de Huehuetenango
Carlos Ranferi Morales, el primo hermano de Guisela
Irasema, conocido por el seudónimo de "Otto
René", fue trasladado también
a Nicaragua por orden de la Dirección del
Ejército Guerrillero de los Pobres el día
26 de agosto de 1982. Llegando a Managua, se le
comunica sin mayores detalles lo acontecido con
su hermana. Carlos nunca estuvo conforme y dejó
claro ante la dirección que no descansaría
hasta demostrar la gran injusticia que habían
cometido. A pesar de sus divergencias, Carlos
se mantuvo fiel a su organización.
Carlos, un joven soñador y romántico
de 19 años, formado en un hogar revolucionario,
dispuesto a dar su vida por una causa justa, amante
de las ideas del Ché Guevara y de Fidel
Castro, conocedor de la experiencia de Cuba y
Nicaragua, los símbolos más altos
de la revolución latinoamericana, ignoraba
que los asesinos habían cogido por otro
camino y le preparaban otra celada.
El día 15 de noviembre del propio año
se despide de su madre Marta López Herrera
en la intersección conocida como "Siete
Sur" en Managua, lugar donde miembros del
EGP pasarían a recogerlo en un microbús
para trasladarlo a Guatemala clandestinamente
con el objeto de incorporarse al frente de guerra.
Cerca de la frontera con Honduras, el vehículo
fue interceptado por varios individuos, algunos
miembros del ejercito sandinista. Carlos y otras
dos personas que viajaban en el microbús,
fueron dormidos con cloroformo vertido en toallas
que se les puso en la boca y la nariz forzadamente.
Más adelante, en un lugar descampado, en
la inmensidad de la noche y sin que nadie escuchara,
fueron ejecutados los tres juntos y sepultados
en una fosa común.
Más tarde se supo que una de las víctimas
era Ligia de Contreras, la esposa de Eugenio Contreras,
que había viajado a Nicaragua con la finalidad
de indagar sobre la suerte de su compañero
de vida. La tercera persona ejecutada, un joven
que se le acusaba de ser un "infiltrado",
no se ha podido identificar.
Ninguno de los tres sabía que, días
antes, habían sido condenados a morir por
miembros de la Dirección Nacional del EGP.
La decisión de asesinar a Ligia y a Carlos,
se originó por la insistencia de ambos,
ante los dirigentes del EGP, para conocer el paradero
del esposo de Ligia, Eugenio Contreras, y la prima
de Carlos Ranferi, Guisela Irasema. Ante la imposibilidad
de los dirigentes de darles una respuesta persuasiva
y para evitar otras pesquisas, los seis miembros
de la Dirección Nacional del EGP que se
encontraban en Nicaragua, decidieron ejecutarlos
en ese país.
La madre de Guicela, Antonia López Herrera
y la madre de Carlos Ranferi Morales, Marta López
Herrera han agotado todo tipo de instancias en
un martirio sin precedentes que se ha prolongado
por más de 20 años sin lograr que
aparezcan los cadáveres de sus seres queridos.
No obstante a eso y producto de su intensa lucha,
lograron que el EGP por medio de Ricardo Ramírez,
alias "Comandante Rolando Morán"
reconociera mediante un comunicado publicado por
los principales medios guatemaltecos, haber dado
muerte injustamente a los dos jóvenes por
problemas internos en esa organización.
El EGP parte de la Unión Revolucionaria
Nacional Guatemalteca, convertido en partido político
después de los acuerdos de paz, ha reconocido
las cosas a medias, aumentando la ya larga agonía
de la familia López Herrera, y se niega
a revelar el sitio en que se encuentran los cadáveres
en Nicaragua, por la posibilidad de que en esas
fosas comunes se encontraran también los
restos de otros cinco militantes asesinados,
La Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca,
no se atreve a divulgar los nombres de los autores
materiales y quienes dictaron la orden, mantiene
oculta la verdad por considerar que hay sectores
interesados en aprovecharse de la situación
con fines políticos. Actitud similar que
han adoptado los militares acusados de violaciones
a los derechos humanos en Chile, Uruguay, Argentina,
Guatemala y El Salvador.
Desgraciadamente el Comandante Rolando Morán,
figura clave para el esclarecimiento de este asesinato
falleció en el 2002. En México vive
una testigo clave que viajaba en el vehículo
cuando mataron a Gisela, no está dispuesta
a revelar detalles ya que teme por su vida. El
autor material del crimen de Gisela vive aún
pero se da por desaparecido. El que le disparó
a Carlos murió en Brasil en el 2003.
Otros nombres que salen directamente involucrados
en estos hechos son: El comandante "Camilo"
que la URNG dice no conocer su verdadera identidad
pero fue también ajusticiado por el EGP
y Gustavo Meoño, actual director de la
"Fundación Menchú".
Mario Payeras, fundador del EGP, autor del libro
"Los días de la Selva", Premio
Casa de las Américas, Cuba 1981. Es la
persona que estaba a cargo de la estructura militar
de esa organización, se le señala
como uno de los máximos responsables en
este crimen, pero también falleció
en México en 1995. Su esposa Yolanda Colom,
vive actualmente en Guatemala, es hermana de Álvaro
Colom, candidato a la presidencia en las elecciones
2004 por el partido Unidad Nacional de la Esperanza
(UNE). Es otra de las personas que se le vincula
con mayor responsabilidad. En esa época
Yolanda Colom, fungía como responsable
política del EGP, era la encargada de sacar
a Guisela y a Aída Marilú a los
interrogatorios y elaboraba los informes que sirvieron
posteriormente para que se consumara el asesinato.
Las hermanas López Herrera han acudido
a la embajada de Cuba en Guatemala, han dirigido
misivas al propio Fidel Castro pero tampoco han
recibido respuesta alguna. Por su parte el Frente
Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua,
que dejó el poder en 1990, niega toda responsabilidad
en los hechos, teniendo en cuenta que algunos
de las ejecuciones se dieron en propiedades del
Ministerio del Interior Sandinista.
Los ex comandantes nicaraguenses apenas le abren
las puertas a las señoras a las que miran
con recelo ya que con sus indagaciones por esclarecer
tan horrendo crimen, podrían empañar
aún más la ya deteriorada imagen
del FSLN .
El hoy flamante diputado sandinista, héroe
de mil batallas al igual que Joaquín Villalobos,
el honorable Comandante Tomás Borges, fungía
como Ministro del Interior en la época
que se produjeron estos terribles acontecimientos.
Tampoco ha querido colaborar en nada, argumentando
que mejor le pregunten a Humberto Ortega, ex jefe
del ejército sandinista en ese entonces.
Estas madres guatemaltecas danzan solas en esta
desigual batalla por la verdad y están
muy lejos de "querer ganar notoriedad"
como suelen decir quienes las desprecian. A estas
humildes pero valientes mujeres las mueve un profundo
anhelo de justicia y el deseo de recuperar los
despojos o lo que quede de sus hijos. Las motiva
un deseo tan legítimo como el de Las Madres
de la Plaza de Mayo en Argentina, o los anhelos
de justicia de nuestra familia en El Salvador.
Las profundas heridas que estarán abiertas
por largo tiempo en esta América Nuestra,
no se deben únicamente al genocidio llevado
a cabo por los regímenes militares de derecha,
apoyados por la Agencia Central de Inteligencia
de Estados Unidos. Dirigentes de izquierda, con
su afán de poder y una mentalidad siniestra,
pretendiendo hacerse dueños de la libertad
y la justicia, han manipulando a millones de personas
que ignoran la trayectoria de arbitrariedades
cometidas durante sus tiránicos mandatos.
Han mantenido dentro de sus filas, a personajes
que han cometido excesos y graves violaciones
a los derechos humanos similares a las cometidas
por los militares de derecha.
No puede haber perdón ni olvido para los
asesinos de mi padre y de estos jóvenes
guatemaltecos como no puede haber perdón
para criminales como Rafael Videla en Argentina
Efraín Ríos Montt en Guatemala,
y Augusto Pinochet en Chile.
Sin duda, América Latina, merece un futuro
mejor, para el que será necesario el esclarecimiento
de la verdad y una profunda revisión del
pasado con el objetivo que estos hechos no vuelvan
a repetirse. La reconciliación y la paz
no pueden significar el perdón para los
culpables y la conformidad para las víctimas.
Los criminales deben de responder ante la justicia
sean de izquierda o de derecha, sean comunistas
o socialistas. Criminales que la izquierda se
niega a verlos como tal, argumentando que se trata
de "compañeros revolucionarios confusos",
los considera menos criminales que los del otro
bando, olvidándose así, que los
menos asesinos, son también asesinos".
No sé cuanto tiempo más hará
falta para que se conozca esa verdad y el daño
irreparable que mentes deshonestas y criminales
como las de Joaquín Villalobos, crearon
combinando inteligencia y lucidez al mismo tiempo.
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