Fidel
y el lavado de dinero: ¿otro encubrimiento?
Ernesto F. Betancourt, El
Nuevo Herald, 1 de octubre de 2005.
El Granma Nacional Digital tiene en su portada
una ventana denominada ''Soberanía monetaria:
una nueva victoria de la revolución''.
Esta ventana se presenta como la respuesta a medidas
de Estados Unidos, pero ninguna de esas medidas
envuelve operaciones en billetes de dólar.
El verdadero objetivo de la ventana es convertir
en victoria propagandística el grave revés
financiero ocasionado por la Resolución
IX, de fecha 22 de octubre de 2004, del Grupo
de Acción Financiera Internacional (GAFI),
ubicado en París, que sí afecta
los depósitos en billetes de dólar.
Al día siguiente, el Banco Central de Cuba
emitió la Resolución 80, orientada
exclusivamente a operaciones con billetes de dólar.
Soberanía monetaria, ¡cuernos! Fidel
convirtió este grave revés financiero
en victoria propagandística gracias al
encubrimiento de la Tesorería de EEUU y
el GAFI. Veamos.
El origen de la acción del GAFI es el
escándalo del UBS de Suiza. De 1996 a 2003,
UBS aceptó depósitos de Cuba por
3,900 millones en billetes de dólar, usando
indebidamente un fondo de canje de dólares
viejos por nuevos del Banco de la Reserva Federal
de Nueva York. Además, UBS emitió
informes falsos a lo largo de siete años.
El 10 de mayo de 2004, UBS pagó 100 millones
de dólares de multa por esas violaciones
de su contrato. Pero, por el lavado de dinero,
cero acción de la Tesorería de EEUU.
Los billetes de dólar son la moneda del
lavado de dinero. Anualmente, se generan 100 mil
millones de dólares en billetes a resultas
del tráfico de drogas en Estados Unidos.
Convertir esos billetes en activos negociables
o saldos bancarios es la esencia del negocio de
lavado de dinero. De acuerdo con un funcionario
del FINCEN, Red de Control del Crimen Financiero
de la Tesorería de los EEUU, citado en
The Economist de 26 de julio de 1997, los traficantes
de drogas pagan un descuento de entre 25 y 28
por ciento por lograr esa conversión. El
lavado de dinero del narcotráfico ofrecía
a Fidel posibles ingresos hasta de 25 a 28 mil
millones de dólares anuales. Con sólo
captar un 10 por ciento del negocio, Fidel podía
obtener unos 2,500 a 2,800 millones de dólares
anuales de ingresos. No poder seguir depositando
los billetes de dólar es un serio revés
financiero para Fidel, no una victoria de la revolución.
Fidel ofrece condiciones excepcionales para el
lavado de dinero, no tan sólo a los traficantes
de drogas, sino a políticos corrompidos.
Su asesor en montar todo este tinglado fue Robert
Vesco, delincuente residente en Cuba desde hace
décadas. Cuba no es miembro del Fondo Monetario
Internacional, ni del GAFI, así que el
titular de una cuenta recibe garantías
de mayor confidencialidad que en ningún
banco internacional. La Oficina de Coordinación
y Apoyo del Comandante en Jefe maneja las transacciones.
Francisco Soberón, presidente del Banco
Central, es cómplice en la confidencialidad.
Por eso, en Cuba han lavado dinero desde Gadhaffi
y Arafat hasta los Salinas y los Kirchner, sin
dejar fuera los rescates de secuestros de los
montoneros y el botín del robo del Wells
Fargo por los macheteros puertorriqueños.
Además, naturalmente, de traficantes de
drogas como Amado Carrillo Flores, el fallecido
Rey de los Cielos mexicano, a quien Fidel alojaba
en una de sus casas de protocolo. Su hermano,
Vicente, fue quien entregó un pasaporte
mexicano falso al capo colombiano arrestado en
Cuba el 2 de julio de 2004, Luis H. Gómez
Bustamante, alias Rasguño, acusado de introducir
10 mil millones de dólares en cocaína
en EEUU. Hubo ilusos en EEUU que esperaban que
Fidel les entregaría a Rasguño.
Olvídense. Son socios. Los informes inflados
de remesas de exiliados de la CEPAL y el BID ayudaban
a encubrir el lavado de dinero.
¿Y del escándalo de la UBS? Silencio
de la Tesorería americana.
El 23 de julio de 2004 Juan Carlos Zárate,
a la sazón subsecretario en la Tesorería
para seguir el crimen financiero, anunció
en El Nuevo Herald que se había iniciado
una investigación por la Fiscalía
del Distrito Sureste de Nueva York. Hasta la fecha,
nada. El 29 de octubre de 2004, la congresista
Ileana Ros-Lehtinen pasó a John Snow, secretario
del Tesoro, una lista de ocho bancos internacionales
en donde Castro depositaba billetes de dólar,
siguiendo la misma modalidad de UBS. Tampoco ha
habido acción alguna a la fecha. Y en el
GAFI, la Resolución IX cerró la
vía usada por Cuba para lavar dinero del
narcotráfico, pero Cuba no se menciona
entre los países incumplidores. ¿Por
qué?
O sea, tanto la Tesorería de EEUU, como
el GAFI, actuaron efectivamente contra el lavado
de dinero de Fidel, pero en silencio, dejándolo
libre para hacer su propaganda.
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