Disidentes
cubanos acusan a Sol-Meliá de colaboración con
la dictadura castrista
Minuto
Digital, España,
5 de noviembre de 2005.
El dinero y el poder hacen extraños amigos,
y en Cuba podemos asistir a una chocante alianza
entre capitalismo y comunismo. La cadena española
Sol Meliá es la primera cadena hotelera
extranjera en la isla, con 21 hoteles, y en mayo
pasado anunció que abrirá otro en
el 2006, el Meliá-Las Dunas. Naturalmente
en una economía totalitaria esta posición
privilegiada se considera un favor del régimen,
y como tal, exige el pago de peajes que van más
allá de lo mercantil.
La disidencia cubana ha acusado al grupo español
Sol Meliá de haberse confabulado con el
gobierno de Fidel Castro para cancelar en uno
de sus hoteles de La Habana una recepción
por la fiesta nacional de la República
Checa a la que estaba invitada especialmente la
organización Damas de Blanco, a la que
dos días antes el Parlamento Europeo había
concedido el Premio Sajarov 2005. Las Damas de
Blanco, son un grupo de esposas de presos políticos
que surgió para exigir la liberación
de 75 disidentes encarcelados en marzo del 2003.
La recepción estaba prevista para la noche
del viernes pasado en el hotel Meliá-Habana,
pero los invitados fueron informados a la entrada
del hotel que había sido ''suspendida''.
El embajador checo, Petr Stiegler, dijo haber
sido informado por la dirección del hotel
de que no podían amparar actividades "contrarrevolucionarias''.
La reacción de Damas de Blanco ha sido
inmediata, en una nota de prensa titulada ''Hotel
Meliá, cinco estrellas, pero trato ofensivo
en La Habana'', critica la vergonzosa cconducta
de la cadena hotelera española. ''Esta
situación de complicidad con el totalitarismo
nos muestra que la transnacional española,
en su afán de hacer negocios, no tiene
reparo alguno, por repugnantes que sean los actos,
aliándose con la represión y la
violación de los derechos humanos''.. Asimismo,
el opositor Espinosa Chepe se quejó que
"desde hace muchos años nos sentimos
discriminados por compañías extranjeras,
entre ellas Meliá, que en sus hoteles no
permiten alojarse a cubanos''.
Solo podemos añadir que como españoles
nos sentimos abochornados por el proceder de la
cadena hotelera española que antepone al
dinero a la dignidad, hasta el extremo de hacerle
el trabajo sucio a la dictadura castrista.
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