Marcha
atrás en las tibias reformas de Cuba
Fidel Castro centraliza otra
vez la economía. Los analistas vinculan
el cambio con el apoyo de Hugo Chávez y
con una eventual transición en la isla
Por Dolores Tereso. De la Redacción
de La Nación
Line. Argentina, 31 de octubre de 2005.
Hasta hace unos meses, un ciudadano cubano podía
instalar un paladar -pequeño restaurante-
en La Habana y vivir de él. También
podía trabajar por su cuenta de mago o
payaso, previa obtención de un permiso
del gobierno. Incluso podía comprar un
auto en dólares. Si trabajaba en el sector
turístico, podía dialogar libremente
con los extranjeros y recibir regalos de ellos
sin necesidad de informar de eso al gobierno.
Todo eso cambió.
Después de más de una década
de tímidas reformas, el régimen
cubano está encarando una drástica
centralización de su economía y
una reducción del pequeño sector
privado, reforzado por la incondicional ayuda
de Venezuela, el país que ha reemplazado
a la ex Unión Soviética como su
principal sostenedor.
El gradual abandono de la modesta apertura de
los últimos años coincide con una
mayor represión contra la población
cubana, y los analistas lo interpretan como un
intento desesperado del régimen de Fidel
Castro por devolver al Estado el control de la
economía, en momentos en que ve más
cercana una transición de poder.
"Hoy hay un proceso de recentralización
absoluta de la economía cubana", dijo
a LA NACION el economista cubano Oscar Espinosa
Chepe, en un diálogo telefónico
desde La Habana.
"El trabajo por cuenta propia se está
cerrando; según cifras oficiales, en los
últimos meses se les ha quitado el permiso
para trabajar a unas 2000 personas. Además,
se están cerrando compañías
extranjeras que se habían establecido en
Cuba, se impusieron medidas restrictivas a las
empresas estatales y se ha reanudado el monopolio
en el comercio exterior", enumeró
Espinosa Chepe, que trabajó como diplomático
del régimen hasta 1987, para luego pasar
a la oposición y convertirse en uno de
los 75 disidentes condenados y encarcelados en
2003. (Por razones de salud, él fue liberado
en noviembre pasado.)
Este proceso de recentralización ocurre
más de una década después
de que el régimen comunista encarara una
tímida apertura de su economía,
forzado por la crisis provocada tras caída
de la Unión Soviética. "Con
la crisis, Fidel no tuvo más opción
que abrirse a la inversión extranjera y
facilitar la aparición de un pequeño
sector privado", explicó a LA NACION
Carmelo Mesa-Lago, profesor emérito de
economía de la Universidad de Pittsburgh
y experto en Cuba, con más de treinta libros
en su haber.
"El movimiento hacia el libre mercado comenzó
en 1993 y se paralizó virtualmente en 1996.
En 2004, el estancamiento se convirtió
en una regresión y ahora se volvió
a la reconcentración de la economía",
resumió Mesa-Lago.
Entre las nuevas y numerosas medidas hacia la
concentración económica, en octubre
del año pasado las autoridades cancelaron
los permisos a 40 ocupaciones independientes -entre
ellas, las de payasos y magos-, con el argumento
de que el gobierno las podía realizar perfectamente.
Además, el aumento de las licencias e impuestos
empujó al cierre de la mayoría de
los paladares (que ya trabajaban con restricciones,
dado que no podían tener más de
12 mesas y sólo podían contratar
a familiares), que fueron "absorbidos"
por el gobierno.
Otro signo de la recentralización es la
progresiva disminución de la cantidad de
empresas mixtas, por la cancelación de
contratos de parte del gobierno. Mientras en 2002
eran 403, actualmente rondan las 280, según
cifras del Ministerio de Inversión Extranjera
y Cooperación (Minvec). El gobierno también
eliminó la circulación del dólar,
al obligar a las empresas a hacer todas sus operaciones
en pesos convertibles.
Por otro lado, desde marzo de 2004 el Ministerio
de Comercio Exterior (Mincex) retomó el
control de las exportaciones e importaciones,
por lo cual las compañías requieren
ahora su autorización para cada una de
sus operaciones. El Mincex canceló el permiso
de 61 empresas para importar computadoras y componentes.
El Ministerio de Economía, en tanto, controla
desde el año pasado la compra de autos
en divisas, a los que sólo pueden acceder
los funcionarios del gobierno, profesores universitarios,
artistas o atletas.
Incluso en el sector turístico, que estaba
operando con relativa autonomía, se impusieron
estrictas regulaciones en enero, por las cuales,
por ejemplo, los 100.000 empleados del área
deben informar al gobierno de cualquier regalo
que reciban de extranjeros.
"Contra la corrupción"
La pregunta es por qué el régimen
comunista dio marcha atrás en las reformas
y comenzó a concentrar la economía.
El argumento del gobierno, expresado por Castro
y sus ministros, es que la recentralización
es buena para la economía, ya que la anterior
situación había generado descontrol
y falta de disciplina, lo que supuestamente había
dado pie a casos de corrupción. El gobierno,
de hecho, destituyó a varios funcionarios
en los últimos meses alegando este motivo.
Del otro lado, los críticos del régimen
tienen otros argumentos. "Yo iría
al sector más duro del gobierno, al más
reaccionario, que es el que tiene el poder y que
nunca quiso la flexibilización de la economía
-explica Espinosa Chepe-. Ahora ha surgido una
especie de nueva URSS, Venezuela, que le da un
respiro económico y convierte a nuestro
país en lo que era antes: un Estado parasitario
que sueña con recentralizar la economía
y hacer a todos los cubanos dependientes de él,
para poder presionarlos más."
Mesa-Lago coincide con él. "Fidel
es un hombre con mucha suerte; primero tuvo a
la URSS y ahora tiene a Venezuela, que se ha convertido
en el gran subsidiador de la economía cubana
y eso le ha dado fuerza para recentralizar la
economía. El petróleo que antes
subsidiaba la URSS ahora lo subsidia Caracas."
Cuba firmó en 2000 un acuerdo altamente
beneficioso con la empresa estatal Petróleos
de Venezuela (Pdvsa) para la entrega de 53.000
barriles diarios, que en 2004 pasaron a ser 78.000.
Caracas vende el crudo a La Habana a un máximo
de 27 dólares el barril, menos de la mitad
del precio internacional.
Según Mesa-Lago, otra razón posible
tiene que ver con que Castro, de 79 años,
quiere asegurar una transición tranquila
a su hermano Raúl. "Un sistema económico
en el que hay descentralización es peligroso
en un momento de cambio político, porque
el poder económico está diluido.
La delegación económica significa
delegación política. Además,
Raúl no tiene ni el carisma ni el poder
de Fidel para mantener el control."
El proceso de reconcentración de la economía
es percibido de una forma más que negativa
por quienes impulsan un cambio político
en la isla. "Este es un signo muy preocupante
porque indica que no hay un proyecto de futuro
sino de pasado, de regresión, donde se
reedita el concepto de que lo único importante
es mantener el poder en manos de una persona y
un grupo de privilegiados", dijo a LA NACION
Oswaldo Payá, impulsor del proyecto Varela
para la apertura democrática de la isla.
Payá señaló que en los últimos
meses el régimen ha desplegado una represión
masiva en toda Cuba. En ese sentido, Elizardo
Sánchez, presidente de la Comisión
de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional,
denunció hace unas semanas que el gobierno
había detenido a 30 disidentes entre julio
y agosto, que se suman a los cerca de 300 que
llenan las cárceles de la isla.
"La ola represiva se debe a que tienen conciencia
del disgusto popular, lo que hace que el régimen
se cierre más sobre sí mismo",
resumió Payá.
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