PRENSA INTERNACIONAL
Noviembre 1, 2005
 

Damas de Blanco

Milena Rodríguez Gutiérrez. Granada Hoy, España, 1 de noviembre de 2005.

LAS Damas de Blanco deben parecer mujeres raras. Dentro de Cuba, porque se hacen llamar, subversivamente, "damas", en un país donde lo establecido es que a las mujeres se les denomine "compañeras". En España, porque pretenden sacar a sus maridos de la cárcel, acostumbrados aquí a ver a las mujeres enfrascadas (a veces con razón, pero a veces sin ella) en la lucha por todo lo contrario.
Las Damas de Blanco, esas raras mujeres cubanas, acaban de obtener en el Parlamento Europeo el Premio Sajarov de defensa de los Derechos Humanos, junto a la organización Reporteros Sin Fronteras y a la abogada nigeriana Hauwa Ibrahim, que defiende a mujeres víctimas de la sharía y que salvó de la lapidación a dos mujeres de ese país.

Las Damas de Blanco son, en realidad, esposas, madres y familiares de los presos de conciencia cubanos encarcelados en 2003. Su actividad se reduce a vestirse de blanco; escribir cartas a personalidades internacionales (escribieron también a las nacionales, pero no les contestaron); rezar en una parroquia por la liberación de sus familiares y caminar juntas por la Quinta Avenida, una calle de Miramar, barrio residencial de La Habana, en protesta por el encarcelamiento de sus presos. El Gobierno cubano las ha acusado de mercenarias y han llegado a sufrir intimidaciones y actos de repudio (kale borroka a la cubana).

Como ha dicho el Parlamento Europeo, las Damas de Blanco tienen mucho en común con las valientes argentinas conocidas como las Madres de la Plaza de Mayo. Aunque, dolorosamente, y a pesar de que las Damas han manifestado su admiración por las Madres, Hebe de Bonafini, una de sus figuras representativas, se ha negado en sus frecuentes viajes a Cuba a hablar con las cubanas y ha declarado públicamente que representan lo opuesto a lo que ellas simbolizan.

La actitud de Bonafini recuerda a la del partido Izquierda Unitaria Europea, que se opuso a la concesión del Sajarov a las Damas de Blanco. Y es que, por desgracia, es difícil encontrar, en izquierdas y derechas, en organizaciones y particulares, gente con la coherencia y el valor de Reporteros Sin Fronteras, otro de los premiados de este año. Una organización que, en su página web, denuncia como "predadores de la libertad de prensa" lo mismo al príncipe Abdallah de Arabia Saudí que a Fidel Castro; a Wladimir Putin que al presidente de China Hu Jintao; al jefe de los paramilitares colombianos que a los jefes de las guerrillas de ese país.

En diciembre, si el Gobierno cubano lo permite, las Damas de Blanco acudirán a Bruselas a recibir su premio. Estaría bien que para esa fecha el Instituto Andaluz de la Mujer y otras organizaciones feministas mostraran su solidaridad con ellas y con Hauwa Ibrahim. Con unas y con la otra. Sería una buena manera de mostrar que la causa de las mujeres importa, allí donde se produzca, y sea quien sea el que la pisotee.

© Editorial Granadina de Publicaciones, S.L.

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