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DE CUBA El
Nuevo Herald
Cubanos marchan para exigir arresto de Posada
Carriles
Andrea Rodriguez, Associated Press.
17 de mayo de 2005.
LA HABANA - Cientos de miles de cubanos, encabezados
por el presidente Fidel Castro, marcharon el martes
frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos
para exigir el arresto de Luis Posada Carriles,
un anticastrista extremista que solicitó
asilo a Washington.
Vestido de uniforme verde olivo y rodeado de
banderas cubanas y pancartas con el rostro de
las víctimas de varios atentados atribuidos
a grupos armados de exiliados, el mandatario Castro
abrió la multitudinaria manifestación
que duró más de seis horas.
Unos metros atrás su hermano Raúl
Castro, ministro de defensa y segundo hombre en
el poder, hizo lo mismo al frente de los militares.
Castro, de 78 años y quien el año
pasado debió ser operado de la rodilla
tras una caída accidental, caminó
más de 700 metros a paso ligero y con una
banderita cubana en sus manos.
"Esta no es una marcha contra el pueblo
de Estados Unidos, es una marcha contra el terrorismo,
a favor de la vida y la paz", dijo el presidente
Castro en un breve discurso frente a la representación
de Washington, un edificio ubicado frente al malecón
y por donde la zigzagueante multitud desfiló.
"Nuestro país ha sido objeto de la
más feroz guerra de la historia",
aseguró el presidente con relación
al embargo norteamericano impuesto desde hace
más de cuatro décadas para lograr
una transformación de su sistema comunista.
Ataques a naves, apoyo al desembarco de grupos
armados, diseminación de enfermedades y
sabotajes, fueron algunas de las actividades enumeradas
por Castro y atribuidas a los exiliados con el
aval de Washington.
"Estas acciones fueron ideadas por los gobiernos
y los servicios especiales de Estados Unidos y
sus autores entrenados por ellos", indicó
Castro.
Posada Carriles, de 77 años, es señalado
como partícipe del atentado con bomba en
un avión de Cubana de Aviación en
1976, en el cual murieron 73 personas y reconoció
también su autoría en ataques con
explosivos en hoteles de La Habana en 1997. Posada
Carriles fue encarcelado en Venezuela pero se
fugó en 1985.
En el 2000 fue detenido y enjuiciado en Panamá,
luego de una denuncia de Castro de un complot
para matarlo, pero la entonces presidenta Mireya
Moscosa lo amnistió en el 2004. Desde entonces
y hasta marzo cuando se presentó su asilo
se desconocía su paradero.
Documentos secretos de la CIA y el FBI publicados
por el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad
George Washington, establecieron un vínculo
entre el extremista cubano y del sabotaje al avión
de pasajeros e indican que Posada estuvo en la
nómina de la inteligencia norteamericana.
Quienes prepararon a los cubanos anticastristas,
insistió Castro, "son los mismos que
entrenaron" a los que atacaron las Torres
Gemelas en septiembre del 2001, una referencia
a que la CIA entrenó a los guerrilleros
afganos islámicos en los años 80
durante la ocupación soviética.
En las últimas semanas Cuba inició
una campaña para que Posada Carriles sea
extraditado a Venezuela, que solicitó su
entrega. Castro cuestionó la coherencia
de la política antiterrorista del presidente
George W. Bush pues se niega a tomar medidas para
ubicar y detener a Posada Carriles.
Transmitiendo en vivo la marcha, la televisión
mostró en tomas aéreas ríos
de personas desbordando las calles; mientras las
autoridades informaron al final de la manifestación
que 1,2 millones de cubanos se habían lanzado
a las calles.
Posada habla en Miami desde su refugio
Oscar Corral y Alfonso Chardy
/ The Miami Herald, 18 de mayo de 2005.
Luis Posada Carriles puede ser el hombre más
buscado en Cuba y en Venezuela, pero en una tarde
reciente, el individuo, acusado de terrorismo,
tranquilamente bebe un jugo de melocotón,
lee a Confucio y admira la silueta de los rascacielos
de Miami desde el balcón de un edificio
de Brickell Key.
''Primero me escondí mucho'', dijo refiriéndose
a su llegada a Miami, anotando que pasa gran parte
de su tiempo leyendo o pintando paisajes de Cuba
al óleo. "Pensaba que el gobierno
de Estados Unidos me estaba buscando''.
Traído a este condominio de lujo, a sólo
unas cuadras de unas oficinas del Departamento
de Seguridad Interna (DSI) para su primera entrevista
desde que entró furtivamente al país
en marzo, el militante anticastrista dice que
ha llegado a percatarse de que este gobierno no
lo anda buscando.
"Ahora me escondo mucho menos. Hay gente
que me ha reconocido en supermercados, en consultas
de médicos, en su mayoría personas
de edad''.
Pero no revela dónde está hospedado.
Su llegada a Miami ha creado un frenesí
internacional: los gobernantes de Cuba y Venezuela,
Fidel Castro y Hugo Chávez, están
exigiendo que las autoridades de EEUU arresten
a Posada por actividades terroristas.
Castro y Chávez acusan a los gobernantes
de EEUU de hipócritas por perseguir el
terrorismo en ultramar, pero no perseguir enérgicamente
a Posada, que ha solicitado asilo.
En la entrevista de dos horas el pasado miércoles,
Posada:
o Sostuvo que no jugó papel alguno en
el atentado a un avión de pasajeros de
Cubana de Aviación en 1976, a pesar de
que hay documentos federales recién revelados
que lo vinculan con el ataque. "Sinceramente,
no sabía nada de eso''.
o Se negó a confirmar o negar su participación
en una serie de ataques con bombas colocadas en
lugares turísticos en Cuba en 1997, a pesar
de haberlo admitido anteriormente. ''Dejémoslo
a la historia'', dijo.
o Contó un extraordinario relato de cómo
llegó a Miami en un autobús Greyhound,
diciendo que escasamente pudo evitar que lo detuvieran
unos oficiales de inmigración que subieron
al autobús y exigieron que los extranjeros
mostraran sus documentos. "Dije: 'Señores,
tengo 80 años. Se me olvidan las cosas.
Ahora ni siquiera sé adónde voy''.
La entrevista del Herald con Posada tuvo lugar
después de varios días de gestiones
con sus contactos en el sur de la Florida, que
dieron una serie de misteriosas instrucciones
en cuanto a lugares de cita y estrictas reglas
para la entrevista: ni teléfonos celulares,
ni grabadoras ni cámaras.
Los contactos de Posada les dijeron a los reporteros
que fueran en auto hasta un estacionamiento de
Brickell Avenue y esperaran junto a dos ascensores
en un cuarto piso, para ir de allí a un
condominio cerrado de Brickell Key. De ahí
los reporteros fueron en ascensor a uno de los
pisos más altos, tocaron en una puerta
de madera y alguien los guió hasta un pequeño
balcón, donde Posada les extendió
la mano.
''Luis Posada'', dijo sonriente. "Gusto
en conocerlos''.
Posada, de 77 años, parece un jubilado
con dinero, con zapatos de cuero, pantalones de
lino y una camisa también de lino color
crema.
Según él, entró furtivamente
en Miami en marzo porque temía que los
agentes castristas estuvieran a punto de matarlo.
Cuando se le preguntó si participó
en el atentado al avión cubano, en el que
murieron 73 personas, incluyendo un equipo de
esgrima de Cuba, Posada dijo:
"Me acusaron de haber sido el autor intelectual,
de fabricar un arma de guerra y de traición
a la patria. Nadie me ha visto fabricar una bomba''.
Las cortes venezolanas lo absolvieron dos veces
del caso. Posada escapó de la cárcel
en 1985 mientras esperaba por una apelación
de la fiscalía.
''El único modo que tenía de ganarme
mi libertad era escapando'', dijo. "Soy el
único preso del mundo que se ha escapado
después de haber sido absuelto''.
En documentos recientemente revelados de la CIA
y del FBI, hay confidentes que alegan que Posada
asistió a por lo menos dos reuniones para
planificar el ataque al avión, pero Posada
dice que esas acusaciones son falsas y están
formuladas por fuentes que no son de fiar.
Intentó desacreditar a uno de los informantes,
Ricardo ''el Mono'' Morales Navarrete.
Antes de que lo mataran a tiros en un bar de
Key Biscayne en 1982, Morales admitió haber
participado en el atentado. En conversaciones
con por lo menos dos detectives de Miami, también
implicó a Posada, según los documentos
y una entrevista con el Herald.
'Yo nunca hubiera participado en ninguna conspiración
con 'el Mono' Morales'', dijo. '¡Tendría
que estar loco, Dios mío! Todo lo que 'el
Mono' decía tenía doble intención.
No era digno de creer''.
El ex detective Diosdado Díaz, de la policía
de Miami, le dijo recientemente al Herald que
en una conversación privada con Morales
éste le dijo que Posada preparó
los explosivos para volar el avión.
En la entrevista, Posada ridiculizó lo
que recuerda Díaz, llamándole "un
farsante y un sinvergüenza''.
Díaz responde: "Es un proxeneta y
un mentiroso''
Durante años, Posada ha mantenido que
Morales le dijo que él había sido
el cerebro maestro del atentado. Le dijo al Herald
que un espía de la embajada cubana en Caracas
le dijo que Morales estuvo trabajando para el
gobierno cubano porque los agentes de éste
le pagaron $18,000 en un hotel de México
a principios de 1976.
Se negó a identificar su fuente de información,
anotando que esa persona todavía trabaja
para el gobierno cubano.
La solicitud de asilo de Posada dependerá
de si un juez de inmigración cree que él
estuvo involucrado en un acto terrorista. Las
leyes de inmigración prohíben que
se le conceda asilo a ningún extranjero
si se cree que ha cometido algún delito
serio.
La conexión de Posada con alrededor de
una docena de explosiones en lugares turísticos
de Cuba en 1997 también es relevante. En
la entrevista, Posada no confirmó ni negó
haber jugado un papel en esos hechos, en los que
quedaron lesionadas unas seis personas y murió
un ciudadano italiano.
En una rara entrevista en julio de 1998, The
New York Times reportó que Posada dijo
que él había ''organizado una oleada
de ataques el año anterior en hoteles,
restaurantes y discotecas de Cuba'', y que su
mayor ayuda provino de dirigentes de la Fundación
Nacional Cubanoamericana (FNCA), como su fundador
Jorge Mas Canosa, que murió en 1997.
Después de haberse publicado el artículo,
The New York Times aclaró que la FNCA no
había subvencionado los ataques.
Posada dijo al Herald la semana pasada que en
su entrevista con el Times él culpó
a dirigentes exiliados muertos por haber costeado
los ataques, para tratar de desviar la atención
de los verdaderos conspiradores.
''Quise hacerle una jugada a The New York Times,
pero me salió el tiro por la culata'',
dijo.
Cuando se le preguntó si negaba haber
organizado esos atentados, Posada sacudió
la cabeza y respondió: "Dejémoslo
a la historia''.
''Les diré una cosa, las bombas de los
hoteles eran muy pequeñas, su fin era sólo
romper ventanas y causar daños menores'',
dijo.
El italiano muerto ''estaba a 40 metros de distancia
y una astilla le hirió el cuello'', dijo.
"Fue mala suerte, pero sólo fue una
herida pequeña. Sospecho que los cubanos
mataron al italiano, porque no se iba a morir
de una herida tan pequeña''.
Los oficiales del Departamento de Seguridad Interna
(DSI) dicen que no están buscando activamente
a Posada porque no hay órdenes de su arresto
en EEUU.
Debido a su pasado, Posada y sus partidarios
tomaron medidas extraordinarias para introducirlo
furtivamente en el país. Desde que llegó,
Eduardo Soto, su abogado, ha dicho que su cliente
cruzó la frontera mexicana, pero no ha
querido dar detalles.
Posada dice que a principios de este año
un amigo lo llevó en auto a Belice y de
allí a Cancún.
Agrega que cruzó la frontera de Texas
en un vehículo con un contrabandista de
inmigrantes en Brownsville, y que de ahí
ambos fueron a Houston.
Añadió que sus contactos habían
acordado retener la mitad del pago que había
que darle al contrabandista hasta que no recibieran
una foto de Posada en la estación de Greyhound
de Houston.
Según él, el viaje tuvo lugar sin
incidentes hasta que el autobús llegó
a Fort Lauderdale temprano una mañana a
fines de marzo.
''Ahora viene la parte cómica'', recuerda
él. A la 1:30 a.m., solamente quedaban
unas pocas personas en el autobús. De repente
entraron a éste unos oficiales de inmigración
para una inspección de rutina en busca
de extranjeros indocumentados. Posada no traía
documentos.
Entonces Posada cuenta que uno de los individuos
se le acercó, pero él se mantuvo
calmado.
'Un agente me dijo: 'Sus documentos, señor',
y le dije: 'Los dejé en mi casa'. El me
dijo: '¿Cómo es eso? ¿No
sabe que por ley tiene que tenerlos siempre consigo?'
Y le dije: 'Señor, tengo 80 años,
se me olvidan las cosas. Ni siquiera recuerdo
adónde voy' ''.
Víctor Colón, un portavoz de los
agentes fronterizos federales en el sur de la
Florida, dice que halló ''difícil
comentar'' sobre lo que dijo Posada, porque no
tenía una fecha específica y no
estaba seguro de que los agentes eran de la Patrulla
Fronteriza.
El escurridizo Posada dice que escapó
de nuevo. El autobús siguió su camino
y a las 2:30 a.m. entró a la estación
Greyhound cerca del Aeropuerto Internacional de
Miami, donde ''un contacto'' lo recogió.
Es un misterio adónde lo llevaron después
de su llegada.
En las últimas semanas, Posada dijo que
se ha mantenido ocupado leyendo libros sobre dirigentes
del exilio cubano y de Confucio, entre otros,
y pintando paisajes cubanos, algo que aprendió
a hacer en la cárcel de Venezuela.
Ahora, en la ciudad que él denigra por
haberse acomodado en el exilio, pero de la que
dice que él deriva energía para
continuar su lucha, Posada dice que no lamenta
nada.
Pero sí admite haber cometido errores,
y dice que a ''hombres de acción'' tales
como él ya no se les admira como antes.
Agrega que está preparado para que lo detengan
cuando tenga que comparecer para su entrevista
por solicitud de asilo si es que ese momento llega,
y no tiene planes de seguir huyendo.
"Creo que he cometido muchos errores, más
que la mayoría de la gente. Pero siempre
he creído en la rebelión, en la
lucha armada. Creo más y más cada
día que triunfaremos en contra de Castro.
La victoria será nuestra''.
Arrestan en costas mexicanas a un grupo de
balseros
EFE, Isla Mujeres, México,
16 de mayo de 2005.
Dieciséis balseros cubanos fueron detenidos
el sábado en el Caribe mexicano cerca de
Isla Mujeres y Holbox, informó ayer la
Armada.
La mayoría de los cubanos indocumentados
fueron rescatados cuando viajaban a bordo de endebles
embarcaciones en tres operaciones efectuadas por
agentes de la Séptima Zona Naval, y tras
ser atendidos por médicos, fueron puestos
a disposición de las autoridades del Instituto
Nacional de Migración (INM).
Seis cubanos fueron rescatados de una balsa a
25 millas náuticas de Isla Mujeres, mientras
que otras dos personas de la misma nacionalidad
que viajaban en una lancha rápida de lujo
y que tampoco pudieron acreditar la propiedad
de la embarcación ni su presencia en aguas
mexicanas, también fueron detenidas más
tarde.
Estos dos últimos sujetos tenían
pasaportes de Canadá y Estados Unidos,
pero fundadas sospechas respecto a que los documentos
eran apócrifos motivaron su aprehensión,
dijeron las autoridades.
Cerca de Holbox (a unos 160 kilómetros
del balneario de Cancún) pescadores mexicanos
hallaron el mismo día a ocho balseros cubanos
que habían sido arrastrados por la corriente
hasta costas de la Península de Yucatán.
En lo que va de este año, el éxodo
de balseros cubanos ha arrojado un total de 65
personas detenidas en las costas del Caribe mexicano
y puestas a disposición del INM, ya que
desde el mes de enero de este año el número
de embarcaciones aumentó, según
indican las autoridades militares de Isla Mujeres.
En Veracruz (Golfo de México) hay 102
cubanos indocumentados detenidos a la espera de
que se defina su situación migratoria.
De ese grupo, 69 se encuentran en el municipio
de Fortín de las Flores.
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