Críticas en Venezuela
por los subsidios a Cuba
Chávez sella su alianza
con Castro y se convierte en el pilar económico
de la isla
Pese a que la pobreza aumentó
un 10% en su país, Chávez quiere
aliviar la precaria economía cubana
Joaquim Ibarz, corresponsal, México.
La Vanguardia,
España, 04 de mayo de 2005.
Cuando está al lado de su mentor Fidel
Castro, Hugo Chávez deja fluir su auténtica
manera de pensar. En su reciente visita a Cuba
se mostró orgulloso de proclamar que su
modelo político es un "socialismo
adecuado a nuestra realidad" y descalificó
con dureza la política estadounidense.
"¡Al carajo con el ALCA!", dijo
el presidente venezolano al burlarse del Área
de Libre Comercio de las Américas, que
Estados Unidos promueve sin mucho éxito.
Chávez ha sellado una alianza con Cuba
que suscita grandes interrogantes en su país.
Caracas y La Habana estrechan cada vez más
sus lazos políticoeconómicos generando
la desconfianza, ya no solamente de Estados Unidos
sino de vecinos latinoamericanos. Además
de compartir sonrisas, guiños y abrazos,
Castro y Chávez firmaron 49 acuerdos en
un reto a lo que ambos denominan "imperialismo"
norteamericano. El trasfondo de este acercamiento
pasa por consolidar y relanzar una quimérica
Alternativa Bolivariana para las Américas
(ALBA), abierto desafío al ALCA que patrocina
Washington. Chávez no se anduvo con rodeos
cuando subrayó que su modelo de reformas
"lo seguimos llamando bolivarianismo, pero
es socialismo".
Cuando estadísticas oficiales publicadas
en Caracas indican que durante los seis años
de revolución bolivariana la pobreza aumentó
en Venezuela un 10%, Chávez quiere aliviar
la precaria situación económica
del cubano. Con el aumento del suministro subsidiado
de petróleo a la isla (de 50.000 barriles
diarios se pasa a 90.000), Venezuela se convierte
en el principal pilar de la frágil economía
cubana.
Castro señala que su país empieza
a recuperarse del "periodo especial"
en que se sumió tras la caída del
bloque soviético. De hecho, Venezuela está
supliendo en buena parte los subsidios que la
URSS otorgaba a su aliado estratégico en
el Caribe.
La renovada alianza entre Venezuela y Cuba tiene
una clara finalidad política, más
que económica. Los dos países pretenden
impulsar su comercio bilateral, que el 2004 ya
ascendió a unos 1.500 millones de dólares.
Castro y Chávez firmaron un acuerdo para
la venta de productos venezolanos por 413 millones
de dólares. Cuba espera todo tipo de bienes
de consumo, desde sardinas en lata a chocolate
pasando por ropa, muebles y electrodomésticos.
Chávez pretende reproducir en la isla el
sistema de tiendas Mercal, en las que se venden
productos básicos de consumo a precios
por debajo del coste.
La revista Venezuela Economía considera
"completamente ilógico e innecesario"
que la sucursal de Petróleos de Venezuela
(Pdvsa) elija La Habana como base de operaciones
para el Caribe. Analistas venezolanos expresan
su preocupación por el aumento de ventas
a Cuba cuando su capacidad de compra es muy baja,
por no decir nula. "Esto hace prever (y temer)
que cualquier intercambio comercial con esa isla
terminará siendo subsidiado por el Gobierno
venezolano. A nadie le puede entusiasmar relaciones
comerciales que no tengan un sustento económico
sólido; es casi imposible establecer una
relación productiva con un socio que se
encuentra prácticamente en la bancarrota",
señala Venezuela Economía.
La deuda no pagada de Cuba sobrepasa ya los 1.000
millones de dólares, aunque se ha informado
oficialmente que parte del petróleo no
se paga en dinero sino en especie, mediante el
envío al país de médicos
y entrenadores deportivos cubanos. Mientras tanto,
el Seguro Social venezolano agoniza y muchos de
sus propios médicos están sin trabajo.
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