Monte Rouge y el miedo justificado
Por Reinaldo Bragado Bretaña. Diario
Las Américas. 16 de marzo de 2005. El corto de video
Monte Rouge -dirigido por Eduardo del Llano y hecho en Cuba- fue visto por la
televisión de Miami y en un sitio de Internet se podía "bajar"
para verlo en la comodidad de la casa. El corto es un absurdo enclavado en una
burla a la Seguridad del Estado de Castro. Dos oficiales de la Seguridad piden
permiso al dueño de una casa para instalar los micrófonos ocultos
y escuchar cuando critica a la dictadura (en el corto dicen gobierno, no dictadura).
Dado el revuelo que levantó el documental fuera de Cuba, una página
de la Internet de la dictadura le hizo una entrevista al director Del Llano. Cito
algunas de sus respuestas: "Trabajamos sin cobrar... Todo el mundo
aceptó desde el principio, excepto dos o tres, a quienes va dedicado ese
texto del final (a los que no se atrevieron). Hubo alguien en particular que primero
me dijo que sí y luego de unos días sin aparecer, cuando lo llamé,
me dijo que la historia era un poco complicada y que podía entorpecer su
carrera". No entiendo por qué, apunto yo, el invitado que rechazó
trabajar en el video piensa que su participación en la producción
podría entorpecer su carrera. Continúo citando a Del Llano: "El
tema era algo tan absurdo, que no pensamos que alguien se lo podía tomar
en serio. Ni siquiera me gusta que le llamen sátira, porque eso significaría
que estamos tomando una situación real, exagerándola, hiperbolizándola
un poco, pero con asidero en la realidad". Creo que Del Llano aquí
confiesa sin desearlo: dice que no es una sátira el tema del video porque
no está afincando en la realidad. ¿Entonces lo imaginó todo?
¿La Seguridad de Castro no pone micrófonos en las casas de los intelectuales?
¿Ni siquiera existe la Seguridad? Lo que imaginó Del Llano, y que
sí es ficción, es que pidan permiso para colocar los micrófonos,
lo demás es tomado de la realidad. Sigo con Del Llano: "Para
mí es importante mostrar la obra... darle al material un curso normal dentro
del contexto cultural cubano, no para todos los públicos, pero sí
en el circuito de festivales". ¿Por qué no para todos
los públicos? Aquí, en Estados Unidos, todo el mundo vio Faranheit
911 y el presidente Bush y sus seguidores no tomaron ninguna represalia contra
el autor. De hecho, aunque hubieran querido, no podían hacerlo porque en
este país la libertad de expresión es sagrada. Sigue Del Llano:
"Nunca se me pidió autorización para transmitirlo (en
Miami). Hace unos días, me llamó una amiga y me dice que le comentaron
que el documental se podía descargar libremente desde un sitio web y también
que la gente de la Oficina de Intereses de EE.UU. en La Habana lo estaba distribuyendo"
Le recomiendo a Del Llano que no hable mal de la Oficina de Intereses de
Estados Unidos en La Habana no vaya a ser que un día solicite una visa,
o asilo, o llegue en balsa a Miami y lo quieran devolver a Cuba. Aquí viene
un ridículo tremendo de Del Llano: "En los días siguientes,
me localizan de Planeta TV -estación de televisión de Miami- para
comprarme los derechos y ponerlos en su sitio web. Les pedí que enviaran
la propuesta por e-mail para estudiarla con los abogados del ICAIC, y le solicité
a un amigo que revisara el sitio en Internet para saber cuál era el perfil
editorial del mismo, porque si de pronto la página decía que estaba,
por ejemplo, patrocinada por la Fundación Cubano Americana, por supuesto
no había nada que hablar". Resulta que el artista es un político:
escoge tendencias, o se ve obligado a fingir que las toma. Y cierro con lo siguiente
dicho por Del Llano: "A mí no se me ocurriría nunca
atacar a la Revolución, a Martí, Fidel, son cosas más sagradas.
Todo el mundo sabe lo importante que ha sido el trabajo de la Seguridad cubana
que incluso ha evitado más ametrallamiento de gente y sabotajes, o sea,
todo eso que han hecho las lanchas de Miami, en los campos de caña y las
otras marico... La Seguridad ha evitado muchas de esas cosas, son la gente nuestra
que han estado presos en las cárceles norteamericanas, por ejemplo, los
Cinco héroes... Yo jamás juzgaría a la Seguridad cubana".
Apuesto todo a que Del Llano odia ferozmente a la dictadura, pero tiene
que decir lo que antes cité. Todas esas palabras obligadas y todo ese dolor
terminarán cuando acabe la dictadura y las personas puedan expresarse libremente,
sin miedo y sin micrófonos ocultos. rbragado@bellsouth.net |