La democracia cristiana en Ginebra
Por José Ignacio Rasco, Diario
Las Américas. 17 de marzo de 2005. Otra vez -la 61-la
Comisión de Derechos Humanos de la ONU habrá de reunirse en Ginebra
para revisar la situación de los derechos humanos, tanto en el orden temático
como en referencia a países específicos. La Internacional de Partidos
Demócratas Cristianos y Populares (IDC) como el Partido Demócrata
Cristiano de Cuba (PDC) han sido pioneros y promotores de la defensa de los derechos
humanos en todo el mundo y especialmente en nuestro caso cubano, toda vez que
los propios principios del humanismo cristiano nos obligan a denunciar y cambiar
toda situación de burla y abusos contra la dignidad plena de la persona
humana. Ya lo vio bien claro Jacques Maritain. La Comisión de Derechos
Humanos del PDC ha realizado una admirable y precisa investigación durante
muchos años que ha llamado la atención de los especialistas en la
materia y a funcionarios de la ONU. Esta tarea ha sido llevada a cabo con seriedad,
en el dato y el comentario, por Amaya Altuna, Siro del Castillo y Andrés
Hernández principalmente. El régimen cubano tiene encarcelados
cerca de 70 prisioneros de conciencia, adoptados por Amnistía Internacional,
"lo cual representa la cifra más alta del mundo por millón
de habitantes". Ante esta situación la IDC acaba de reunir
su propia Comisión de Derechos Humanos en Bruselas. Entre los 28 delegados
que asistieron, el PDC estuvo representado por nuestro itinerante Presidente Marcelino
Miyares Sotolongo y el activista Marcos Villamil Arévalo. En denuncias
que llevará a Ginebra la IDC figuran la decisión norteamericana
de limitar los viajes y las remesas de los cubanos que ayudan a familiares y activistas
que luchan por la plenitud de los derechos humanos en Cuba, la terrible situación
de los prisioneros políticos, con la presencia de Blanca González,
madre de un preso que ha sufrido heroicamente las bestialidades del régimen
carcelario castrista y la incansable Ana María Cervone que presentará
una ponencia de condena contra la prostitución infantil. Tampoco se ocultará
la situación de algunos presos en los propios Estados Unidos. Toda
la "legalidad socialista de Cuba" es una fuente increíble de
discriminación en el orden económico, penal social, docente, político,
procesal... Es inconcebible que un régimen que pretendió desde el
principio -en su propaganda efectiva solamente-presentarse ante todo el mundo
como luchador del derecho, la justicia, la reivindicación social y demás
virtudes democráticas, no ha dejado de violar reiteradamente ninguno de
los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derecho Humanos
de 10 de diciembre de 1948 y todos los documentos complementarios que se han venido
aprobando en otros ámbitos. Lo triste del caso es que todavía
las Naciones Unidas no han logrado que la comisión ginebrina tenga verdadero
poder para obligar a los países a poner remedio efectivo a las infracciones
de todo tipo. Lo que debiera ser un tribunal con facultades para tomar y aplicar
medidas efectivas es un foro internacional en que los propios violadores a veces
son jueces prejuiciados y elegidos para incluso presidir el Comité, dilatar
o acortar las sesiones según sus intereses. Con todo hay que proseguir.
La presencia denunciante es indispensable. La tenacidad logra condenas. Y la prensa
divulga siempre algo de las barbaridades que se cometen en todo el mundo, aún
en los países considerados democráticos. Hay hechos tan notorios
que no pueden ocultarse por más prestidigitación diabólica
de personas o grupos siniestros. Hay oposiciones valientes, heroicas, que resisten,
exponen y se imponen con la fuerza moral que da el hecho y el derecho. Se hace
historia y la historia es fuente de futuro. La persistencia es motor de cambios.
No se puede ver un crimen sin condenarlo. La abstención nos puede
hacer cómplices. Por eso la IDC y el PDC estarán de nuevo este año
en Ginebra como fiscales contra toda burla de los derechos humanos. La
pirámide jurídica del Estado de Derecho no nace de la Constitución
Nacional, que es, sin duda, la base legal positiva fundamental, ya que sus raíces
están en los derechos naturales de la persona humana. De ahí la
importancia de respetar los Derechos Humanos -y sus deberes paralelos-del ser
creado por Dios, inteligente y libre, es decir responsable de sus acciones y omisiones.
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