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DE CUBA El
Nuevo Herald
Bush renueva compromiso con Cuba; legisladores
apoyan oposición
Nestor Ikeda, Associated Press.
3 de marzo de 2005.
WASHINGTON - El gobierno del presidente George
W. Bush renovó el jueves su "compromiso
con el pueblo cubano" y un comité
del Congreso manifestó su "profunda
admiración y firme solidaridad con la oposición
interna y la prensa independiente" de Cuba.
El compromiso fue renovado por Roger Noriega,
subsecretario de Estado para asuntos del Hemisferio
Occidental, en una audiencia conjunta de dos subcomités
de la Cámara de Representantes con motivo
del segundo aniversario del encarcelamiento de
75 disidentes por el gobierno cubano en marzo
del 2003.
Tres dirigentes se dirigieron a los legisladores
por teléfono desde La Habana.
"La historia no absolverá al dictador
cubano", dijo Noriega refiriéndose
al presidente Fidel Castro. "Lo recordará
no sólo como un visionario que hizo muchas
promesas, sino como un viejo decrépito
de muchas mentiras".
La alusión era a "La historia me
absolverá", el alegato que hizo Castro
al ser juzgado tras el intento frustrado de asaltar
el cuartel Moncada del ejército cubano
en 1953, seis años antes de la revolución.
La audiencia se realizó ante los subcomités
para el Africa, Derechos Humanos y Operaciones
Internacionales, y del Hemisferio Occidental,
que son parte del Comité de Relaciones
Internacionales de la Cámara de Representantes.
Las representantes Barbara Lee y Diane Watson,
demócratas de California, pusieron la voz
discordante contra Castro.
Lee le pidió al Congreso "ser más
consecuente" con los asuntos exteriores ya
que no criticaba la situación de los derechos
humanos en China ni investigaba las acusaciones
de abusos con los prisioneros por terrorismo en
Guantánamo, una base militar estadounidense
en Cuba.
Watson comentó que si Estados Unidos negociaba
procesos complicados de desarme "por qué
no nos sentamos y negociamos con Castro para que
detenga la persecución de los disidentes...
para que traiga la democracia a Cuba?"
Martha Beatriz Roque, economista disidente de
58 años, dijo por teléfono que "todavía
queda mucho por hacer en la lucha por la democracia
cubana".
"Este es un histórico momento, muy
importante para todos nosotros", agregó.
Roque, liberada por razones de salud en julio
del 2004, se dirigió a los legisladores
junto con Félix Bonne Carcassés,
de 64 años, ex profesor universitario de
ingeniería eléctrica, liberado en
mayo del 2000, y René Gómez Manzano,
abogado liberado también en ese mismo año.
Gómez Manzano dijo que si bien Estados
Unidos tenía "interés por Cuba",
no se veía lo mismo en otros países,
como los de Europa.
Bonne, ante una pregunta de Watson sobre qué
era "traición" en Cuba, dijo:
"Traidor es para Castro todo el que no piense
exactamente igual que él, independientemente
de lo que diga la ley. La ley es para él
una especie de chicle que puede ser amoldado según
los movimientos de su mandíbula".
El congresista de origen cubano Lincoln Díaz
Balart calificó a los tres como "ejemplos
de dignidad", y su hermano Mario los llamó
"héroes... contra la dictadura de
un insano".
Noriega, funcionario de ascendencia mexicana,
dijo que la mayoría de los 75 activistas
arrestados hace dos años participó
en el Proyecto Varela, cuyos organizadores presentaron
hasta dos peticiones a la Asamblea Nacional con
más de 10.000 firmas para un referéndum
nacional sobre reformas económicas y políticas.
Christopher H. Smith, presidente de la audiencia,
declaró que la resolución promovida
por el legislador demócrata Robert Menéndez,
era una demostración de que "los prisioneros
en Cuba no son olvidados".
Menéndez hablando en español, dijo:
"A quienes están en las cárceles
de Castro y a sus familias y amistades aquí
en los Estados Unidos y en Cuba, les digo que
el pueblo americano está con ustedes. Aquí
en el Congreso de los Estados Unidos vamos a defender
su libertad y ganar la lucha contra la brutalidad
y la opresión".
Vázquez dice que EEUU no planteó
malestar por relaciones con Cuba
Raul O. Garces, Associated Press.
3 de marzo de 2005.
MONTEVIDEO - El presidente Tabaré Vázquez
aseguró el jueves que Estados Unidos no
planteó ningún tipo de malestar
porque el nuevo gobierno uruguayo reanudó
las relaciones diplomáticas con Cuba.
En una conferencia de prensa de Vázquez
con medios extranjeros, el nuevo mandatario fue
consultado sobre un posible malestar estadounidense
por su primer acto de corte internacional al restablecer
el martes las relaciones de Uruguay con Cuba.
"Ayer nos reunimos con la delegación
oficial de Estados Unidos y en ningún momento
fue planteado ningún problema en relación
a la reanudación de relaciones con Cuba",
respondió Vázquez.
Vázquez explicó que con la misión
de Estados Unidos se analizaron temas de interés
común, rechazando esas versiones. "No
se planteó inquietud alguna", aseveró
el mandatario.
Asimismo, indicó que dentro de los temas
abordados, se enfatizó en el rechazo "al
terrorismo", un tema que Vázquez ya
había abordado en sus discursos.
La delegación estadounidense fue encabezada
por la ministra de Trabajo, Elaine Chao, y el
embajador en Uruguay, Martín Silverstein,
el diplomático que ha tenido activa participación
en el incremento de las relaciones y en una cooperación
de su país cuando se produjo en 2002 una
dramática crisis económica-financiera.
Estados Unidos prestó 1.500 millones de
dólares para salir de la emergencia en
un crédito puente y, asimismo, ahora es
el principal comprador de la carne uruguaya.
Las relaciones diplomáticas con Cuba fueron
rotas en abril de 2002 por el gobierno del presidente
Jorge Batlle tras un intercambio de insultos con
La Habana producido por la decisión de
Uruguay de apoyar una misión a la isla
caribeña que revisara el estado de los
derechos humanos y políticos.
El canciller Reynaldo Gargano, junto a Vázquez
en la rueda de prensa, dijo que se suscribió
además de la reanudación de relaciones,
un acuerdo para intentar incrementar el intercambio
comercial uruguayo-cubano.
"El canciller Felipe Pérez Roque
dijo que él estimaba que en un plazo corto,
unos dos años, el comercio puede llegar
a los 50 millones de dólares", dijo
Gargano.
Anticipó que Uruguay podría enviar
alimentos y servicios como software y Cuba equipamiento
sanitario.
Gargano dijo que Cuba, asimismo, solicitó
ser admitida en el Mercosur, formado por Argentina,
Brasil, Paraguay y Uruguay que tiene como socios
a Bolivia, Chile, Colombia y Venezuela.
El canciller dijo que el pedido "será
estudiado oportunamente" y cuando se le indicó
que en el Mercosur hay una cláusula que
sus gobiernos deben ser democráticos, señaló
que eso quedaba para estudiar en otro momento.
Guillermo Cabrera Infante: Ahora sí reina
la orfandad en la literatura cubana
Ignacio T. Granados Herrera, especial/El
Nuevo Herald. 6 de marzo de 2005.
El escritor cubano Guillermo Cabrera Infante,
Premio Cervantes de Literatura, fallecido a los
75 años, es otra figura de los grandes
momentos de la literatura cubana; contemporáneo
y partícipe de esos tiempos de esplendor,
que se recogen ahora a su propia gloria sin más
presente que la huella que imprimieron, como los
mitos. Ya no quedan monstruos vivos de esa tradición,
como el incomprensible Behemot que recordaba a
Job su tamaño minúsculo; quedan,
sí, testigos más o menos buenos
de aquellos momentos; pero nada semejante a ese
segmento de tiempo que los reúne y los
hace un período legendario, como el de
los reyes sabios de la China.
Respecto a su imaginario estético, se
podrá estar de acuerdo o no con la nostalgia
persistente en que se convirtió su poética;
pero sólo él pudo adecuar en una
textura de sus imágenes esa contradicción
del bucólico ''sitio en que tan bien se
está'' y su ''maldita circunstancia del
agua por todas partes''. El fijó en el
mapa de las letras universales --es decir, con
Borges, con Michael Ende, con Lewis Carroll, con
Keats-- ese objeto que todos los cubanos pretenden
pero pocos consiguen aprehender; simplemente lo
reconoció como el sitio en que tan bien
se podía estar, en que tan bien se había
estado de hecho, a pesar de su maldita circunstancia,
de la que había que salir. Lo hizo con
una armazón de palabras que increíblemente
cobraban la sonoridad desde la mudez de la letra
impresa; y en ese sentido se dio el lujo de jugar,
desde la intencionalidad paródica de algunos
títulos hasta con el estilo y la peculiar
intelectualidad de los otros genios que lo rodearon
o que heredó.
Cabrera Infante, igual que el último de
una tribu indómita y asombrada del estropicio
de la conquista, asistió al declive y fractura
de una realidad grandiosa; y lo hizo con tanta
elegancia y dignidad que se dio el lujo de burlarse
de la mediocre asepsia de la cultura popular y
postmoderna. Al respecto, sólo el tiempo
permitirá la discusión enjundiosa,
que ahora sería demasiado política
y por ello mezquina; pues, siendo el último
de los monstruos, con él comienza ese segmento
culpable que hizo la transición hacia la
muerte total de su tiempo grandioso. El comienza
la trayectoria de la saeta, desde el Lunes de
Revolución que condenaba al formalismo
burgués de literaturas como la de Lezama
Lima; aunque no se le pueda culpar personalmente
del proyecto aquel de los talleres literarios,
que alimentan al abominable hombre de las letras
cubanas, en eso desembocó la línea
que comenzó; el desastre lo hiceron otros,
aunque con su legitimidad ideológica.
En realidad, el tiempo de los monstruos terminó
de morir con Gastón Baquero, es decir,
la generación anterior; la suya fue una
generación intermedia, con responsabilidad
directa sobre el desastre, porque definitivamente
dio lugar a la transición, la instrumentó,
con esos otros cófrades que no acaban de
morir; porque él es el primero o el segundo,
quizás el tercero, de ese segmento en irse
al ''más allá'', donde tendrá
que arreglar cuentas o no con los anteriores.
Pero hay que aceptarlo, todavía con su
generación, y con él en particular,
la declinación era imperceptible, porque
todavía lo que se ofrecía era su
grandeza; la diferencia es como la que hay entre
los que creyeron en la Revolución y fueron
a la Sierra Maestra, y cuando descendieron combatieron
la revolución que hicieron; justo ese desencanto
por el acto, que fue irresponsable pero que no
se asume como tal, y que sólo la historia
pondrá en su lugar. Pero sobre todo, tratándose
de la Historia de la Literatura, con intereses
tan distintos de los propiamente políticos,
habrá de reconocer que fue genial; como
los niños terribles y malcriados, es cierto,
pero que el mundo acepta con fastidiosa costumbre
y alborozado espíritu. El todavía
fue un monstruo y la política es una veleidad
circunstancial, y hay que saber ponderar las realidades;
sus actos y juicios no pasan del terrorismo habitual
al romanticismo literario en contextos menos letales,
pura e irresponsable epaté; y quién
no ha sido kamikaze, incluso con menos valor estético.
Además de todo eso, escribir Puro humo,
como una joya ludópata, en medio de tanta
pulcritud, es una muestra del desdén incomprendido
de la grandeza; hacerlo primero en inglés,
y luego rehacerlo en español, en vez de
simplemente traducirlo, es muestra de una suficiencia
que lo confirma en su dimensión superior.
Servirse de un suceso estremecedor y serio como
la muerte de Trotsky para lucir su irreverencia
frente al intelectualismo nacional de los cubanos,
fue sencillamente maravilloso; y nadie escapó,
pero ya era un reconocimiento de honor formar
parte del círculo de los burlados, porque
hasta para eso era un aristócrata. Ahora
sí reina la orfandad en la literatura cubana,
que no será indigente pero es como un estado
tradicional y decadente; ahora sí que se
depende de lo que cada quien pueda hacer, pues
ya no hay sombras que disimulen la pequeñez;
es un duelo de doble gravedad, pues ahora qué
mito o dios nos salva.
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